- El setenta por ciento de la superficie natural es propiedad privada; hay 136 cabañas
- Pobladores del lugar resguardan el ecosistema de riesgos: guardia
Actualmente existen 136 construcciones en la Sierra Fría y alrededor de un setenta por ciento de esta reserva natural es propiedad privada, según el departamento de Áreas Naturales Protegidas del Estado.
La creciente adquisición de terrenos ha permitido revertir los efectos de la deforestación y el deterioro del ecosistema, reconoció el jefe de Guardias Forestales de la zona, José Agustín Medina Flores: “cada propietario que compra en algún ejido lo primero que está obligado a hacer es sanear el bosque, combatir las plagas forestales, reforestar, así como construir bordos para abastecer a los árboles”.
Detalló que para poder fincar es necesario seleccionar una parte limpia de masa arbórea donde no haya necesidad de eliminar vegetación, posteriormente se reforestan los alrededores a la cabaña con el fin de preservar el bosque y permitir su crecimiento natural.
Hay además 21 ejidos y dos comunidades instaladas en la Sierra Fría: San José de Gracia y Monte Grande, ambas bajo el régimen de bienes comunales.
Los pobladores se dedican a cuidar el ecosistema de incendios, tala clandestina, caza furtiva, extracción de materiales, plagas forestales y otras actividades que amenazan su preservación: “hacemos la vigilancia diaria, se recorren caminos diferentes a la carretera escénica que es la que une a los municipios de San José de Gracia y Calvillo; estamos al pendiente de que respeten las leyes estatales y federales”.
El también jefe del departamento de Áreas Naturales Protegidas del Estado estimó que un diez por ciento de las 112 mil 90 hectáreas que comprende la superficie natural se encuentran deterioradas, todas ellas pertenecientes al Área Protegida Sierra Fría -cuyos derechos pertenecen al estado: “organismos como el Instituto Nacional De Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) y la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) investigan de qué modo se van a contrarrestar las problemáticas que tenemos”.
Señaló que el insecto barrenador es la principal causa de la mortalidad de los árboles de la sierra, principalmente de encinos. El espécimen penetra por el fuste y seca al ejemplar, razón por la que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha estado concediendo permisos para retirar la madera de la sierra, al ser esta especie altamente incendiable: “semanalmente salen 50 metros cúbicos de combustible; se está limpiando con el fin de reforestar plantas vivas de la misma especie”.
Destacó que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) gestiona recursos económicos para minimizar las plagas que azotan la región.