¿Qué cenarán esta Nochebuena los amigos japoneses radicados en Agüitas? Porque cada vez son más y más gracias a los emprendimientos del ingeniero Carlos Lozano de la Torre. Quizá sigan su tradición y se hagan de un buen pollo frito con ensalada, o se allanen a la tradición mexicana y se preparen los deliciosos tamales.
¿De qué prefiere usted los tamales, estimado lector, apreciable lectora? Los salados pueden ser de mole, salsa roja o salsa verde con la carne o queso de su preferencia. También los hay de rajas de chile poblano y de frijoles molidos. Los dulces pueden ser de masa blanca o rosada, rellenos de piña, biznaga, coco, piñones, pasas oscuras o ate de guayaba con queso.
Para los postres, nuestros amigos “aqui-japoneses” o “japo-calidenses” pueden elegir su típico pastel de crema blanca con fresas, o muy al estilo mexicano se regalan unos buñuelos extendidos o de viento. Los extendidos los pueden preparar salados o dulces; estos últimos espolvoreados con una mezcla de azúcar y canela o bañados con una salsa caliente hecha con miel de maguey y canela.
Quizá nuestros buenos amigos venidos del lejano oriente acompañen su cena navideña con “calpis”, una bebida a base de leche agria, que se sirve bien fría; y un “sake” (bebida alcohólica de arroz fermentado) bien calientito en su original vasito cuadrado de madera. Pero no estaría nada mal y de hecho es recomendable, que prueben el reconfortante ponche navideño mexicano, a base de tamarindo, flor de jamaica y canela al que se agregan frutas tales como tejocote, guayaba, ciruela pasa, manzana y caña de azúcar en trocitos; se sirve bien caliente y si el bebedor lo desea se le agrega un chorrito de su licor favorito. Ahora, que si de hermanar Japón con México y Aguascalientes se trata podríamos experimentar servirnos un ponche de frutas con sake, al que podríamos denominar “ponchi-sake”.
Advierto al querido lector hidrocálido o japonés y a la querida lectora hidrocálida o japonesa, que lo mejor es no pasar de un par de “ponchi-sakes” porque podría uno terminar por ser “ponchado” (en el argot beisbolista) por el anfitrión de la fiesta y ser invitado no muy cortésmente a retirarse de la misma. O bien por andar de “ponchi-sake-pasado” o “ponchi-sake-pasada”, lo pueden o la pueden sacar ¡pero de su vehículo! y remitido (a) al C4 bajo el programa alcoholímetro, por conducir en estado “ponchi-sake-inconveniente”. ¡Hágame usted el favor!
¡Sáquense! A los que hay que sacar ¡pero de las calles! es a los ladrones de casas, roba-autos y roba-autopartes, así como a los asaltantes que invaden las calles de la ciudad de Aguascalientes. ¡Se lo juro que nos traen a salto de mata! Ya ni en horas del día puede uno estar tranquilo, porque los sinvergüenzas vándalos cometen sus fechorías a plena luz del sol. De más está hablar de la nocturna oscuridad en la que los asaltos son el “pan nuestro de cada día”.
Es común entre los habitantes de esta ciudad, comentar los hechos delictivos de los que son víctimas nuestros seres queridos o conocidos: “a mi hermano lo asaltaron y golpearon en Héroe de Nacozari y Primer Anillo”; “estando su esposo, se metieron a robar en la casa de mi amiga Hilda; “se robaron el auto de mi colaborador Eusebio en El Llanito”; “siguieron a mi vecina Martita cuando fue a sacar dinero del cajero y la asaltaron al llegar a su auto”.
Mientras continúa la discusión acerca del Mando Único, asunto que indebidamente se ha vuelto político; los ciudadanos pagamos con nuestro patrimonio, nuestra integridad personal y hasta nuestra vida la rebatinga entre poderes de los tres niveles. ¿Es justo? Es pregunta diría Paco Pérez.
Ponchados. En el argot del beisbol, juego de arraigo en Aguas; le “vamos a dar su ponche” a los juzgadores federales electorales. Juntaron los tres strikes y se lo ganaron. Ahí le van.
Primero con que si el gobernador se pasea el día de la jornada electoral en un autobús con la leyenda “Progreso para todos” influye de tal manera en el atarantado electorado hidrocálido, que gana todos los distritos para su partido. Nada más lejos de la verdad porque el PRI local sólo ganó uno de tres distritos, y, en todo caso si el paseo fue en los tres, pues se hubiesen anulado los tres: lógica simple, razón directa.
Segundo con que si el gobernador cumple con su obligación de rendir un informe en un evento a puerta cerrada, y habiendo obtenido opinión favorable del propio INE; influye determinantemente en el atarantado electorado del primer distrito. Nada más alejado de la verdad el PRI perdió tal distrito federal contra la alianza PAN-PANAL. Y en todo caso, si la presentación del informe tuvo una fuerte influencia en el resultado, pues una vez más se hubiera anulado la elección: lógica simple, razón directa.
Y finalmente el tercer strike se los otorgamos en esta Cocina, por lógica simple y analogía de razón. Queda claro que el poder judicial federal sustituye el derecho a elegir de los ciudadanos hidrocálidos, lo cual desanima ¡y con razón! la decisión de acudir a ejercer tal derecho. Antes era ¡para qué voto, siempre ganan los mismos! Y ahora es ¡para qué voto, si los magistrados deciden por mí! ¡Oiga usted!
Nos vemos en la próxima. Recuerde usted que en esta su cocina, se come, se lee, se estudia y se conversa de todo; particularmente de política.
CODA. En esta Nochebuena y Navidad 2015, abrace usted a sus seres queridos, a sus maestros y jefes; a sus compañeros, y colaboradores; a sus alumnos y empleados. Abra esos brazos y dé muchos de esos bien “apapachones”. Si necesita usted uno, pase por esta su Cocina. ¡Feliz Navidad!