El Estado de México, tiene 12 veces la población del estado de Aguascalientes, entidad número 27° con 1 millón 312 mil 544 habitantes, una cantidad superior a la proyectada por el Conapo. Cuentan con menos residentes, pero con más de un millón, los estados de Tlaxcala (28) y Nayarit (29) y menos de un millón los de Campeche (30), B.C. Sur (31) y Colima (32).
Con relación a las proyecciones del Conapo, que no dejan de ser programáticas, en tierras hidrocálidas hubo un incremento por 24 mil 884 moradores, equivalentes a la población total de los municipios de San José de Gracia y Cosío juntos. Como si hubieran nacido dos municipios adicionales del 2010 al 2015, básicamente en la periferia de la ciudad capital, donde vive uno de cada tres residentes de la mancha urbana. El incremento habitacional de 12 mil 575 viviendas equivale prácticamente al total de las edificadas en el municipio de Calvillo.
Aguascalientes representa el 1.1% de la población y el 1.05% de la vivienda nacional. Está creciendo al 2.2% anual, una de las tasas más altas de crecimiento junto con las de Nuevo León y Querétaro (2% y 2.4%), entidades con desarrollos industriales importantes, que atraen efectivos; así como la de los destinos turísticos, otrora territorios nacionales, Quintana Roo (2.7%) y Baja California Sur (2.6%).
Entre las entidades federativas, la edad mediana más alta le corresponde al Distrito Federal y la más baja a Chiapas, Aguascalientes y Guerrero, Aguascalientes aparece entre los estados con fecundidad indígena; los contrastes en este indicador se deben a que las entidades federativas se ubican en distintas etapas de la transición demográfica, definidas por el nivel de la natalidad y la mortalidad. En el Distrito Federal se constata con este indicador el proceso de envejecimiento, mientras que en otras éste es incipiente y muestra el peso que aún tiene la población joven.
Aguascalientes, socio-demográficamente hablando, semeja un circo de tres pistas:
1) La primera pista aparece, porque aún no deja de tener una fecundidad importante, sobretodo adolescente, lo que hace necesarios todos los servicios propios de la atención materno infantil, escuelas de todos los niveles, esquemas de vacunación, etcétera; pero también 2) una segunda, propia de una importante población juvenil (edad mediana 25 años) abriendo una gran ventana demográfica para aprovechar etapas productivas de ingreso y ahorro, que requiere muchos y bien pagados empleos, para lograr, tanto para el presente como para el futuro, los satisfactores necesarios para conformar familias autónomas, incluso las multigeneracionales; 3) y a la vez cuenta con una tercera pista donde se presenta un crecimiento sostenido de los moradores adultos mayores de 60 años, que se van a duplicar (independientemente de la fecundidad de la base poblacional) en sólo tres lustros.
No es exagerado decir que en Aguascalientes cada hogar está propiciando tener un nieto (hijo de adolescente soltera que se da al cuidado de los abuelos como carga adicional) un joven, que asume el nido paterno como cómodo y no busca abandonarlo, ya sea por insolvencia o por falta de oportunidades; o un adulto mayor, generalmente con alguna necesidad de cuidados o por no tener pensión.
Si algo nos queda claro es que hay que fortalecer la institución familiar, como la única capaz de atender todas estas necesidades emergentes.
Adicionalmente, Aguascalientes es origen, tránsito y destino migratorio: uno de cada cinco habitantes del estado y uno de cada cuatro en la ciudad no es originario de esta entidad o país, tenemos inmigrantes, pero los nuestros también emigran. Hasta ocho y nueve mil matrículas consulares son solicitadas anualmente en la Unión Americana por aguascalentenses que buscan acreditarse legalmente en aquellas tierras, aunque sean indocumentados; tenemos pues emigrantes internacionales y también emigramos a otras entidades a trabajar o a estudiar. El saldo neto migratorio al final de este lapso 2010 a 2015 fue favorable con 1.8%, lo que ubica al estado en el 8° lugar nacional.
La mayoría de las entidades muestran tasas de analfabetismo inferiores al total nacional y ocho de ellas tienen tasas menores a 3%: Aguascalientes, Chihuahua, Baja California Sur, Sonora, Baja California, Coahuila, Nuevo León y el Distrito Federal. En el extremo opuesto, en Chiapas, Guerrero y Oaxaca las tasas superan 13 por ciento.
En San Luis Potosí, Nuevo León, Campeche, Colima, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua y Yucatán más del 86% de las personas declaran estar afiliadas en alguna institución que ofrece servicios de atención a la salud; mientras que en Michoacán, Distrito Federal, México, Veracruz y Puebla este valor no llega al 80 por ciento.
En asistencia escolar, las diferencias entre los estados, alcanzan un máximo de casi cinco puntos porcentuales entre los extremos que son Hidalgo en donde el 97.8% de este grupo de población va a la escuela y Chiapas en donde el 93% lo hace. Aguascalientes, como en el país, se acude en un 96%.
Actualmente, en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, el número de años promedio de escolaridad de los moradores de 15 años y más, equivale a tener aprobado el primer o segundo año de secundaria; mientras que en el Distrito Federal, Nuevo León y Sonora este indicador corresponde a tener el primer o segundo grado de educación media superior. En 18 de las 32 entidades federativas del país, el promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es superior al nacional que es de 9.1 años. Aguascalientes se encuentra entre ellos con 9.7 años. En algunas delegaciones del Distrito Federal los vecinos cuentan con uno o dos años de educación superior. Hay diez años de diferencia entre municipios con alta y baja escolaridad en México, al ritmo que avanzamos, podemos decir que existe un siglo de diferencia entre unos y otros en materia educativa.
En Aguascalientes el 11.2% de la población se desplaza de un municipio a otro para ir a trabajar, lo que representa cerca de diez mil viajes intermunicipales diarios. Dos por ciento adicional, tiene que cambiar incluso de estado para laborar. Trece de cada cien trabajadores cruza fronteras político administrativas cotidianamente para ir al trabajo; por otros tantos de los estados vecinos que abandonan sus municipios para trasladarse a los nuestros con el mismo fin.
De la población de tres años y más que se considera indígena, 27.5% habla lengua indígena y 72.4% no. Lo anterior indica que la autoadscripción indígena es una pauta de identidad personal, que no implica el uso, comprensión o conocimiento de alguna lengua indígena. Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Colima y Zacatecas son las entidades donde más del 97% de la población que se declara indígena no habla alguna lengua; en contraste, la proporción más baja corresponde a Chiapas.
Tres de cada diez hogares cuentan ahora con jefatura femenina en el país, cuando hace un lustro era una de cada cuatro. En el caso del Distrito Federal, la proporción se acerca a cuatro de cada diez, gran parte en virtud de los hogares que se quedan a cargo de las viudas; dado que tienen una esperanza de vida mayor que los varones. En Aguascalientes el 26.2% de los hogares responde a una jefatura femenina (3.8% más que en el 2010).
También en número de viviendas Aguascalientes se encuentra en el número 27 nacional como entre la población, con 334 mil 589 viviendas, los residentes de estas tierras cuentan con el 1.05% del total de casas asentadas en el territorio, con un promedio estatal de ocupantes por vivienda de 3.9 por 3.7 del país. Las casas aguascalentenses tienen un porcentaje superior al promedio de los servicios con los que se cuenta en México; pero la encuesta da a conocer un déficit en focos ahorradores del 50% y en telefonía.
Si bien Aguascalientes tiene 9.7 años de escolaridad entre los de 15 y más años contra el 9.1 del país, se detecta también que entre los de 15 a 24 años acuden más a la escuela en México que en Aguascalientes (44% VS 42%)
Nuestra población económicamente activa (PEA) es mayor en porcentaje que la nacional (53.7 vs 50.3%) y tenemos 13% más personas en situación conyugal «casada» que entre los mexicanos en general (43 vs 30%). Aguascalientes tiene un 11% entre sus moradores que se considera indígena por el doble de los mexicanos (21.5%). La aguascalentense es una población con mayor proporción de derechohabientes al seguro social, si nos comparamos contra el promedio nacional (66.7 vs 39.2%).