Debes reconsiderar esto de las fiestas decembrinas, me decía ayer mi compañero y amigo Soren de Velasco, porque eso me ubica como un detractor del maratón Guadalupe Reyes próximo a iniciar. El no participar en las posadas de los respectivos centros de trabajo puede generar una mala imagen de ti, me dijo. Entonces ¿cómo socializas?, dijo otra maestra, bueno, ni a las graduaciones, bodas y demás eventos sociales acostumbras asomar la nariz. Y por más que quise dejar pasar esos comentarios no pude, tanto que los estoy compartiendo con usted.
Bueno, me defenderé un poco, para empezar no son posadas, son preposadas, realmente esta tradición popular da inicio el 16 y termina el 24 de diciembre, en su origen nueve celebraciones religiosas, nueve misas donde se repartían regalos simbólicos nombrados aguinaldos; a la fecha el término lo relacionamos con dinero, claro está, y con lo simbólico que suele ser. Permítame hacer una pausa, para como siempre quejarme de todo y no aportar una solución, como diría Raymundo House.
Como cada año el pago del aguinaldo en México está previsto, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público SHCP, en caso de que usted sea servidor público, para el 11 de noviembre, pero si no labora para la Federación, el estado o el municipio y presta sus servicios a la iniciativa privada, entonces tendrá que esperar a que se cumpla con lo que dice la ley, hasta el 20 de diciembre, y si se mueve dentro de la economía informal la historia cambia, no hay tal.
¿Sabe usted por qué el 11 de noviembre? Ni se imagina, el gobierno siempre piensa en los habitantes de este bello país lleno de bondades; bueno, a decir verdad piensa en los que más tienen. Perdón, otra vez criticando al sistema, disculpe usted el renglón anterior, no es verdad, el gobierno realmente se preocupa por todos nosotros y apoya a los que engrosan las filas de la burocracia (conste que no estoy aplicando el término peyorativamente), la causa de que el 11 de noviembre, un mes 14 días antes de Nochebuena y Navidad es para que todas y todos aprovechen las gangas y ofertas del aclamado Buen fin.
No es broma, querido lector, después de este ejemplo de gratitud por parte de nuestros gobernantes, a los empresarios no les quedó más que seguir la inercia y tuvieron que adelantar el 50% de esa prestación. Lo ve, si los gringos tienen su viernes negro nosotros por qué no tener algo similar, ya sabe, las “buenas” ideas siempre las copiamos. Esta táctica orilla a que la economía de fin de año se robustezca (aún más) y entre todos la detonemos para evitar la tan famosa cuesta de enero.
Ahora tendrá que comprar su pantalla plana para recibir la señal digital terrestre que a partir de ya las televisoras de nuestro país estarán ofreciendo; por lo tanto, y no como una obligación ni lujo, sino como una necesidad de primera línea, si quiere seguir viendo la basura, digo la excelente programación de la tele nacional tendrá que hacer una inversión generosa para adquirir estos aparatos. Y que mejor que con las ofertas del Buen Fin, qué importa que se quede sin aguinaldo, para eso es, ¿no? El dinero se hizo para gastarse, ¿o qué?, ¿se lo piensa llevar al más allá?, no importa si después le falta para la cena del 24, al cabo que siempre hay alguien que le puede prestar una lanita. Qué le hace si no apartó los ocho mil pesos de inscripción de la prepa del hijo mayor que tiene que pagar a fin de año, no pasa nada si no guardó para las tenencias, el predial y los caprichos de la señora que solamente lo ve como proveedor de dinero. Nada importa si el Buen Fin detonará la economía nacional, sacrifíquese por su patria, ¿qué no lo hicieron nuestros héroes?, si en tiempos de Hidalgo hubiera existido el Buen fin le garantizo que el cura hubiera ido a Fábricas por una nueva sotana. No sea mal compatriota, ¿qué no ve que es tiempo de dar?, comparta con los que más dinero tienen, obséquieles su aguinaldo, total, cuánto puede ser, literal.
Bueno, pero regresando al tema original y sin responder a Raymundo House sobre “usted nada más critica y nunca propone”, y ¿qué podría proponer en este caso?, ¿cómo hacerle para que nuestros mexicanos hagan conciencia de que el Buen Fin es un gancho, que la economía está prendida por pinzas, que existe incertidumbre en los mercados bursátiles (como siempre), que no compre una pantalla plana?, para qué sí con sólo estirar la mano el gobierno las regala, claro, no espere la de 60 pulgadas, cómo hacerle para que nosotros nos convenzamos de dar el mejor esfuerzo y no decir que “se hizo lo que se pudo”, ¿cómo hacerle para erradicar el tremendo conformismo que nos invade y la apatía por participar en la toma de decisiones?, ¿qué hacer para que los políticos dirijan la mirada hacia nosotros el pueblo?, ¿cómo hacerle para que como sociedad se nos tome verdaderamente en cuenta?; supongo que escribiendo, no lo só.
Por eso no me gustan las posadas ni las graduaciones, porque no encuentro un verdadero espacio para sociabilizar como pienso yo que debería ser. Te diviertes (que es necesario), bailas (haces ejercicio), bebes alcohol (para que se te suelte la lengua), pero al final de la fiesta no te llevas nada, tal vez algún teléfono o Face de la persona que más te llamó la atención.
Será que me necesito relajar, dejar de pensar en negativo y ser proactivo, voy a buscar el significado de la Navidad y todo lo que ello implica, lo pondré en práctica para que en mi próxima intervención dentro de La Jornada Aguascalientes usted, que me lee, se lleve una sorpresa, una verdadera bocanada de puro optimismo, así como debe ser.
@ericazocar