Nuevamente como todos los años desde 1997 se realizó en los primeros días de diciembre el Teletón, que es un maratón de donativos y difusión para apoyar los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (Crit). Y nuevamente como todos los años aparecen las críticas repetidas sobre el uso de los dineros recaudados. De nueva cuenta se emiten sospechas sobre el manejo que hace Televisa a través de su Fundación México de los millones que generosamente aportan ciudadanos y empresas. Se mencionan malos manejos como la evasión de impuestos e incluso ocultamiento de recursos ilícitos. Se critica la actitud de los medios de comunicación, cantantes, músicos y conductores que aprovechan el desfile de eventos artísticos para lucirse y promoverse utilizando a los niños con una discapacidad. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo internacional dependiente de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), ha emitido comentarios descalificadores sobre el uso de los niños en los spots de televisión mostrándolos como objetos de lástima y sujetos de caridad. Además señala que es incorrecto que la iniciativa privada se adjudique funciones que corresponden a los gobiernos en materia de Salud Pública. Sin embargo los teletones siguen realizándose ininterrupidamente desde hace 18 años y hasta la fecha se han construido 22 centros de rehabilitación y un hospital para tratamiento de niños con cáncer. A nuestro estado le tocó ser el Crit número cuatro de la lista. El más reciente será el de Villahermosa Tabasco. Pues bien, yo no trabajo para el Crit, nunca lo he hecho, no estoy en el elenco de Televisa y ni siquiera soy un donador ejemplar. Mis donativos han sido bastante modestos. De manera que considero que tengo todo el derecho de emitir mi opinión. El Crit vino a llenar un enorme y profundo hueco precisamente en la salud pública. Hasta antes de los teletones los centros de rehabilitación eran escasos, malos e insuficientes. A pesar de la evidente necesidad nunca se había construido un hospital nacional para niños con cáncer. El diseño arquitectónico de todos los centros es innovador, funcional y ha servido como modelo para otros países por su eficacia. El sistema fisioterapéutico es innovador y de resultados evidentes. La Fundación México promovió que en la Universidad del Estado de México se crearan las carreras de Fisioterapia y Rehabilitación. La UNAM tomó el modelo y las insertó en su plan de carreras, dos años después. En 2011, el presidente Calderón consiguió que las áreas de oncología y rehabilitación del Centro Médico Nacional se hicieran siguiendo el patrón del Crit. Además, la fundación ha conseguido lo que nadie había logrado, que gobiernos estatales y sociedad sostuvieran los centros, que desde su inicio continúan funcionando sin carencias ni limitaciones. En el pasado Teletón, el gobierno estatal (o sea nosotros) donó 15 millones de pesos y el gobierno municipal (o sea nosotros) donó dos millones 200 mil pesos. Casi 18 millones que salieron de las arcas públicas y que de otra manera su hubiesen empleado en otras acciones. Algunos críticos severos tanto de la OMS como del sector oficial a nivel de la Secretaría de Salud han denostado la intromisión del Crit en situaciones que corresponden a la Salud Pública. Ello cae por su propio peso, cuando los mismos funcionarios declaran constantemente que la solución a los problemas de salud son “responsabilidad de todos” o sea, si queremos entender es “responsabilidad de gobierno y pueblo” ¿Y no es precisamente eso lo que hace el Teletón? Pero la evidencia más contundente es la realidad. Hasta antes del 97, la atención a los niños discapacitados en todo el país era muy deficitaria. Ahora se cuenta con 22 centros de rehabilitación de primer nivel, que atienden discapacidades motoras, mentales, de lenguaje, visuales, del comportamiento e incluso cáncer. El diseño es realmente entusiasmante, con edificios prácticos, funcionales, bellos, de gran colorido, que agradan a la vista y a la función, con andadores, rampas, piscinas, consultorios, pasillos y estacionamientos amplios, cómodos, pensados con lógica y basados en conocimiento científico. A diferencia de los edificios viejos, decrépitos, mal adaptados, inoperantes, insuficientes y feos que han sido la característica de la salud pública en nuestra nación. La iniciativa privada siempre ha resuelto problemas de salud que los gobiernos no habían solucionado. Fundación Telmex apoya a personas con cáncer, Tiendas Aurrerá es el principal soporte de la Cruz Roja, Miguel Alemán Velasco otorga anualmente tres premios a investigaciones en salud, Cinépolis ha operado a cientos de personas con catarata, Laboratorios Silanes es el patrocinador del Instituto Nacional de Perinatología, Ópticas Devlyn tiene años de estar donando miles de lentes a niños con problemas visuales, Grupo Bimbo atiende nutrición y salud de comunidades indígenas altamente deprivadas. Todos ellos han recibido múltiples reconocimientos a niveles internacionales. ¿Lo hacen para quitarse impuestos? Benditos sean. Y si a esto agregamos las constantes noticias de desfalcos, desvío de recursos, corrupción y enriquecimientos ilícitos de nuestros funcionarios, no hay mucho que pensar. Que siga el Teletón.
