Kathleen Kennedy fue la encargada de producir a Steven Spielberg desde E.T., pero su colaboración se remonta hasta Cazadores del Arca Perdida, habiéndose terminado-pero-no-tanto su relación laboral con Lincoln en 2012, la cual fue una especie de regreso del legendario director a realizar películas relevantes. Como dato curioso, al principio de dicha película aparece Adam Driver, un joven actor (con unas facciones rarísimas) que sería bastante relevante para el siguiente paso profesional de Kennedy. Se rumora que Spielberg estuvo furioso-pero-encantado cuando se supo el futuro de su productora: ser la nueva encargada del negocio de Star Wars, elegida personalmente por George Lucas y ratificada por los altos mandos de Disney.
Si bien nada se compara en términos de fandom con Star Wars como unidad temática, en Disney tienen experiencia con franquicias y personajes. Está el dato de que Jack, la calavera adoptada por los jóvenes de todo México durante la educación secundaria como símbolo de ser rebelde y alternativo, factura más que Mickey Mouse en cuanto a objetos licenciados como plumas, camisetas, bolsos, cuadernos y hasta alimentos de vez en cuando. Ojo con que es de una película de hace más de una década. También tenemos la compra de Marvel por parte de Disney, donde ante la falta de los personajes más famosos de sus arcas (Spider-Man rentado a Sony, Wolverine a Fox) tuvieron que levantar un mono clase b como Iron Man en una excelente producción por parte de un director mediano supervisado por un productor que trabajó en X-Men…y ya, cuyo éxito cimentó la venta de la Casa de las Ideas al emporio en Burbank.
Entonces están todo el brazo de mercadotecnia de Disney y la mano derecha de Spielberg. Si bien Lucas está loco por el dinero, no lo está como ellos. He leído argumentos interesantes en la red acerca del fracaso en la crítica de las precuelas de Star Wars, desde que Lucas dejó de ser fan hasta que se volvió loco por la tecnología que comisionó (avanzó el cine digital, efectos especiales y pantalla verde) y se olvidó de dirigir a los actores. En io9.com un usuario decía que Lucas considera a la audiencia como un alcohólico que si le gustaron los Ewoks, va a meter más aliens (Gungans en Ep-I) o si querían más batallas con sables de luz, hay que irse al extremo (sable de dos picos, pelea de docenas de Jedis contra Siths, más soldados que nunca). Puede que sea el caso de Woody Allen cuando es el peor Woody Allen (Scoop, Magic in the Moonlight) simplemente considero que a diferencia de Martin Scorsese (que hizo un remake en los dos miles de una película coreana, por ejemplo) Lucas nunca se actualizó en sus referencias culturales o el ir más allá en las historias. ¿O me equivoco completamente? Ep-II tiene una vibra muy The Matrix, pero que tampoco resulta, es cómo un anciano queriendo andar en patineta con lentes Oakley.
Así, como hace un año de esta columna, hemos hablado de una película sin hablar de la película. A todo esto, Lucasfilm [la empresa] dejó a JJ Abrams hacer una película personal, a menor escala, ni siquiera es épica y no le hace falta, es algo buenísimo del director de cintas que amo como Super 8, MI:3 y la mano detrás de Cloverfield. Ya hablé de que no soy fan de Star Wars, más bien del diseño industrial y su arte. ¿Por qué? Porque salvo Empire, son historias tetísimas pero excelentemente adornadas. Y en The Force Awakens, todo se va a la mierda y no puedo dejar de hablar de lo que sentí cuando salen los créditos. Es una especie de paz temporal y que hay, en efecto, una nueva esperanza. Al igual que como acaba Empire. Por más que los trolls de internet digan que es demasiada parecida al Ep-IV. Próxima semana: Esta charla, pero son spoilers. Lo siento, tienen una semana para verla.
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