- La joven de 22 años requiere de fuertes medicamentos, desapareció desde el 8 de septiembre
El último reporte señala su llegada a la Fundación Mamá Cuca donde, a pesar de su solicitud de ayuda, no se le atendió
Desde el 8 de noviembre, la joven de 22 años Miriam Guadalupe Acosta Lamas salió de su casa en la colonia López Portillo con una fuerte crisis por su padecimiento de esquizofrenia; es de complexión robusta, estatura 1.68, cabello largo de tono oscuro, tiene una cicatriz por cirugía en el tobillo izquierdo, así como por varicela en la nariz y debajo del ojo izquierdo; el día que desapareció llevaba puesto un short color amarillo, blusa de tirantes y cuello redondo color gris, así como sandalias. Cualquier información se pide llamar al 01 800 00 854 00, 066 o al (449) 9 10 20 86, el número de averiguación es DGAP/AGS/15049/10-15.
Su madre Lourdes Lamas González explica que el martes 8 de noviembre, Lupita, como prefiere que la llamen, presentó una crisis “le dije que la llevaría al doctor pero en menos de 5 minutos que fui por un medicamento que me dan para la columna cerré los ojos, mi nuera me grita y me dice que ya no estaba mi hija”, ambas salieron de su casa pero ya no la encontraron; de inmediato la reportó al 066, pues debido a su padecimiento cuando entra en crisis corre y grita que alguien la quiere matar.
Del martes para el domingo el operador 48 del servicio telefónico de emergencia 066 le comentó a la madre que tenían un reporte de una ambulancia que atendió a su hija en la calle Granaditas del barrio La Estación, pero que al no encontrar la necesidad de trasladarla a un hospital la dejaron en el lugar.
“En esa calle está las oficinas de la fundación Mamá Cuca, de ahí le hablaron a la ambulancia, lo que pasó fue que Lupita llegó a pedir terapia porque se sentía mal pero no le dieron atención, sólo porque se desvaneció le marcaron a la ambulancia y ahí le dijeron qué traía y ellos la dejaron ir”, cuando supo del reporte fue al lugar en busca de información con una fotografía de la joven, “me dijeron que sí había llegado sola y que le iban a dar una cita para otro día, pero mi hija se fue sin decir nada”. Aunque entiende que la Fundación no era responsable de retenerla, lamenta que su hija no hay atenido la atención necesaria si se supone que este es un espacio en el que ofrecen atención sicológica.
Como la autoridad le ha pedido en otras ocasiones esperar unos días antes de levantar la denuncia formal de su desaparición, ya que comúnmente la encontraban en máximo dos días, fue hasta el domingo 13 de noviembre cuando el Ministerio Público levantó el reporte. A la fecha, el grupo especial Avante le asegura que busca de su hija pero que al ser “muchísimas jovencitas y personas desaparecidas, no tienen mucho personal”, por lo que decidió hacer la familia fue pegar en el primer cuadro de la ciudad carteles con la foto de Lupita y sus características, sin embargo, las autoridades han retirado la mayoría minutos u horas después de colocarlas.
En otras ocasiones, generalmente la encontraban policías municipales que ya la conocen, pues cuando anda en la calle pareciera una niña de menos de 8 años, “ella canta, aplaude, baila, brinca, no mide el peligro, se les atraviesa a los coches”, cuando la han observado en crisis la llevan al C4 en donde tienen su expediente de los medicamentos que toma y los datos de su madre, “tanto la conocen que los policías me paran y me preguntan que si ya la encontré, estamos muy preocupados, la queremos de regreso”, debido a lo distinto de la situación, se le ha comentado la probabilidad de que Lupita no se encuentre en el estado o alguien más la tenga retenida.
Como antecedente está, el que hace siete años no fue localizada durante 15 días, cuando apenas iba a cumplir 15 años y su diagnóstico aún no estaba completo, en esa ocasión la encontraron en la Ciudad de México en el hospital siquiátrico Juárez N. Navarro. Según el expediente entregado a la autoridad de Aguascalientes, la llevaron a la delegación porque un padre cerca de la basílica la dejó en un hotel, indicándole a recepción que al día siguiente iría por ella, pero al estar en crisis le prendió fuego al cuarto y el hotel llamó a la policía, “de ahí la mandaron al siquiátrico porque se fijaron que no estaba bien de salud”, días después cuando recibió el tratamiento, la entonces adolescente dio sus datos y llamaron al estado para la localización de sus familiares.
Desde los trece años comenzó su tratamiento, primero como depresión, después le realizaron estudios del paidosiquiatra, neurólogos, sicólogos, por lo que se le diagnosticó atrofia cerebral y esquizofrenia combinada con sicosis, razón por la cual ve y escucha situaciones que no son reales.
Al tener 4 hijos, Lourdes Lamas González reconoció que su vida es muy complicada y pesada, sin embargo, nunca han reprochado la enfermedad de su hija, “siempre tratamos de apoyarla y tratarla lo más normal que se pueda”, en ocasiones sus crisis inician por recibir una negativa o regaño y esto ha causado algunas escapadas por creer que no la quieren, “sea como sea es mi hija y la amo, la quiero de regreso sana y salva”.
Aunque en el Ministerio Público se le ha mostrado oficios informativos sobre su hija, emitidos a otras instancias de estados cercanos, hasta el momento no se le ha hecho la prueba de ADN, paso principal dentro del protocolo a seguir para personas desaparecidas. En octubre, la mamá de Lupita recibió una llamada de Guadalajara, ya que se encontró a una chica accidentada de la que se desconocía su identidad, pero las características de la persona no correspondían a las de Lupita, por lo que se descartó la información.
