Dentro del jazz y el rock, específicamente, el bajista nunca ha sido el gran protagonista, los reflectores suelen enfocar al guitarrista, al de los teclados o al baterista, cuya naturaleza del instrumento lo hace espectacular per se, pero el bajista es ignorado, o al menos no se le da la atención necesaria, sin embargo, es imposible imaginar a cualquier tipo de ensamble, ya sea de rock, de blues o de jazz sin este instrumento; resulta indispensable.
En este momento estoy recordando un excelente libro de Patrick Süskind, escritor y guionista alemán, llamado El Contrabajo, en donde el autor, a través de un interesante monólogo de un contrabajista de una orquesta sinfónica, hace una serie de reflexiones muy interesantes sobre el papel del contrabajo en una entidad sinfónica, y compara esta entidad con la sociedad civil que todos habitamos en donde también hay clases sociales, en este caso, dice que los bajistas son los olvidados, los más desfavorecidos, mientras que los violinistas integran la clase más sólida, entre otro tipo de reflexiones.
En fin, a lo que quiero llegar es al asunto del papel del bajo en la música, ya sea en el contexto de la gran música de concierto o en lenguajes populares como el jazz, el blues, el rock y otros más. Estarás de acuerdo conmigo que este hermoso instrumento pasó durante muchos años simplemente como el complemento de la sección rítmica, pero sin lograr el indiscutible protagonismo del que hoy en día goza, y estoy seguro, salvo que tú me corrijas, distinguido invitado a degustar de este Banquete, de que esta reivindicación del bajo se debe a la aparición en la escena de la música internacional de un bajista de proporciones inconmensurables, estoy hablando del gran John Francis Anthony Pastorius, mejor conocido como Jaco Pastorius.
No es sólo el trabajo virtuoso al pulsar el bajo eléctrico, la ejecución en sí misma, sino algunas modificaciones hechas por Pastorius para mejorar el sonido, o lograr un sonido diferente de este instrumento. Por ejemplo, él utilizaba un bajo Fender modelo Jazz Bass 1962, al que le quitó los trastes transformándolo en un Fretless bass, muy poco común en aquellos años y cuya sonoridad es muy similar a la del contrabajo acústico. Además de esta muy importante modificación limpiando el diapasón del bajo de trastes, fue la de sustituir las cuerdas comunes en el bajo eléctrico de entorchado plano, por otras, hasta entonces ajenas al bajo fretless de entorchado redondo, esto fue determinante en el sonido definitivo del bajo de Jaco Pastorius y que fue su sello particular, además de lo virtuoso de su ejecución.
Jaco Pastorius fue un bajista autodidacta, pero de unas posibilidades impresionantes, él abrió el camino para que el bajo pasara de ser sólo un instrumento de acompañamiento sin mayor trascendencia, a llegar a ser el pilar de varias agrupaciones, por ejemplo, no podemos negar que Rush debe su sonido, en gran medida a Geddy Lee, o Red Hot Chili Peppers a su bajista apodado Flea. Imposible entender el sonido de Led Zeppelin sin el bajo de John Paul Jones o el de The Who sin el imprescindible bajo de John Entwistle. O en el terreno del jazz, Jaco Pastorius allanó el sendero para que otros grandes bajistas como John Patitucci, Victor Wooten, Stanley Clarke, Brian Bromberg, Jimmy Haslip, Mark Egan, Richard Bona, y no sé cuántos más, lógicamente una lista así siempre estará incompleta, pero bueno, son sólo algunos de los que en este momento recordé.
De ninguna manera pretendo restar importancia al trabajo realizado por Charles Mingus hace ya muchos años, durante las décadas de los cincuenta, de los sesenta y los setenta, por cierto, él murió aquí en México, en Cuernavaca, su trabajo en el bajo es indispensable en el jazz, sólo que él se desempeñó en el contrabajo, no en el bajo eléctrico, en donde definitivamente Pastorius es el indiscutible monarca.
Posiblemente su falta de una técnica, consecuencia de una total ausencia de formación académica, generó el desarrollo de una forma muy particular de tocar el bajo eléctrico, una digitación que tenía mucho que ver con la posición de su mano derecha al momento de pulsar las cuatro cuerdas del instrumento. Así, con una forma espectacular, además de solvente de tocar el bajo, este instrumento, en manos de Jaco Pastorius, fue ganando terreno poco a poco, con respecto al papel protagónico que suelen desempeñar el saxofón, el piano, la trompeta o la guitarra, tanto eléctrica como acústica. Yo creo, salvo tu mejor opinión, por supuesto, que este es el gran mérito de Pastorius, más allá de su propuesta musical, de la cual no tenemos el más mínimo derecho de dudar; el haber llevado el bajo eléctrico hasta ese protagonismo que hoy tiene es culpa, sin duda, de él.
Tanto en sus trabajos como bajista de Weather Report, como en lo que nos dejó en su carrera solista, encontramos esa comunicación con su instrumento, esa pasión de tocar es manifiesta desde que en 1974 acompañó al guitarrista Pat Metheny en la grabación de la canción Bright Size Life, después de algún tiempo, no mucho realmente, como bajista de Blood Sweat & Tears, de hecho, antes de unirse a Weather Report, grupo del que Pastorius ya era admirador, grabó su primera producción solista titulada simplemente Jaco.
Murió en septiembre de 1987 cuando fue expulsado de un bar por comportamiento inapropiado, sólo que el guardia de seguridad Luc Havan le dio una paliza que posteriormente le provocó un derrame cerebral del que finalmente murió, qué triste y patético final para un genio de este tamaño. Por cierto, el guardia de seguridad sólo cumplió cuatro meses de los cinco años de condena, así pasa, qué pena ¿no crees?