Es como “el fenómeno atmosférico que puede ser aéreo, como los vientos; acuoso, como la lluvia o la nieve; luminoso, como el arco iris, el parhelio o la paraselene; y eléctrico, como el rayo y el fuego de Santelmo” (Encarta dixit).
De conductora de programas radiofónicos a jefa de prensa de la alcaldía de Aguascalientes. De jefa de prensa a diputada local. Todo en poco más de 700 días. Tener a su alcance el poderoso dedo femenino fue más que suficiente para obtener el grado de cocción que se logra en el mágico horno de microondas de la burocracia y la política.
De aquella destacada conductora que aspiraba a ser la Aristegui de Aguascalientes: Perseverante. Seria. Criticona. Incisiva. Incansable luchadora contra la desigualdad social. La corrupción. El negocio al amparo del poder. La opacidad. El derroche del gasto público. La opulencia de los funcionarios públicos. La improductividad de los diputados locales. La inacabada conclusión en los cargos de representación popular. La amoralidad. La imposición. La ausencia de rendición de cuentas Y la falta de ética. Sólo queda el recuerdo.
Anayeli Muñoz Moreno está afectada por una sobredosis de la vitamina P (Poder). Sus valores, principios y solvencia de antaño, los pregonados en el púlpito de la cabina, delante del micrófono, desaparecieron en los últimos análisis que se entregaron en el laboratorio de la percepción ciudadana. La incontinencia de la doble moral y la incongruencia fluye en su ser, desafortunadamente.
Revisemos los análisis, los arrojados después de consultar la hemeroteca y los datos obtenidos por el escribano:
En 2013 se declaró ciudadana sin partido político. El 9 enero de 2015 acepta finalmente que es una Tucana más. “Mantengo buena comunicación con las líderes del tricolor, pero este es mi partido (PVEM), es el que yo milito y el que me dio la oportunidad de ser candidata”, presumió (LJA, 09/01/15).
Como verde legisladora se opone al maltrato animal en los circos y a las corridas de toros, pero por otro lado, presumía en su página de Facebook fotografías con su esposo en la plaza de Aguascalientes, como dio cuenta Reforma el 14 de junio de 2013, que reproduce la citada gráfica de la entonces candidata del PVEM.
Primero dijo que terminando la diputación regresaría a las filas de la reporteada. Pero después cambió de parecer al desarrollársele la ambición sin medida, que la lleva a despojarse del vestido de Tucana -de rojo corazón y verde piel- para ponerse el traje sastre de Chapulina, con el propósito de aventar el inconcluso trabajo parlamentario y abrazar nuevas candidaturas.
Las palabras de su reciente segundo informe destilan orgullo por su labor legislativa, pero no hay tal sentimiento. La función de diputada le hace infeliz. Le causa urticaria. Aunque el evidente malestar en nada se parece al enorme placer que siente cuando recibe el sueldazo mensual. Los cuantiosos recursos económicos adicionales. El apoyo del personal administrativo y del chofer a su disposición. El lujoso automóvil. Los vales de gasolina. El celular Telcel. El dinero para el informe anual. Todo con cargo al bolsillo del sufrido contribuyente
En enero de este año se registró como precandidata del PVEM para contender por la diputación federal por el Distrito II. Hasta atractivo chambelán tenía para el baile, según compartió alegremente en su cuenta de Facebook: “Durante mi campaña electoral tuve el respaldo de mi amigo Roberto Tavarez. Estoy segura que hará un excelente papel como coordinador de mi nuevo proyecto en el 2015” (LJA, 09/01/15). Como se recordará, el priista fue secretario de Integración Social durante la administración lorenista.
Hace días el virus de la Chapulina volvió a picarle a Anayeli Muñoz Moreno, al destaparse como aspirante a la alcaldía capitalina. Manifestó su expreso rechazo a la posibilidad de hacer alianza con el PRI, porque en este sexenio han perdido la camisa en el redondel electoral. Y los ojitos le brillaron cuando el líder estatal de su partido, el diputado y prospecto a Chapulín Gilberto Gutiérrez, anunció que iría por la gubernatura. Habrase visto tan impresentable endogamia. Jamás.
La rentabilidad electoral de Anayeli duerme en el petate. En su elección para diputada local por el Distrito XV ganó a la contrincante del PAN por 485 votos, que representan el 0.5 por ciento de diferencia entre ellas. En la elección para diputado federal por el Distrito III, el candidato del PAN trituró al del PRI, al sacarle una diferencia de mil 526 votos en el Distrito XV de Anayeli, lo que habla de una paupérrima labor de gestión hacia sus representados y el mínimo trabajo político en la demarcación.
Y bueno, el rencor es mal consejero en la política; más, cuando los temas familiares se mezclan con asuntos públicos. Los reiterados señalamientos de la diputada Muñoz Moreno hacia la alcaldía de Aguascalientes son subjetivos, tendenciosos y están desprovistos de algún sincero interés de servir a la comunidad. Más bien responden a una insaciable sed de venganza: resulta que a una hermana y un hermano de Anayeli, que trabajaban en la secretarías del Ayuntamiento y de Desarrollo Urbano, respectivamente, la nueva administración les solicitó las renuncias y ofreció la liquidación de ley. Nada nuevo hay bajo el sol en esa decisión. Entran los triunfadores y salen los derrotados. Rojos y azules proceden de la misma manera. Salvo honrosas excepciones, claro.
Ante el amoral proceder, es oportuno referir que otro cliente favorito de Muñoz Moreno es la Comisión Estatal de Derechos Humanos. ¿Qué favor habrá negado la Comisión para merecer la virulencia mediática de la diputada del PVEM?
Las palabras cabalgan gratis. Los hechos compran boleto. Más cuando viajan en el Ferrari, el automóvil de la congruencia. En el Airbus 380, el avión de la credibilidad. Y en el Oasis of the seas, el crucero de la honestidad.
Porque alguien tiene que escribirlo: “Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamos”, supongo que le dijo Paco Guel Saldívar -parafraseando al gran José Alfredo- a su secretario particular, el infumable Rodolfo Fito Quiroz, ante de presentar su renuncia a la presidencia del PRI Aguascalientes.