- Obsequiará el Imac 2 mil copias de Virtudes argumentativas: conversar en un mundo plural
- Mario Gensollen presentó Virtudes argumentativas: conversar en un mundo plural en el segundo patio del Archivo General Municipal
- El título cuestiona el papel de la argumentación en la vida pública
Se argumenta en lo individual y lo inmediato: a la pareja se le explican cosas como por qué viajar, a dónde hacerlo y qué comer; sin embargo, las ciudades no han aprendido a insertarse en una dinámica como esta.
Virtudes argumentativas: conversar en un mundo plural, de Mario Gensollen, destaca la necesidad de encontrar una sociedad democrática y abierta al disenso, pero sobre todo interesada en encontrar qué discutir y cómo discutirlo.
“Siempre lo que hacemos lo razonamos bajo una idea de que es bueno, si no, no podríamos actuar. ¿Los violadores, los secuestradores, por qué hacen eso? La gente que actúa mal, y eso lo sabían bien los griegos, normalmente no tiene un contacto dialógico con una persona que la haga autodistanciarse para progresar moralmente, la mejor manera que tenemos los seres humanos de ser mejores es dialogar con personas que piensan distinto a nosotros.”
El libro, compuesto por una extensa presentación y una decena de ensayos fue presentado ayer. El financiamiento del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (Imac) permitirá que las dos mil copias se distribuyan de forma gratuita.
Sin diálogo bien fundamentado, sostiene el autor, la colectividad será incapaz de modificar el estado en el que la conocemos.
“Hay sociedades que son altamente endógenas, xenófobas, amuralladas, no permiten el diálogo. Quisiera creer que Aguascalientes ya no es esa ciudad o que estamos en vías de no ser esa ciudad en la que las personas creen que la única forma de ser felices es la forma que ellas tienen.”
Todo el libro está guiado por un cuestionamiento: qué papel debe jugar la argumentación en la vida pública.
En tal espacio “parece que no argumentamos lo que deberíamos. Curiosamente argumentamos todo el día, con las parejas, con los amigos sobre la mejor cosa que podemos hacer mañana, sin embargo, en la vida pública no estamos acostumbrados a argumentar, el papel es importantísimo: cómo pensamos nuestra sociedad, la estructura básica del lugar donde vivimos, cómo discutimos las leyes que nos rigen, cómo discutimos innumerables problemas”.
Si la argumentación no se vuelve común, apunta Gensollen, la sociedad continuará como víctima del dictado de las mayorías y a las violencias de toda especie.
El titular del Imac comentó la publicación. Alejandro Vázquez Zúñiga, mencionó Gensollen ha dado un punto de vista que podría conducir hacia la comunicación asertiva.
“Hay un tono incendiario en la forma en que dice las cosas, creo que en realidad es una manera de llamar muy correctamente la atención para buscar justo lo contrario: que los problemas que se dan en un choque de creencias sean dilucidados de la mejor manera.”
Insistió en que la comunidad no ha asimilado la existencia de reglas que permiten tender puentes comunicativos.
En Virtudes argumentativas: conversar en un mundo plural se dibuja un método con condiciones mínimas para argumentar en una conversación que termine en acuerdos.
Adán Brand, otro comentarista, citó a Mario Vargas Llosa y expuso que la propensión social a pasarlo ha derivado en la banalización de la cultura y la proliferación de un periodismo sin compromiso.
Luego de la Segunda Guerra Mundial y de la recuperación económica occidental, la sociedad determinó que lo adecuado era olvidar la angustia. La búsqueda del conocimiento ha quedado superada por la comodidad.
“Si no son muchos los que señalan este fenómeno y empiezan a advertir sobre lo poco que nos conviene seguirlo alimentando indiscriminadamente, son aún menos los que se atreven a proponer soluciones que no caigan en una especie de fascismo o dictadura de la cultura y el pensamiento”.