- Cierra la 47 Feria del Libro con uno de los autores más destacados para niños
- La responsabilidad de los adultos en la lectura de los niños desde la perspectiva de Francisco Hinojosa
¿Por qué y para qué leer? Estas son las típicas preguntas que a lo largo de su trayectoria le han hecho a Francisco Hinojosa, uno de los autores para niños más reconocidos en México que vino a cerrar la 47 Feria del Libro de Aguascalientes con una charla participativa entre niños, jóvenes y adultos.
Comúnmente se dice que México es un país no lector, esto, desde su perspectiva, es mentira, pues un lector es todo aquel que lee algo sólo que las estadísticas oficiales sobre lectura se refieren a un sector de literatura específica, es decir que lean libros completos de Shakespeare, el Quijote o La peor señora del mundo (dijo entre risas por ser autor de este último título).
El cómo crear la necesidad de la lectura es lo que se llama responsabilidad del adulto, ya sea de los padres o maestros: “Cuando un niño tiene esa necesidad de imaginación la lectura viene por sí sola”, y se convierte en una parte importante del menor, en el caso de Hinojosa, compartió haberse convertido en lector a los 16 años con Crimen y Castigo y de ahí se enamoró de la lectura; cuando se obliga a una determinada lectura el menor lee sin querer realmente hacerlo, pero cuando se le deja a él elegir la lectura por sí mismo puede adoptarla como algo propio. Esta es la principal responsabilidad que tienen los escritores, padres y maestros.
Los niños son quienes más leen y se convierten en los mejores lectores porque son los más puros y transparentes a la hora de criticar: “ello no se van a medias tintas, si no les atrapa no leen”, contrario a los adultos, que en muchas ocasiones siguen la lectura sólo por necesidad de entrar a un sector social mientras que un niño lee por placer y porque el libro le cumplió sus intereses. Es ahí donde las escuelas fungen un papel importante para motivar cada vez más esta satisfacción lectora, ofrecerle distintos títulos para que sea el niño quien elija los que más le satisfagan sin que el profesor le dé una carga pesada de textos aburridos que hagan que el niño y joven huya de la lectura.
“Antes que nada debemos preguntarnos como papás, ¿leemos? Porque si no lo hacemos jamás podremos tener hijos lectores”, la lectura es como un virus que se propaga dejándolo a la luz en convivencia con más personas, sólo de esa manera se puede contagiar el amor y la pasión por la lectura.
¿Para qué leer? Se preguntan muchos todos los días, Hinojosa dice: Para que la vida sea mucho más fácil y divertida. Parte de lo que hace que nos enamoramos de los libros es lo que provoca con la imaginación, esto es lo que hace que los niños amen los cuentos de hadas o de aventuras fantásticas, pues se enfrenta ante los grandes temas del humano como la muerte, la vida, la seducción, la rivalidad fraternal, el amor y la amistad: “con un cuento viven estos grandes momentos que como adultos enfrentarán”, los resultados imaginarios dependen de la madurez del lector. Para Francisco Hinojosa la lectura otorga al lector una especie de gimnasio para la imaginación, ejercicios que te ayudan a enfrentar los problemas de adulto.
En entrevista con La Jornada Aguascalientes, Hinojosa aseguró que el llegar a ser escritor para niños fue por casualidad, porque el gobierno se interesó en publicar libros para este sector que era considerado muy poco productivo, pero que en realidad resultó ser uno de los mejores y más demandados. A raíz de que la Secretaría de Educación Pública tomara la batuta para comprar los derechos de autores de renombre y los editara para México, nació una generación de autores muy jóvenes e incluso ilustradores que han penetrado muy bien en el sector infantil, tanto que lo que se produce actualmente en México es de una calidad de exportación importante.
Para que este mexicano decida publicar un libro primero tiene que gustarle y provocarle muchos sentimientos y emociones, de lo contrario sabe que jamás impactará en su lector, de ahí que hay títulos que ha tardado desde cinco horas como La peor señora del mundo hasta 14 años como De domingo al lunes: “no hay un tiempo límite ni base para mí sino que me agrade que me provoque y que sepa que dará un buen resultado”, en lo general sus obras realizadas para niños han tenido como fuente de inspiración algunas vivencias con sus hijos.
Por ahora dedicará lo que resta del año en la promoción de Con los ojos abiertos, que es un título más para jóvenes que tardó siete años en concluirlo, sin embargo adelantó que para el 2016 publicará un libro de autoficción acerca de algunos viajes que ha tenido: crónicas para adultos.