Idear el cambio social nos rebasa, y en ocasiones la decepción, la ira, la tristeza o el miedo nos imposibilita pensar con claridad, es por eso que las y los ciudadanos debemos alfabetizarnos sobre nuestros derechos y procesos para exigirlos, defenderlos y ayudar a quien lo necesite, con consciencia y pertinencia. Por eso es importante que la ciudadanía, defensores de Derechos Humanos y activistas superen la teoría, así como el deseo de figurar públicamente, para pasar a la práctica, pues más allá del interés por dejar huella o hacer historia hay un problema que requiere una solución, ser reparado, compensado y marcar un antecedente, tal vez minúsculo, pero de mayor profundidad a plazo. Por ello, es menester conocer los elementos que ofrecen el Estado, las leyes, la mediación, así como las vías para no sólo exigir el reconocimiento de Derechos, también dimensionar las próximas acciones, e incluso evitar la sobreexposición de víctimas o afectados, afectadas.
Por ejemplo, una chica del Distrito Federal interpuso una denuncia ante el Conapred por rechazo y hostigamiento por parte de la directora, compañeros, padres y madres de familia de la escuela secundaria No. 2 Ana María Berlanga, acusación que fue detonada por la actitud de la directora al cuestionar la relación de la joven con otra, por lo que le prohibió realizar muestras de afecto, besos e incluso abrazos, además de cuestionar que al sólo contar con alumnas no debería existir ningún tipo de relación amorosa.
Aunque este caso recibió atención por parte de medios de comunicación, como muchos otros, la diferencia radicó en las vías de denuncia, lo cual permitió que autoridades de la SEP emitieran una disculpa pública, frente a estudiantes, profesores, padres y madres de familia; además del cambio de la directora. Si bien la joven perdió el ciclo escolar, lo cual debe reconocerse y resarcirse, este caso dejó un gran antecedente para la lucha del reconocimiento de Derechos, en especial en materia de Derechos Humanos y respeto a la diversidad sexual y de género. Además de los logros obtenidos, considerando las tareas pendientes, la chica no fue exhibida como bandera victimizada de lucha, lo cual se debe en gran parte a la madre y padre, quienes la impulsaron y han acompañado durante el proceso de denuncia; lo cual nos muestra y enseña una lección: es necesario alfabetizarnos sobre nuestros derechos, procesos de exigencia de derechos y dar acompañamiento por el hecho de considerar al otro o a la otra como semejante, en vez de pensar en una oportunidad para capturar reflectores, hacer historia o “cambiar al mundo”, pues antes del mundo existe un individuo, o varias personas, quienes requieren de apoyo.
Si bien es cierto que muchas acciones por el reconocimiento de derechos requieren de la actuación de la sociedad civil organizada, tampoco se deben menospreciar aquellas acciones que, para algunas personas, pueden parecer simplonas, tontas, inocentes o improductivas, ya que en ocasiones esos actos pueden generar un cambio mayor a plazo. Ejemplo de ello es la llamada revolución feminista silenciosa, cuando algunas mujeres en matrimonio toman anticonceptivos a escondidas para evitar más embarazos; práctica que para algunos podría simplemente significar algo cobarde, represivo y reproductor del machismo, pero, en la realidad próxima de esas mujeres, en su día a día, ha generado un giro importante para su bienestar y protección.
Por supuesto que es necesario un cambio, exigir derechos y realizar acciones, pero también se deben realizar los procesos existentes para ello, que más allá de una idea de parvulario en espera de la respuesta de las instituciones, posibilita dejar antecedente para futuros argumentos y acciones de distinta índole, pues de lo contrario no habría forma de evitar los simples “me lavo las manos”.
En ocasiones, el buscar una sociedad más incluyente, de respeto y armónica, nos lleva directamente a pensar en las grandes revoluciones y movilizaciones sociales, pero, además -y señalo esto último con mayúsculas-, además de eso… también debemos considerar y reflexionar sobre aquellas múltiples acciones, aisladas, individuales, pues no sólo existen las colectivas de gran, y efímera, resonancia. Por supuesto que existirán diferentes problemáticas, con distintos niveles de riesgo y violencia, pero el principio es el mismo, buscar la protección, la reparación de daños y dejar antecedente para advertir a aquellas personas con violencia o discriminación latente que ya se están realizando procesos, concientización, denuncia, que ya estamos actuando.
@m_acevez