Como Ixca Cienfuegos, nací y vivo en México D.F. Esto no es grave, efectivamente. Pero cuánto me ha gustado tener una segunda ciudad, en la cual poder visitar a familia y amigos, y descubrir poco a poco, con la mirada limpia que otorga la distancia, bendiciones antes ignoradas. Doce años se cumplen esta semana desde que la dejé (había que escapar o quedarse para siempre) y cuatrocientos cuarenta desde que se fundó. Ciudad de aguas profundas y canteras calientes; en lo absoluto un lugar “de paso”, como suele contarse. Ciudad del Camino Real de Tierra Adentro, igual que Querétaro y Zacatecas, sólo que con más récords Guinness. Ciudad de Jesús Terán, que se gastó su dinero en Europa a favor de la causa republicana; de Posada, Herrán y Brenner, y de Víctor Sandoval; ciudad que primorosamente y de verdad conocieron Primo de Verdad, Egerton, Gerardo Murillo, José Gorostiza y tantos otros.
Aguascalientes de todos nosotros, cuya grandeza podemos celebrar con únicamente salir a la calle. Mirar los zaguanes que se dejan mirar. Insistirle a la recepcionista de San Diego para que nos permita conocer el camarín de la virgen (“pero es que aquí no es museo”). Echarnos unos tacos de colores o de tripas o del Amigazo Nacho o de nata (tortilla, aceite, chile ancho, huevo cocido, nata, ajo, leche, lechuga, rábano). Probar los tamarindos en el Una Copa Más y compararlos con los del Salón Aguascalientes. Echar carrilla, decir vigas, reborujarnos. ¿Sí es cierto que hay una familia viviendo arriba de la farmacia de Juárez y Madero? ¡Qué suertudos! ¿Qué onda con los supuestos túneles en el centro?, ¿conocemos a alguien que haya entrado? Vagar por el Barrio de la Salud y el silencioso Campestre. Salir al campo… Estrellita del lejano cielo, que miras nuestro dolor, que sabes nuestro sufrir, dispáranos unas nieves del As, pero antes un desayuno en La Saturnina, y de ahí al Encino, con su parque de diversiones: rincón gallardo, aunque privado. ¡Tanto que hacer en Aguascalientes!, feliz cumpleaños. Fan-faneto-neto-fan-fan-faneto-neto-fan. Huizache incandescente. Rancho de Pulgas Pandas. Línea de Fuego. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más asoleada del aire. [email protected]
Viernes 23 de octubre de 2015.
Jorge Pedro Uribe Llamas (Ciudad de México, 1980) estudió Comunicación Medios Masivos en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ha colaborado en varios medios de comunicación. En 2014 recibió un Pochteca de Plata de parte de la Secretaría de Turismo del Distrito Federal por su labor como cronista. Es miembro asociado del Seminario de Cultura Mexicana y autor del libro Amor por la Ciudad de México (Paralelo 21, 2015).