- Para el jurado, el Premio Dolores Castro es el puerto seguro del viaje literario de toda escritora
- La ganadora de la categoría de poesía creará una gaceta cultural en Veracruz en busca de crear una comunidad literaria
“Únicamente cuando se llega al otro cobra sentido el haber comenzado a navegar en la creación de una historia”, destacó Edilberto Aldán, representante del jurado calificador, minutos antes de la entrega del Premio Dolores Castro 2015 en el segundo patio del Palacio municipal en el marco de la celebración del 440 aniversario de la ciudad.
Ante la ausencia de la homenajeada Dolores Castro Varela, debido a que recibía el doctorado Honoris Causa por el Colegio de Chihuahua, las ganadoras de la categoría poesía y narrativa escucharon un mensaje escrito que destacaba el poder de sus palabras convertidas en creaciones literarias que impactarán a más de una persona.
Melamina de Olivia Nicté Toxqui Martínez (poesía), Cuaderno negro para el ojo de Alma Karla Sandoval Arizabalo (narrativa) y Colección de ciudades salvajes de Carmen del Rosario Ávila Jaquez (mención honorífica narrativa) son las obras que conjuntan la edición 2015 de este premio que, en tan solo cuatro años, se ha convertido en una plataforma importante para aquellas plumas femeninas con grandes historias por contar, como lo destacó Alejandro Vázquez Zúñiga, titular del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (Imac).
Edilberto Aldán sostuvo que armar un libro es como comenzar un viaje sin rumbo: “Estas tres historias están a la altura de lo que viví, imaginé, soñé; aunque nunca estás con seguridad de lo que vivirás en la travesía, sé que únicamente cuando se llega al otro, cobra sentido el haber comenzado a navegar”. Enfatizó que un certamen como el Dolores Castro es justamente ese puerto seguro en ese viaje literario; aunque reconoció que no se escribe para ganar premios ni para obtener un reconocimiento (que nunca está de más), el propósito es otro: contar con una iniciativa que les permita a los escritores saber que hay un punto a dónde llegar cuando se sale de viaje.
Consideró que este premio ya no requiere de justificaciones para mantenerse, pues esos libros que ha entregado (y que seguirá publicando) son el argumento suficiente para defenderlo: “No sabemos cuál será el milagro que ocurra cuando una mirada se detenga en Melamina, en el Cuaderno negro para el ojo o con la Colección de ciudades salvajes, sólo tenemos certeza de que cuando ocurra, reforzará ese trabajo hecho para que siga reconociéndose el esfuerzo de las que hacen la travesía hasta encontrar ese puerto creado por instituciones como el Imac”.
Aunque se trata de una convocatoria exclusiva para mujeres, se puso énfasis en que el reconocimiento es por su escritura y capacidad de contar grandes historias, por conmover a un lector con un verso y sacudirlo con un párrafo: “Dejo de lado su género para subrayar el poderío de lenguaje que todos tenemos pero sólo algunos como ellas son capaces de utilizarlo como esta herramienta para empujar al otro”, para el jurado ninguno de los tres textos requieren de otros adjetivos, pues por sí solos destacan su esfuerzo creativo. Agradeció a las ganadoras por el trabajo hecho y por permitir que un tercero las escuchara a través de sus palabras.
Con tan solo 20 años, Olivia Nicté Toxqui Martínez, originaria de Veracruz y estudiante de literatura en Puebla, expresó con emotividad este reconocimiento, más que por el premio monetario, por ser el primero de los tantos que buscará para mejorar su proceso creativo; entre sentimientos encontrados dijo haberse divertido mucho durante la escritura del poemario, pues la adulteración de la que habla también la tuvo de una manera muy personal; tres meses antes de cerrar la fecha encontró esta convocatoria en el Facebook de la escritora Marisela Guerrero y a partir de ahí comenzó a concluirla; meses atrás ya tenía un avance de la historia sin pensar que podría convertirse en un poemario para concurso.
La autora explicó que en 2008 en China se adulteraba la leche en polvo para bebés, por lo que su poemario relata el imaginario de una niña mexicana que se va a China y la dejan de amamantar para consumir esta leche adulterada: “Desde ahí es un crecimiento adulterado a la par del lenguaje de los poemas”. El premio de 35 mil pesos lo utilizará para apoyar la cultura en Orizaba, Veracruz, con la creación de una gaceta cultural con el fin de conformar una comunidad literaria que pueda generar un premio de poesía y narrativa local.
Al ser un trabajo limpio y con un alto nivel de lenguaje, el jurado decidió emitir una mención honorífica a Carmen del Rosario Ávila Jaquez, originaria de Saltillo, Coahuila; quien indicó que Colección de ciudades salvajes es un texto que surgió por una beca de residencias artísticas del Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste, desde el 2010 estuvo trabajando con la combinación de historias entre animales y ciudades, terror, comedia y reflexión: “por fin veo editado el libro, creí que nunca lo vería así, es algo muy especial porque no me dedico a esto pero desde los 18 años escribo”, actualmente es estudiante de doctorado en políticas públicas.
La participación de Alma Karla Sandoval Arizabalo en esta convocatoria fue una oportunidad para mostrar una obra que conjunta 20 años de trabajo literario en un premio que con tan pocos años ha logrado posicionarse junto a grandes premios como el Aguascalientes de Poesía o el Ramón López Velarde: “Varios amigos escritores me recomendaron entrar por el prestigio que está tomando”. Esta mujer oriunda del Estado de compartió que su novela estuvo muchos años en su mente pero por temor no la había concretado; al trabajar con algunas becas se encontró con la literatura rusa, y un pesado bagaje literario que capturó su interés sobre todo en la vida de Marina Tsvietáieva.
Al viajar en 2014 a Rusia y encontrarse un libro de cartas enviadas entre poetas: “estar frente a la catedral de San Patricio en la plaza roja, un día me prometí que escribiría una novela sobre esta autora rusa (Ttsvietáieva) y ese era el momento”, sin embargo fue hasta marzo cuando a las 4:30 horas se despertó con una frase repetitiva que no la dejó regresar a la cama y la postró en un escritorio sin mucha ambición pero con gran peso ideológico. Así empezó a salir esos fragmentos que eran cartas apócrifas y páginas de un diario apócrifo basado en lo que ya existía.
“Tuve que armarme para hacer un trabajo bibliográfico, escribí la novela con 25 libros a un lado”, es por ello que aunque sin creerse la mejor sabía que había entregado al Dolores Castro una obra con mucho trabajo y empeño, donde conjuntó todos los conocimientos adquiridos en 20 años de experiencia en la literatura, “yo sabía que todos esos años los estaba lanzando en una botella al mar, esperando, como dijo el maestro Aldán, encontrar algún puerto seguro”, aunque reiteró estar segura de la calidad de su obra aclaró que la última palabra la tiene el lector.
El primer tiraje de esta edición 2015 cuenta con dos mil ejemplares, los cuales son de distribución gratuita, editados por el Imac. Durante el cierre del Festival Cultural de la Ciudad se entregarán a los asistentes, así como en los talleres de las Unidades de Exploración Artística, la Casa de Animación Oriente y en las oficinas del Imac.
