Desde Barcelona. El 12 de octubre aquí en España hubo grandes celebraciones como sucede cada año con motivo del 523 Día de la Hispanidad, que así se le llama al festejo por aniversario del descubrimiento de América. Por acá también existen algunas voces que claman por la inconformidad y le llaman Genocidio y exigen se suspendan los actos oficiales. Hay notas en los diarios y alguna que otra manifestación con pocos participantes. Barcelona tiene mucho que ver en esta historia. Fue en esta ciudad donde los reyes católicos recibieron a Cristóbal Colón al regreso de su primer viaje o sea que fue aquí donde se supo que se había encontrado el camino a Las Indias, lo cual abriría el camino a la mayor gloria y enriquecimiento de la pareja real. Nuestros amigos catalanes y madrileños cuando han visitado Aguascalientes han sido llevados a conocer los murales del Palacio de Gobierno, donde observan la historia de la colonización de México, asimismo conocen el Museo de la Muerte y perciben la grandeza prehispánica de nuestros ancestros. Invariablemente se sienten conmovidos y nos han llegado a preguntar si existen resentimientos contra ellos. Es fácil demostrarles que no porque cuando conviven con nuestros estudiantes son objeto de aprecio, cordialidad e incluso de gran amistad. Por nuestra parte, en los seis años que tenemos de estar viniendo a intercambios académicos hemos recibido lo mismo, gran cordialidad, afecto y reconocimiento. Ya no existen rencores de más de cinco siglos. ¿Pero fue un genocidio? Claro que sí, como genocidio lo fueron también las invasiones de egipcios a los asirios, la esclavitud a lo hebreos. Y también las invasiones de los persas a los griegos y a su vez, los griegos de Alejandro hacia Mesopotamia, Persia, Egipto y la India. La dominación de todo el imperio griego por los romanos. Y también la destrucción de éste por los godos. Utilizando la bandera de la recuperación de los Santos Lugares, también fueron genocidas Las Cruzadas. Y luego el avance de los árabes a todo el Medio Oriente, el norte de África hasta la cordillera de los Pirineos en España, defendida como una guerra santa para mayor gloria de Alá. Y aquí es donde aparecen de nuevo los reyes católicos quienes arrojan a los moros de Granada y dan fin al dominio árabe en nombre del cristianismo. Mismo estandarte que les lleva a conquistar toda América para su divina causa. ¿Y no fue la misma razón que argumentaron los cuáqueros para salir de Inglaterra y apropiarse de las costas de Norteamérica? ¿Y posteriormente ellos mismos y otros europeos para masacrar a los indios sioux, comanches y kiowas que eran infieles, para adueñarse de un inmenso territorio, sus campos de cultivo y sus minas? El imperio británico se siguió con la India, Pakistán y Sudáfrica justificada por la noble causa del rescate de los pobres ignorantes que conquistaba. El pequeñísimo país de Bélgica y la mínima Holanda fueron dueños del Congo y las islas de Java e Indonesia, llenándose de riqueza y esclavos. El también pequeño Portugal se enriqueció con el comercio de africanos robados de sus pueblos de la costa este de África y llevados a Norteamérica, el Caribe y Sudamérica sobre todo Brasil. Y más recientemente no fue genocidio, la Primera Guerra Mundial, si recordamos que solo en la batalla de Verdun murieron un millón de soldados. O la II Guerra Mundial con las batallas del día D, los campos de concentración de los nazis y la batalla de Leningrado. ¿Acaso se puede llamar genocidio la explosión de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki? ¿Es genocidio la muerte de balseros de Cuba hacia Miami o de libios, etíopes, marroquíes o sirios hacia Europa? Pensándolo bien el genocidio parece ser una conducta exclusiva de la humanidad. Y tenemos tantos ejemplos de ello, que venir a hacer vandalismo en su nombre por la Conquista de la Nueva España hace 500 años suena bastante ridículo. Ni siquiera se justifica hacerlo por el 2 de Octubre del 68, cuando ya tenemos nuevos casos de matanzas de estudiantes. La historia se renueva, cada día hay más noticias al respecto. Sólo sigue inconmovible una conducta humana, el genocidio. Los principales autores seguimos siendo los seres humanos. Sólo que no hay que olvidar que con tantos desarreglos, el conglomerado humano sigue creciendo y prosperando, tal vez porque somos más genófilos que genocidas.
