Jaime Villasana Dávila
El pasado jueves el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó anular la elección a gobernador en el estado de Colima. Las pruebas remitidas por el candidato del PAN comprobaron que el gobernador Mario Anguiano Moreno coaccionó el voto a favor del candidato priista, a través del secretario de Desarrollo Social local, Rigoberto Salazar Velasco.
No es la primera elección a gobernador que se anula en tiempos recientes. Al término del sexenio del gobierno de Zedillo se anuló la elección a gobernador de Tabasco, la cual se celebró el mismo día en que Fox fue electo presidente. En los sexenios de Fox y Calderón se anularon una que otra.
Regresando a tiempos actuales, la resolución sobre la anulación en Colima del TEPJF manda una excelente señal en momentos en que el país necesitaba una noticia sobre el apego al estado de derecho. Recuérdese los múltiples casos de impunidad y sospecha sobre políticos y funcionarios públicos acontecidos recientemente y en los cuales poco o nada sucedió, iniciando con la Casa Blanca del presidente.
Esta resolución también envía un claro mensaje a los partidos de cara a las elecciones del 2016 (y futuras) y lo hace bajo un gobierno del PRI, sobre el cual todavía ronda un aura de los viejos tiempos.
Sin embargo, en lo personal no me deja del todo contento y la razón es porque nadie irá a la cárcel. Es más, falta por ver si el secretario colimense de Desarrollo Social renunciará a su cargo, lo cual dudo y, si lo hace, nada le sucederá.
Una vez más como país nos quedaremos cortos en la aplicación completa de las leyes y este es el paso que nos urge dar, de lo contrario los corruptos seguirán regodeándose y volviendo a hacer de las suyas porque las leyes así se los permiten.
Por otra parte y ante el nuevo escenario político-electoral en Colima se pudiera pensar que el PAN la tiene fácil pues sus votantes están animados, pero yo no estaría tan seguro aun y cuando ese estado ha tentado a la alternancia en las dos elecciones previas a gobernador y obvio en la celebrada en junio pasado.
Si bien el PRI está herido, tiene la oportunidad de rehacerse con su candidato que no es malo, reenergizando a sus militantes y proponiendo una plataforma realmente innovadora y ciudadana que obligue al PAN a alejarse de lo tradicional en una elección.
Otro dato interesante es que en aquellos estados donde se realizó de nueva cuenta la elección para gobernador el candidato inicialmente ganador la volvía a ganar.
Será entonces una elección igual que la primera. Muy competida.
@jvillasanad
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