- La disciplina marcial te hace una persona más limpia, honesta y apegada a tus principios básicos
- A pesar de sus bondades es un deporte muy costoso, el uniforme completo cuesta de tres a cuatro mil pesos
“Más que un deporte, el taekwondo es una disciplina marcial que te enseña todo lo bueno de la vida con valores fundamentales de la humanidad mediante una filosofía ancestral”, señaló Efraím Rodríguez, profesor cinta negra exseleccionado de Aguascalientes con 16 años practicando esta disciplina olímpica.
Mientras algunos llegan a creer que es una actividad agresiva por incluir golpes físicos, el taekwondoín aclaró que por ser una disciplina te enseñan cómo desarrollar tus habilidades y destrezas con el control suficiente para que seas una persona “más limpia, más honesta y apegada a tus principios básicos”, en lugar de agresión, refuerza la tranquilidad y crea ciudadanos de provecho para una sociedad.
El taekwondo tiene dos vertientes de competencia: kiurugui (combate) y boomsae (formas). El niño crece sabiendo filosofías ancestrales del oriente, con lo que puede combinar la competencia y la disciplina.
Actualmente se les permite iniciar los entrenamientos desde los cuatro años de edad, lo que hace que para los siete años ya sean cintas negras en competiciones de talla mundial, “eso hace que el nivel de competencia aumente pero que a lo mejor el desarrollo normal del niño no lo sea”. El proceso normal que deberían de seguirse es que empiecen a los cinco o seis años y llevarlo poco a poco por cada uno de los grados, que en esta disciplina es de un grado por cinta (el examen se hace cada tres o cuatro meses según la escuela); esto permite que el niño evolucione conforme a sus habilidades sin que se le acelere su proceso, para que cuando ya esté en el nivel suficiente comience a competir en terrenos más altos como una Panamericano u olimpiadas.
“Aparte de una disciplina, se convierte en una forma de vida”, en el caso de la selección de Aguascalientes los chicos entrenan al menos cuatro horas todos los días y son niños de diez años de alto rendimiento, tanto de formas como de combate, de ahí el que muchos gobiernos estén tomando a este deporte como una herramienta para prevenir la violencia y delincuencia, pues mantiene a los niños y jóvenes ocupados en actividad de provecho tanto personal como social.
Mientras el entrenamiento sea de acuerdo a su edad y a su desarrollo físico, los resultados serán mayormente favorables, “es que hay que tomar en cuenta que los niños van desarrollándose física y mentalmente, es hasta los 14 años cuando ya puedes cargarle más entrenamiento sin que se le afecte”, a partir de dicha edad ya forma parte de la división de cadete y junior.
Este deporte requiere de mucha estrategia, el entrenamiento está dividido en condición física, elasticidad y velocidad para culminar con la técnica; en cada día de entrenamiento se debe manejar un área para no cansar al niño o joven, sino por el contrario, motivarlo para que cada vez entregue más de sí mismo.
Particularidades del taekwondo mexicano
Algo que caracteriza a los taekwondoínes mexicanos, según las selecciones participantes en el Panamericano realizado en Aguascalientes, es su velocidad y estrategia en combate; desde Atlanta 92 cuando Williams de Jesús ganó la primer medalla de oro (aun cuando todavía no era olímpico sino de exhibición), México figuró como los primeros en el ranking mundial, apenas debajo de Corea e Irán, que son las potencias, “siempre ha figurado por su velocidad e inteligencia para las estrategias, seguramente es por la raza, porque somos una mezcolanza que hace que seamos muy aguerridos a los deportes de contacto”.
Muchas selecciones de otros países deciden viajar a San Luis Potosí a entrenar y prepararse para competencias mundiales por el nivel tan alto de sus instalaciones deportivas y profesores, “la competencia fuerte está en México, un seleccionado por el simple hecho de ser mexicano está rankeado entre los mejores cinco porque justamente los mejores están en Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato”.
Competencias
En cada competencia las formas de calificar son las mismas, sólo que en los últimos años (incluso meses) han cambiado mucho en cuanto a sus reglamentos: normalmente el área de combate era cuadrada y muy grande, ahora es octagonal y más chica; la puntuación se marca por golpe al peto (un punto), en giro al peto (dos puntos), si cae (tres puntos), a la careta (dos puntos) y si hay conteo de protección como en el boxeo es un punto más. En el taekwondo también existe un knock out cuando un contrincante cae sin poder continuar y se acaba la competencia con el ganador de pie.
Ahora con la aparición de los petos y peinera electrónicos algunos taekwondoínes consideran que el nivel de espectáculo ha disminuido, ya que con un pequeño toque al peto ya es un punto y la mayoría lo único que hace entonces es levantar la pierna de frente sin una técnica más trabajada, “en eso creemos muchos profesores que ha fallado y por lo mismo ya no tardará en cambiar algo en poco tiempo”.
El llegar a ser profesor/entrenador no sólo requiere conocimientos de la filosofía, sino que al menos cuentes con cinta negra, es decir cinco años como mínimo entrenándola, en Estados Unidos ya existe una licenciatura para ser entrenador de taekwondo pero al ser muy costoso pocos son los que han egresado de ahí. Aunque los entrenadores de la selección mexicana y algunos taekwondoínes medallistas no son de origen mexicano, se asegura que México cuenta con excelentes profesores con experiencia y calidad, sólo que cada atleta elije a quien mejor le acomode y obtenga mejores resultados.
En el caso de Aguascalientes, Efraím Rodríguez indicó que cuando estaba en la selección estatal eran muy pocos competidores, inclusive para un torneo estatal era un combate nada más porque eran máximo tres en cada categoría, mientras que ahora ya duran dos o tres días, pues la demanda incrementó, “hace unos tres añitos hubo una baja porque antes regresábamos siempre con medallas en cualquier campeonato, pero creo que con todos los eventos de talla internacional que se están teniendo volverá a repuntarse en el estado”.
Lo elitista que puede ser el taekwondo
Esta es una disciplina muy costosa, para un torneo se tiene que pagar transporte, hospedaje y alimentos; además del uniforme que llega a tener un costo total de entre tres y cuatro mil pesos, sólo el peto tradicional cuesta 900 pesos y la careta 400 pesos. Además la Federación Mexicana de Taekwondo ha incrementado algunos cobros que tanto en redes sociales como en encuentros se ha criticado mucho, “reconocemos que ha hecho su chamba pero sí hay cobros excesivos y eso hace que luego el taekwondo se haga un deporte muy elitista”, ya que aquellos niños de recursos limitados no pueden concluir su entrenamiento debido a los altos gastos que se requiere.
En las últimas administraciones estatales, al menos en la región centro-occidente, han incrementado los programas deportivos enfocados en esta disciplina, sin embargo no son suficientes para la demanda actual. Cada examen de grado tiene un costo mínimo de 500 pesos, las mensualidades en una escuela federada (que pertenece a la Federación Mexicana de Taekwondo) va de 500 a 700 pesos además de los cobros que se les pide para participar en eventos como campeonatos regionales, nacionales e internacionales.
En el caso de Efraím Rodríguez, la suerte estuvo de su lado, pues por ser seleccionado estatal a los 14 años pudo desarrollar su vida deportiva con apoyos gubernamentales y privados, ya que tampoco viene de una familia onerosa, “yo vivía en Jesús María, venía al Gimnasio Olímpico a entrenar todos los días; hacía más de una hora de ida y vuelta, un día pensé que cómo no me aburría pero luego comprendí que lo hacía (y lo sigo haciendo) con mucho gusto por eso nunca lo vi como un sacrificio”.
Desde los 15 años es maestro y competidor en kiurugui y hasta la fecha, con menos de 30 años, coincide con muchos taekwondoínes en que “hay cosas que te alimentan el alma y el taekwondo es una de ellas”. A la fecha da clases gratuitas a niños de Jesús María, con el objetivo de que ese sector vea en la disciplina una posibilidad diferente de vivir, de fortalecer su carácter y convertirlos en personas de bien.