La charla con debate de los Amigos de Jesús Terán correspondiente al presente mes es la que con el título Desmantelamiento del proyecto de nación de la Revolución Mexicana, impartirá el periodista Juan José Oseguera Goytortúa el próximo martes 8 en punto de las 7 p.m. en la Casa Terán. Allí nos vemos.
En las elecciones intermedias de 1979 tuve una experiencia singular, cuando recibí instrucciones de trasladarme a la Ciudad de México para hacerme cargo del Centro de Seguridad Social para el Bienestar Familiar Hidalgo, ubicado frente a la esquina noreste de la alameda central, a espaldas del palacio de Bellas Artes. La principal característica de esta hermosa unidad, demolida después del terremoto de 1985, es que era utilizada por la Jefatura de los Servicios de Prestaciones Sociales del IMSS para mostrar a propios y extraños la cara más amable de la seguridad social mexicana.
Cuando recibí la unidad -lo que hice con una meticulosidad a la que parecía no estar acostumbrado el personal- detecté la falta de recursos humanos y materiales que no sólo hice constar en acta, sino que al investigar me enteré que se encontraban, todavía, en la casa de campaña de la diputada por ese distrito, persona con estrechos vínculos con el presidente de la República pero quien, además, resultó ser la nueva titular de mi jefatura que, ya bastante maltrecha, padeció una de sus peores etapas.
En relación con el personal ausente di instrucciones de que se le indicara presentarse conmigo; esperé en vano. Entonces le dicté a la secretaria un memorándum dirigido al delegado del IMSS notificándole los faltantes de mi recepción, mismo que dejé pendiente de firma sobre el escritorio; al día siguiente el personal y el mobiliario aparecieron como por arte de magia. Obviamente mi conexión con aquella señora fue, por lo menos, destemplada y no exenta de riesgos; sin embargo, como me gané la simpatía de la mayor parte del personal, los logros reflejados en la acción durante mi estancia fueron notablemente satisfactorios para la comunidad, que era lo que me importaba.
Llegaron las elecciones de 1982. La siguiente anécdota sucedió en México pero repercutió en Aguascalientes:
En un artículo anterior mencioné el hecho de que mi entrañable amigo y maestro Javier Rondero participó en el juego electoral del que resultó electo senador por el estado de Morelos. Su papel en el Senado fue fundamental, pues si bien Joaquín Gamboa Pascoe aparecía como presidente formal de la quincuagésima Legislatura, su figura era puramente decorativa, pues quien llevaba el control interno y la comunicación telefónica directa con el presidente era Javier.
En uno de los encuentros que tuve con él durante el último año de su gestión senatorial me manifestó su interés por escuchar mi opinión sobre dos candidatos para la LII Legislatura (1982-1985) por Aguascalientes que no conocía:
–Aquí tengo los nombres de los candidatos a diputados Héctor Hugo Olivares Ventura a quien ya conozco ¿pero quién es Heriberto Vázquez Becerra?
–Vázquez Becerra es líder sindical de amplia trayectoria tanto en la CTM como en el PRI, le respondí y con eso quedó satisfecho.
–Aquí tengo también los nombres de los candidatos a senadores Roberto Casillas Hernández con quien tengo buena relación ¿y quién es Alfonso Pérez Romo?
–Pérez Romo, le dije, es un médico muy estimado en los altos círculos sociales y académicos que hace poco concluyó su gestión como rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
–¿Es médico general?
–Tiene la especialidad de pediatría con excelente fama. Respondí.
–Pues debe tener una clínica exitosa con personal muy bien preparado que le apoye, porque con todos sus antecedentes es difícil que atienda personalmente la gran demanda que seguramente tiene.
–No, le dije; lo que sé es que cerró su consultorio hace bastante tiempo.
–Pues qué lástima, porque generalmente los buenos médicos procuran conciliar su actividad profesional con su actividad académica.
–Bueno, agregué, ocurre que buena parte de su tiempo lo dedica a los negocios, en los que también es un personaje destacado.
–¡Ah, caray! ¿Y cuáles negocios son esos?
–Entiendo que el principal es la venta de vehículos Mercedes Benz.
–A ver, a ver. Eso ya me sonó raro. ¿De cuánto tiempo es su militancia en el partido?
–Eso yo lo desconozco.
–Oye: si yo quiero saber tu opinión no te andes con rodeos.
–Siendo así yo creo que si se afilió al partido sería para registrarse como candidato, porque su ideología es conservadora.
–¿Que qué? ¿Y eso lo sabe Landeros?
–Pues hasta donde yo sé, fue él quien lo nominó.
–No es posible.
–¿Por qué no? Bien sabemos que en el PRI hay cada vez más contrarrevolucionarios disfrazados, la mayoría de los cuales quisieran tener una mínima fracción del lustre que tiene Pérez Romo.
(Continuará)
Aguascalientes, México, América Latina