* Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales, A.C.
Budapest, Hungría. 23 de agosto de 2015. Las estatuas de James Watt y George Stephenson, las cuales adornan la entrada a la estación ferroviaria de Keleti, son mudos testigos de la historia que se escribe a sus pies: una alfombra humana -proveniente de Afganistán, Irak, Libia y Siria- reposa antes de proseguir su viaje a ese El Dorado posmoderno llamado Alemania.
A cientos de kilómetros de ahí, en Idomeni, ubicada en la frontera greco-macedonia, los migrantes buscan el refugio de los árboles para escapar de los incandescentes rayos del sol y beben ansiosos las botellas de agua provistas por voluntarios.
Las escenas arriba descritas sirven como preludio al presente artículo, el cual pretende explicar la palabra völkerwanderung, su significado histórico y cómo la presente crisis migratoria en Europa es un ejemplo fehaciente de esta expresión.
Völkerwanderung es un vocablo alemán compuesto por dos palabras: völker (naciones) y wanderung (migración). Es decir la “migración de naciones”, y es utilizado, principalmente por los teutones, para describir el desplazamiento de los pueblos de origen germánico y eslavo hacia el Imperio romano, entre los años 406 al 580 de nuestra era.
Este periodo de migraciones ha sido divido en dos fases. La primera fue provocada, en parte, por el crecimiento demográfico, el abastecimiento de alimentos y el cambio climático. Sin embargo, los historiadores, tanto antiguos como modernos, coinciden en que el factor principal fue la aparición de un pueblo, que proveniente del Asia Central, sembró el terror: los hunos.
Los hunos fueron descritos por los historiadores Amiano Marcelino y Olimpiodoro de Tebas como una raza “poco agraciada, maloliente, de tez oscura, que vestía con pieles de animales hasta que éstas se pudrían, inmune al hambre y a la sed, que bebía la sangre de sus caballos y comía la carne cruda que guardaba bajo sus monturas para que se ablandara”.
La presión de los hunos empujó a las tribus germánicas hacia el limes (frontera) romano. El 31 de diciembre del año 406 el río Rin se heló. Este hecho fue aprovechado por 15 mil guerreros germanos para cruzarlo y desparramarse por la Galia. En 410, Roma, la Ciudad eterna, fue saqueada. Este evento inspiraría a Agustín de Hipona a escribir La Ciudad de Dios.
Una vez detenida la irrupción de los hunos y su líder Atila, el Azote de Dios -gracias a la victoria romana en los Campos cataláunicos y la intervención del papa León I, el Magno-, las tribus germánicas tuvieron diferentes destinos: los visigodos conquistaron España; los vándalos, África; los ostrogodos, Italia; los anglos y los sajones, Inglaterra; los francos, Francia.
La segunda fase estuvo protagonizada por: los magiares, tribu proveniente de los montes Urales, los cuales son antecesores de los húngaros; los vikingos, pescadores y piratas provenientes de Escandinavia, colonizarían el norte de Inglaterra, el septentrión de Francia, Rusia e Islandia; originarios del desierto, “océano marchito que nunca sonríe” (Norman Douglas dixit), los árabes intentarían expandir, con diferentes grados de éxito, la fe del profeta Mahoma; finalmente los mongoles, descritos por el poeta Aleksandr Pushkin como “árabes sin Aristóteles ni álgebra”, llegaron a Hungría y Polonia, aunque después se retiraron.
El segundo völkerwanderung ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando los gemelos sombríos, Adolf Hitler y Iósif Stalin, arrancaron, trasplantaron, expulsaron y deportaron a 30 millones de personas en Europa.
En el invierno y la primavera de 1945, millares de germanos fueron expulsados de la República checa, Rumania y Polonia. Sin embargo, la mayor migración la constituyeron 8.5 millones de alemanes que, huyendo del Ejército Rojo, abandonaron Pomerania, Silesia y Prusia Oriental. Esta última región era considerada por los teutones como heimat (hogar patrio), pues los tudescos se consideraban “casi como misioneros, realizando una labor civilizadora, manteniendo los valores de la cristiandad entre los bárbaros de Europa del Este” (Hastings, Armageddon, Pan Books, 2005, pp. 301).
A los refugiados germanos habría que agregar a los cosacos, húngaros, polacos y ucranianos que evadía a las fuerzas soviéticas. Caso aparte son los cien mil croatas fascistas que huyeron a Argentina, España, los Estados Unidos y Venezuela.
A juicio del escribano, la presente crisis migratoria en Europa sería el tercer völkerwanderung, pues miles de seres, espoleados por las guerras en Afganistán, Irak, Libia y Siria, tratan desesperadamente de llegar a Europa utilizando dos rutas: el mar Mediterráneo para arribar a Italia y, a través de Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia, alcanzar Hungría y, desde allí, dirigirse a Alemania, Holanda, Reino Unido y Suecia.
Esta marea humana ha provocado diversas reacciones: Grecia, devastada por la crisis económica, los recibe en las islas de Kos y Lesbos para después trasladarlos a Atenas. Una vez en la capital helena, migrantes caminan a pie hasta llegar a Macedonia, donde las autoridades del país los embarcan, como si fueran viles reses, en trenes con dirección a la frontera con Serbia. De allí, el objetivo es llegar a Hungría, en donde el primer ministro, Viktor Orban, ha adoptado el discurso xenófobo de Donald Trump y, además, ha ordenado el levantamiento de una cerca de alambre en la frontera con Serbia.
Mientras tanto, en Alemania, la cual recibirá 800 mil refugiados este año, el espectro del nazismo campea, pues en varios poblados los gritos de Ausländer, raus! (¡Extranjeros, fuera!) se ha escuchado. Sin embargo, el gobierno de Angela Merkel ha decidido suspender el Protocolo de Dublín -el cual obliga a los refugiados a pedir asilo en el primer país europeo en que pongan pie. Por último, organizaciones caritativas cristianas, tanto católicas como luteranas, se han convertido en la versión germana de Las Patronas -las altruistas mujeres veracruzanas que proporcionan alimentos y asistencia a los migrantes.
El escribano desconoce cómo y cuándo terminará este völkerwanderung, lo único que cree saber es lo siguiente: el mapa demográfico y religioso de Europa será alterado como no ocurría desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Aide-Mémoire.- Las dudas sobre la economía china, la política monetaria estadounidense y la baja de los precios de las materias primas son una fuerte llamada de atención a los encargados de manejar la economía mexicana.