Turquía y la Cuestión Kurda, su pesadilla recurrente

Por Paola Swift Noriega

Colegio de Internacionalistas del Estado de Aguascalientes

Turquía, heredera de gran tradición y cultura de los imperios que le dieron forma: desde los bizantinos hasta los otomanos, ha tenido a lo largo de los últimos siglos una historia y posición bastante peculiar y compleja. Atrapada en medio del desarrollo y la prosperidad de occidente y el mundo musulmán, ha sido escenario de serios conflictos y obstáculos para poder convertirse, como lo deseaba Ataturk, en una gran nación de rasgos occidentales.

La situación con Siria la ha hundido recientemente en una crisis de seguridad a la que occidente no ha tardado en responder;  los ataques de la organización terrorista Estado Islámico, sobre todo dirigidos a la población kurda han puesto al país en una encrucijada: protegerla podría ser un arma de doble filo en el mediano plazo; esto sería para los antiguos otomanos, como querer tapar el sol con un dedo. Sin embargo, las milicias kurdas han tomado gran  importancia por el papel que juegan en la lucha contra EI en la región.

Los problemas que enfrenta el gobierno contra el PKK (Partido de los trabajadores del Kurdistán) y la crisis de terrorismo desatada por EI son asuntos independientes; si bien la OTAN ha externado su apoyo en la lucha contra los yihadistas; y el estado turco incluso ha dado luz verde para el uso de la base de Incirlik  por  Estados Unidos, las negociaciones de paz con el sector kurdo deben continuar; le recuerda Angela Merkel a Erdogan; presidente de Turquía. El gobierno central  no opina lo mismo, en recientes declaraciones, Erdogan afirmó que no retrocederá en la guerra que libra actualmente no sólo con la organización EI, sino también con los separatistas kurdos, por considerarlos terroristas.

Pareciera que Ankara  está utilizando la guerra contra el califato de EI como excusa para atacar las posiciones principales del PKK y bloquear el proceso de paz iniciado años atrás. A su vez, la guerrilla pro-kurda acusa aj gobierno de ayudar en forma encubierta al grupo islámico en detrimento de los kurdos en el Kurdistán sirio.

No es casualidad que el Partido Democrático del Pueblo, HDP (por sus siglas en turco), partido de izquierda con fuertes ideas pro-kurdas y un importante impulsor en el proceso de paz entre el gobierno y el PKK;  haya logrado una importante representación parlamentaria en las pasadas elecciones de junio. Con el HDP como mayoría en el parlamento y la legitimidad de la que empiezan a hacerse las milicias por el combate a EI, es evidente que el gobierno teme que la oposición empiece a hacerse gradualmente del poder, y la causa kurda gane más adeptos.

Así, mientras el mundo está alerta ante la inminente amenaza yihadista de EI, Turquía se centra en su prioridad fundamental por tradición: contener a los kurdos. No es fácil atacar en dos frentes; y occidente, que ha presionado a Turquía para involucrarse en la lucha contra el califato, sabe que el conflicto con el PKK  solo va a entorpecer los esfuerzos que se pretenden realizar para frenar el terrorismo de EI.

Las tensiones entre Siria y Turquía pueden aumentar, y la situación puede dar un giro importante en los próximos días. La evolución del conflicto será interesante, ya que el Estado Islámico sabe muy bien que el conflicto del Kurdistán es un área de oportunidad para ganar terreno. Queda esperar a que haya voluntad por parte del PKK y el estado turco para restablecer el cese al fuego y continuar con el proceso de paz; pero con tantos intereses de por medio, el panorama no puede ser muy prometedor.