Ricardo Anaya y Manlio Fabio: el reto de gobernar / Valor público - LJA Aguascalientes
21/11/2024

La posibilidad real de que un Partido Político pueda tomar decisiones determinantes para la instauración de políticas públicas en un Gobierno, se encuentra en la definición de Giovanni Sartori, quien sostiene: “en nuestro sistema de partidos existe una gran distancia por recorrer, entre ser Partido en el Gobierno y Gobierno por el Partido”.

Tengo la impresión de que un problema de los partidos políticos en México, radica en que los dirigentes, políticos y gobernantes, no tienen las cualidades y capacidades necesarias para instaurar políticas públicas novedosas y benéficas para las mayorías desprotegidas, sin que estas modificaciones a los modelos de desarrollo impliquen la generación de graves crisis económicas que terminen por hundir más aún a la economía nacional. Actualmente, ningún partido parecer querer tomar esas decisiones.

Ante el escenario de crisis económica mundial que provoca nuevamente la devaluación del peso, los bajos salarios, el desempleo, la inseguridad, más pobreza y mayor migración de mexicanos a los Estados Unidos de América, los gobernantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se niegan a hacer una autocrítica para definirse con mayor precisión como Partido en el Gobierno, o bien, como Gobierno por el Partido.

Al PRI, que se le ha calificado como Partido en el Gobierno, fue por muchos años una simple e invencible maquinaria electoral, y luego abandonado por sus gobiernos. Muchos de los gobernantes del PRI, jamás han Gobernado por el Partido, sino por sus propios y particulares intereses, ¿entonces cómo se puede contener el desánimo entre su militancia?

El PAN, ha hecho lo propio. Una vez colocado como Partido en el Gobierno, repitió al pie de la letra el estilo de gobernar que había desarrollado el PRI durante 70 años. Así la esperanza que despertó la plataforma política y electoral del PAN, decayó frente a los intereses personalísimos del gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón, que por supuesto jamás hizo Gobierno por el Partido. Por esa razón entre otras, tal vez, se afirma que en México apenas hubo alternancia de Partido en el Gobierno, jamás un cambio de régimen.

El PRD, siguió la misma receta. Sus escasos gobernantes jamás han generado un Gobierno por el Partido; sólo se han conformado con ubicarse como Partido en el Gobierno.

Un nuevo escenario de Alternancia en el Gobierno se ha comenzado a construir en México. Al concluir el proceso electoral federal de 2015, la actual Coalición del Partido en el Gobierno (PRI-PVEM), cuenta con una mayoría en el Congreso de la Unión. Esa condición mayoritaria, permite al Gobierno de la República transitar la segunda parte de su mandato con la seguridad de que contará con Legisladores suficientes para generar las reformas políticas afines al actual modelo económico de desarrollo.

El domingo 16 de agosto, el joven diputado federal, Ricardo Anaya Cortés (reconocido colaboracionista del gobierno de Enrique Peña Nieto), se encumbró en la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) con el reto inmediato de sepultar todo acto de corrupción que ha corroído los cimientos de ese instituto político y que provocó la renuncia de muchos de sus gobernantes y dirigentes. Anaya representa, en palabras del senador Martín Orozco, la esperanza de que ese partido recupere “la confianza perdida”. En su línea discursiva, Anaya reivindica su independencia y sana distancia frente al exdirigente nacional Pablo Emilio Madero; dice que actuará como oposición muy crítica; que buscará reencuentro y reconciliación interna con Felipe Calderón y el senador Javier Corral, y que creará un órgano interno para combatir los casos de corrupción de los panistas. Este joven político, de 36 años, que es originario del estado de Querétaro y promotor incansable de la firma del Pacto por México, recibió el 82% de los votos válidos de los militantes del PAN que participaron en la elección interna, todo un récord.

Un día después, el lunes 17 de agosto, la Comisión Nacional de Procesos Internos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que preside Jorge Mario Lescieur, hizo entrega de la constancia de mayoría a los diputados federales, Manlio Fabio Beltrones Rivera y Carolina Monroy del Mazo, como presidente y secretaria general de su Comité Ejecutivo Nacional y rendirán protesta estatutaria el jueves 20 de agosto. Finalmente, el actual Partido en el Gobierno cedió ante la fuerza política del controversial Manlio Fabio Beltrones, de 62 años de edad y originario del estado de Sonora. A Manlio y Carolina, les reconocen autoridad suficiente para refrendar las victorias en elecciones del 2016, 2017 y en el 2018, cuando estará en disputa la Presidencia de la República. Esta “Planilla única” no tuvo contrincante interno, eso indica que se encamina hacia una etapa de “consolidación de la unidad partidista”. En su línea discursiva, Manlio postula mayor cercanía con el gobierno de Enrique Peña Nieto; absoluto apoyo a las políticas públicas del Gobierno de la República; y apoyo irrestricto para consolidar las reformas constitucionales aprobadas en la actual Legislatura.


Los partidos políticos en México son institutos políticos que más parecen estar satisfechos con ser el Partido en el Gobierno, y no Gobierno por el Partido. Así las cosas, de nada sirve el arribo de los nuevos dirigentes con enorme experiencia política, o dirigencias repletas de jóvenes promesas; como nada cambia con relación a los electores, seguirá creciendo la desconfianza de ciudadanía en los partidos políticos.

¡Es cuanto!


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