En estos tiempos los sucesos en países lejanos pareciera que no tienen por qué afectarnos, y ahora, con lo que sucedió en Europa, con la suspensión de pagos de Grecia, se vieron afectadas las economías de todo el mundo, así como el arreglo de Estados Unidos con Irán, y el levantamiento de restricciones a ese país ha provocado que los precios del petróleo, ya devaluados, vuelvan a bajar, y con una tendencia a seguir haciéndolo. Estos días la devaluación del yuan, moneda China, va a provocar un desequilibrio en las economías de los países que comercian con ese país, pues al ser más barata su moneda se vuelven sus productos más competitivos, y por otro lado el intercambio se ve desequilibrado, porque la desaceleración de la economía de China provoca que no compre materias primas, pero sí incentiva la venta de productos manufacturados a los países socios comerciales.
En México nuestra moneda ha sufrido una devaluación que no sólo ha sido muy fuerte, sino que ha costado al banco de México miles de millones de dólares, que se ha visto en la necesidad de ofertar, buscando que no sea más pronunciada la devaluación. Esto sólo beneficia mayormente a los especuladores, sin restar importancia a la cantidad de dólares que necesitan los empresarios para sus transacciones internacionales, y ahora necesitarán más dólares, y es probable que aún cuando la inflación es en este momento muy baja históricamente, es muy probable que se verá afectada en el corto plazo por el aumento de costos derivados de la devaluación.
Y qué decir de la devaluación de los partidos políticos y sus procesos internos, y de la clase política en lo general. Nunca se había tenido una opinión pública tan estandarizada en su concepto de que todos son corruptos y de que no merecen lo que ganan en sus cargos. Es verdaderamente preocupante esta situación. Pero por lo visto no está en la agenda de nuestro políticos y funcionarios el hacer una campaña de información, o bien discutir públicamente los señalamientos de los que son objeto. Y créame, esta devaluación también es muy riesgosa para la vida del país.
Creo que no hay ninguna devaluación que beneficie a quienes las hacen y a quienes las padecen. Creo que son resultado del mal manejo de los activos, tanto económicos como políticos y sociales.