Las autoridades electas en Aguascalientes dentro del proceso electoral local 2015-2016 tendrán una temporalidad en su encargo recortado. De conformidad con nuestra Constitución local, el próximo gobernador que resulte electo en el año 2016, durará en su encargo 5 años y 9 meses, los próximos miembros de los ayuntamientos por su parte, durarán en su cargo 2 años con 9 meses y 15 días, mientras que los próximos diputados durarán tan solo 1 año y 10 meses (cabe mencionar que tanto los próximos diputados como los miembros de los ayuntamientos contarán ya con la posibilidad de reelegirse en sus cargos).
Lo anterior obedece a la necesidad de empatar las elecciones locales con la federal, así lo mandata la Reforma Electoral 2014, por lo que las elecciones en todo el país deberán ser concurrentes, es por ello que el legislador local, dentro del ejercicio para armonizar el marco jurídico electoral estatal, mandató una serie de ajustes en el período de gestión de las próximas autoridades de elección popular, para que a mediano plazo las elecciones locales se empaten con la federal; así las cosas, se tiene proyectado que para el año 2024, las elecciones en Aguascalientes se empaten de manera permanente con la federal, de tal manera que cada tres años celebremos comicios locales y federales simultáneamente, y no cada año y medio (entre una local y una federal).
La determinación anterior busca diversos objetos, el primero, y considero fundamental, es incidir positivamente en la ciudadanía, ya que el bombardeo de información entre un proceso y otro suele desgastar la cultura política en la entidad. Dicha medida considero es acertada, con ello se logrará que el ciudadano tenga un periodo de “tregua” sobre asuntos electorales, al tiempo que puede tener la oportunidad de reflexionar, evaluar y hacerse de un concepto del desempeño de la autoridad que resultó electa en el proceso electoral anterior, alejándonos del nocivo efecto de tener elección tras elección de manera casi ininterrumpida, causando confusión en el electorado de que cargos se eligen y que cargos inician funciones.
Otro objetivo que busca el empate de elecciones locales con federales es el presupuestal, y es que una de las críticas recurrentes al sistema electoral mexicano, es el ascendente costo que implica al Estado el organizar elecciones, que si bien los gastos corren ya sea por la federación tratándose de elecciones federales o bien por las arcas estatales tratándose de elecciones locales, el objeto de fondo es el mismo, es decir, los mexicanos costeamos las elecciones con los impuestos que pagamos, y la concurrencia de los comicios indudablemente busca que a nivel local sea aprovechada la gran experiencia acúmulada por el INE/IFE a lo largo de más de dos décadas en organización electoral.
Así las cosas, las elecciones en el país continuarán siendo organizadas por autoridades locales y federales, lo cual implica coordinación, confluyendo todo en la instalación de casillas únicas. El primer ejercicio en el país se verificó en el proceso electoral federal 2014-2015, en el que se llevaron a cabo elecciones concurrentes en 17 entidades federativas del país, situación inédita dentro del sistema electoral mexicano. La pasada jornada electoral representó sin duda un reto significativo para las autoridades locales y nacional para organizar simultáneamente procesos electorales locales y federales, se pactó que el 50% del costo de las casillas únicas en entidades concurrentes lo absorbería la autoridad electoral federal y la otra mitad sería responsabilidad del estado con elecciones.
En general, el resultado parece ser satisfactorio, aunque hay todavía cuestiones por mejorar, como es el caso de los gastos que cada uno de los involucrados deberá cubrir; por ejemplo, a más de un mes de concluida la jornada electoral, un grupo de 6 entidades federativas le adeudaban al Instituto Nacional Electoral un monto de 75.8 millones de pesos.
Dicha situación deberá ser mejorada a través de convenios claros y con fechas claras, ya que hay que tomar en cuenta que para cada entidad el costo variará, principalmente en virtud del número de casillas a instalarse. Así las cosas, si se realiza un análisis costo-beneficio de la casilla única, resultan concluyentes los beneficios de ésta. En primer lugar, al contar con una sola Mesa Directiva de Casilla los funcionarios que deben integrarla son menos que los que se requerían para constituir dos casillas diferentes.
La cantidad de ciudadanos que requieren ser capacitados con la finalidad de contar con propietarios y suplentes para la adecuada instalación de las casillas es muy importante, si la insaculación se lleva a cabo para dos procesos simultáneos, llegar al número de ciudadanos capacitados para contar con una reserva suficiente, se convierte en una tarea compleja. Los costos de los materiales electorales: Crayón, mamparas, mesas, sillas, la impresión del listado nominal de electores, líquido indeleble, los gastos para alimentación de los funcionarios de mesa se verán notoriamente disminuidos.
La casilla única mandatada por la ley para las elecciones concurrentes se constituye como un elemento que incrementa la eficacia en la organización y logística de las elecciones, particularmente en la ubicación de casillas, la capacitación y designación de funcionarios de mesa a cargo del INE; produce importantes economías respecto a los materiales electorales y desde luego, facilita el procedimiento y el tiempo de votación para los electores.
Así las cosas, si bien resulta irrefutable que la celebración de elecciones concurrentes, supone un importante esfuerzo de coordinación y colaboración entre el INE y los OPLE’s, los beneficios tanto presupuestales como para los electores al simplificarse el ejercicio de su voto resulta por demás justificado, ahora es cuestión que los ciudadanos aprovechemos los tiempos sin elecciones, para ocuparnos de vigilar, evaluar y sobre todo exigir una adecuada rendición de cuentas a nuestras autoridades, y en caso de que su gestión no nos satisfaga, lo hagamos saber dentro de los procesos electorales, si continuamos con la inercia de apatía a las cuestiones públicas, cualquier reforma por bien intencionada que se presente no logrará fortalecer a nuestra democracia.
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