Apuntes para el respeto entre minorías e iglesias / Piel curtida - LJA Aguascalientes
22/11/2024

A todas luces, México está experimentando un importante proceso de desarrollo social y de convivencia, que sin duda marcará las pautas para una mayor cantidad de avances socioculturales y legislativos, pero dependerá de la determinación del Estado, su conciencia y apego a los Derechos Humanos, el pacto social y la impartición de justicia, el que puedan darse los siguientes pasos. De lo contrario, las confrontaciones de las iglesias con poder continuarán, generando espacios de tensión y violencia potencial, sin considerar comunicadores que también reproducen los discursos de odio, patologización y criminalización de las minorías y sus derechos. Será muy tarde y terrible llegar a presenciar actos de violencia por parte de fanáticos religiosos, será pútrido que alrededor del 25% de las personas no heterosexuales continúen suicidándose por no “convertirse”, será repugnante saber que aquellos hombres y mujeres vestidos de blanco manipulados por el dogma aplaudan, oculten, nieguen o promueven el bullying homofóbico, las violaciones sexuales “correctivas”, la violencia… todo por preocuparse con quién tenemos sexo y con quiénes deseamos formar una familia.

No se puede negar que la romería de la virgen de la Asunción es una tradición con 60 años de existencia, aunque no deviene de raíces prehispánicas y el único elemento de sincretismo mexicano sea la presencia de los matlachines, quienes bailan “la danza de moros y cristianos”. A pesar de ser una manifestación de la religión católica, por así decirlo, moderna, no se puede eludir su arraigo entre la población, además de su vínculo histórico al relacionarse con la imagen religiosa a la cual fue dedicada la Villa de la entidad primigenia: Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes. Sin embargo, es claro que su permanencia y desarrollo ha sido posible por el apoyo de los gobiernos, lo cual debe ser de atención si se desea consolidar un Estado laico.

Un Estado laico no es aquel que prohíba la religión, sino aquel que respeta todas las religiones existentes desde su postura que debe ser racional y crítica, además de erradicar los favoritismos y privilegios hacia iglesias particulares. Por ejemplo, en el Distrito Federal se realiza el viacrucis viviente de Iztapalapa, un evento de folclor y religiosidad que logra capturar la atención de un amplio público, no sólo de los fieles, sino que también de personas interesadas en la cultura. Sin embargo, a estos eventos de gran repercusión mediática no asiste la clase política, ni se promociona a través de los portales del gobierno de la Ciudad de México. En cambio, a la romería de la virgen de la Asunción asiste la clase política y el dirigente estatal, sentados en el templete al lado del obispo y clérigos de renombre, además de que se divulga la festividad religiosa en el portal de Gobierno. ¿Entendible?, sí, ya que Aguascalientes fue una villa de paso en su origen y fundada de manera frecuente, a diferencia de otras localidades de la República Mexicana, por lo cual debe aprovechar diferentes elementos para atraer el turismo; pero, insistiendo en el tema de la laicidad gubernamental, existe una clara diferencia entre utilizar elementos para la difusión de la cultura del estado, ser feligrés de una religión y asumir el papel de promotor y enarbolar una religión particular para generar alianzas y estrategias electorales, que demuestran a la ciudadanía las directrices dogmáticas que influirán en la toma de decisiones de problemas públicos y para el reconocimiento de derechos.

Retomando una de las investigaciones de Salvador Camacho Sandoval de la UAA, durante la década de los 70 se implementó una Reforma Educativa por la cual se incluyó en los libros de texto de sexto de primaria el tema de reproducción sexual humana, con ilustraciones de aparatos biológicos internos y una pueril imagen asexual de un hombre y una mujer en calzoncillos. La opinión de la iglesia católica en Aguascalientes fue de tal impacto que algunas escuelas, de manera institucional, engraparon o cortaron las páginas con dichos temas. ¿Cómo avanzar en una educación integral, holística y acorde a los avances científicos, tecnológicos y el humanismo si el dogma prevalece? Han pasado más de 40 años desde ese suceso, pero aún se presentan resistencias, como la movilización de grupos relacionados con el obispado contra la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

De acuerdo al INEGI, durante el 2014 el 81.3% de los egresos hospitalarios en mujeres de 15 a 19 años en Aguascalientes se relacionan con embarazo, parto y/o puerperio, es decir: el 83% de las jóvenes presentan embarazo adolescente en el estado. No es posible seguir enarbolando la censura al tema de la sexualidad, la abstinencia, ni el matrimonio o el embarazo como fin único y relevante para las mujeres, tampoco se puede continuar negando la responsabilidad de los hombres que depositan su semen, ni promover su supremacía sobre las mujeres: temas que están en el discurso religioso, al menos de las iglesias judeocristianas y occidentales, entre otras. ¿Cuál sería una media de libertad religiosa y Estado laico?

Debido a las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de México, por las cuales se declaró inconstitucional el negar el matrimonio entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adoptar -gracias a un caso particular-; durante los últimos meses la iglesia católica y otras de origen cristiano han emprendido una guerra mediática y han impulsado la movilización de grupos religiosos liderados por seculares, fieles creyentes que no son ministros. Estas agrupaciones están en su derecho de manifestar su adhesión al dogma de sus iglesias sobre el matrimonio -religioso-, como la unión entre un hombre y una mujer con el fin de procrear. Lo que no puede permitir el Estado, que debe ser laico de acuerdo al artículo 130 constitucional, es una mayor exposición mediática de dichas agrupaciones religiosas, también debe sentenciar los discursos de odio y patologización contra las minorías, además de hacer valer los incisos del artículo 130 de la Carta Magna en los cuales se indica que los ministros no pueden hacer proselitismo político ni oponerse a las leyes del país, por lo que debería ser punible y castigable las declaraciones de obispos y clérigos que han sentenciado el voto contra “liberales” o han condenado las leyes resueltas gracias a años de lucha de la sociedad civil organizada, la investigación científica y organismos internacionales. Las iglesias pueden emitir su posicionamiento, pero únicamente en sus espacios de culto, para sus procesos y consideraciones particulares: Aquí, en esta iglesia, sólo se pueden casar hombres y mujeres; sin amenazas, juicios de valor, denostaciones… sin convocar al odio.

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Twitter: @m_acevez

 



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