- La cultura tarda mucho en transformarse, se necesitan herramientas que la aceleren, como leyes y normas
- Las mujeres y hombres deben cambiar su mentalidad hacia la equidad de género en la política
“La obtención del poder es de las luchas más difíciles para las mujeres porque históricamente lo ha tenido el varón”, puntualizó María Elena Álvarez de Vicencio, líder nacional del Partido Acción Nacional, quien a sus 85 años continúa en la lucha por la equidad de género en la vida política mexicana, buscando la equidad de las responsabilidades sociales y personales.
Desde su perspectiva, el cambio que la sociedad está dando es que ahora la mujer también puede y debe competir por el poder, aunque no sea un trabajo fácil, pues el varón se encuentra tan arraigado a ser el único, que a la mujer la continua viendo como no apta para ejercer algún cargo público o llevar la batuta en la vida política.
Aunque históricamente el poder ha cambiado por medio de revoluciones o constituciones, la mujer no va a preparar una revolución para cambiar el rumbo, para eso existen las leyes y normas por medio de las cuales se comenzó con las exigencias de cuotas de género hasta llegar a la paridad en las diputaciones federales: “Si queremos seguir con este cambio debemos continuar con estas acciones afirmativas”, es necesario hacer una ley para forzar el procedimiento, pues éste no es espontáneo.
El cambio debe seguir y para ello los legisladores deben hacer obligatoria la paridad en las diputaciones locales y alcaldías, ya que si no se hace de esta forma, el camino del cambio sería mucho más largo: “Si dejamos que naturalmente se fuera transformando la cultura tendríamos que esperar cientos de años porque la cultura tarda muchísimos años en cambiar”, lo que puede acelerarla son estas acciones afirmativas a través de leyes que obligan al cambio periódicamente.
“Yo he vivido muchas experiencias y es ahora que veo ejemplos de éxito con mujeres legisladoras, alcaldesas, secretarias, que ayudan tanto para que la sociedad en general vea esto como algo natural”, al darse de forma natural en poco tiempo dejarán de necesitarse estas acciones afirmativas de carácter obligatorio.
Aunque el número de mujeres participantes en la política y el servicio público aún no es el indicado, Álvarez de Vicencio consideró que el país va por buen camino, sólo se necesita un cambio más radical con mayor fuerza entre la visión de muchas mujeres que aún piensan que “no están hechas para eso”, puesto que así las educaron toda su vida: “Hay hombres que creen que no hay mujeres preparadas para el poder, éstos deben voltear a las universidades y se percaten de que hay más mujeres preparándose que ni varones”.
Se insistió en que el cambio no debe esperarse, sino que se necesita forzarlo con más mujeres y hombres abiertos a la transformación de las familias, a reconocer que el hombre no pierde masculinidad si ayuda en casa con las labores que por tradición se le atribuyen a la mujer, desde el hogar se necesita cambiar esa mentalidad para permitirle al país un cambio político real.
“Vamos en buen camino, sólo hay algo: mujeres, acérquense y aceleren el ritmo un poquito más”, sobre todo para lograr que esa transformación sea en igualdad como personas para que exista una equidad en el reparto de las responsabilidades sociales y personales.