- Organizaciones civiles reprochan declaraciones intolerantes del obispo ante el matrimonio igualitario y diversidad sexual
- Es trampa el decir que la sociedad de Aguascalientes no está preparada para el matrimonio igualitario
Una vez más el obispado de Aguascalientes hace un llamado al gobierno estatal y Congreso local a no permitir que se legisle en materia del matrimonio entre personas del mismo sexo. De manera inmediata, activistas y organizaciones civiles en pro de los derechos humanos y diversidad sexual alzaron la voz considerándolo un acto violatorio al Estado laico y de Derecho, puesto que su papel como jerarca lo obliga a mantenerse a distancia de las cuestiones legislativas.
“En realidad no ha cambiado nada, finalmente deja muy claro que no le importa respetar el Estado laico; el obispo ve con bastante naturalidad el estar violentando el Estado de Derecho porque nuevamente llama a la violación de los derechos humanos”, puntualizó Chuy Tinoco, vocera del Movimiento de Acción Lésbica Feminista de Aguascalientes.
Ya que las garantías individuales son para todo ser humano, se destacó que los grupos religiosos no tienen facultad para llamar a que se frene una norma legal que ya se dictó por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo organismo de justicia en México, que detalla qué es lo discriminatorio en las leyes y que independientemente de las creencias religiosas se tiene que respetar el Estado de Derecho.
“Nuestra organización junto con otras seguiremos resaltando las violaciones a los derechos humanos y a toda normativa por temas de religiosidad”, es por ello que tras la presentación de una carta al Gobierno del Estado para que llamara al Congreso local a legislar en la materia, se observa con beneplácito el que haya sido a través de Sergio Reynoso Talamantes el conducto por el cual se haya dado voz a sus peticiones.
Sin embargo se lamenta que abiertamente se desafíe al gobierno al hacer un llamado al propio Congreso por parte del obispado para que no se legisle: “me parece que es una desobediencia directa y como organismos sociales nos toca denunciar todos estos actos de homofobia e intolerancia”, lo que les preocupa a los activistas es que el gobierno queda muy mal a la vista de la población al quedarse cruzado de brazos ante las múltiples declaraciones y actos intolerantes del monseñor José María de la Torre Martín.
Desde la perspectiva de Tinoco, es una trampa cuando se dice que la sociedad de Aguascalientes no está preparada para el matrimonio igualitario, puesto que en su experiencia durante la última marcha por el orgullo lésbico-gay sólo se encontraron manifestaciones de respeto y apoyo por diferentes sectores, desde niños hasta adultos mayores.
“Eso nos da la lectura de que la sociedad aguascalentense está preparada para el resto a los derechos humanos, para entender la igualdad sustantiva”, subrayó que son los grupos conservadores los que se niegan a cambiar al mantener altos sesgos de ignorancia, demostrados en las declaraciones del obispo donde refleja hasta un lenguaje medieval y arcaico al citar códigos y normas del siglo XIX.
En conjunto con el Observatorio de Violencia Social y de Género, el Movimiento de Acción Lésbica Feminista reiterará la petición a la autoridad estatal porque la diócesis ha malinterpretado el artículo 4 constitucional cuando hablan de la igualdad entre hombres y mujeres, pues esa igualdad no significa que sea matrimonio entre mujer y hombre: “hacen trampa con esas interpretaciones erróneas de la ley”.
El que un jerarca como el obispo ordene que no se legisle en determinado tema y que además invite a los feligreses a que repudie el asunto en cuestión representa todo un panorama de violencia donde las confrontaciones con el fundamentalismo religioso nunca han entregado resultados positivos, sino por el contrario, sólo encaran a las personas religiosas para crear conflictos sociales y políticos.
El Colectivo Sergay prepara un recurso legal así como un oficio-respuesta asesorado por abogados especialistas en el tema, puesto que el presidente Julián Elizalde califica este acto como “la gota que derrama el vaso” ante tanta intolerancia del grupo católico liderado por De la Torre Martín.