Gran Salón del Pueblo, Beijing, China. 29 de junio de 2015. Usualmente poco expresivo, el presidente chino, Xi Jinping, esboza una sonrisa, enigmática y tímida a la vez, durante la firma de los artículos del acuerdo del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB, por sus siglas en inglés). Este acontecimiento es la primera vez desde 1945 en que una institución financiera multilateral no estará dominada por los Estados Unidos.
A miles de kilómetros de ahí, en las calles de Atenas, miles de ciudadanos griegos forman filas enfrente de los cajeros automáticos para poder retirar la exigua cantidad de 60 euros diarios que les permiten las regulaciones aplicadas.
Las escenas arribas descritas sirven como introducción al presente artículo, el cual pretende explicar el peso financiero de China y el drama protagonizado por Grecia en lo que respecta al manejo de su deuda pública.
La luz en el sector financiero chino fue ejemplificada por un reporte de la revista The Banker, publicado el 29 de junio del presente año, según el cual los bancos de este país, apoyados por su gobierno, son los mejor capitalizados y más rentables, pues están creciendo en tamaño e importancia. Cuatro instituciones bancarias chinas ocuparon cuatro sitios entre los seis primeros lugares: ICBC, Banco de Construcción de China, Banco Agrícola de China y el Banco de China.
Por el contrario, sus rivales estadounidenses JP Morgan, Bank of America, Wells Fargo y Citigroup, junto con el británico HSBC y un banco japonés se repartieron el resto del ranking.
El AIIB es parte de la estrategia china de crear un nuevo orden mundial, libre de la tutela estadounidense. Esta novel institución financiera tendrá un capital inicial de cien mil millones de dólares. Beijing manejará los hilos pues poseerá el 26.06 por ciento del total de los votos. Sus socios Brics, India y Rusia, tendrán respectivamente el 7.5 y el 5.92 por ciento de los sufragios.
La sede del AIIB estará en Beijing, con centros regionales en otros países. La lengua oficial de trabajo es el inglés. Para acallar las críticas provenientes del gobierno estadounidense, las autoridades chinas afirmaron que “el AIIB adoptará las buenas prácticas internacionales y abrazará los altos estándares” (China Daily 29/06/2015).
Sin embargo, la sombra se proyecto, financieramente hablando, sobre China cuando el índice de la bolsa de Shanghái cayó un 20 por ciento en sólo cuatro días debido a la incertidumbre sobre Grecia. Es decir entró al “mercado oso”. Esto significa, en la jerga bursátil angloamericana, que un mercado muestra falta de confianza
Es precisamente Grecia, con todas sus aportaciones al desarrollo de la humanidad, que la penumbra prestamista clava sus uñas: el país de los helenos carece de liquidez y de solvencia. Por liquidez entendemos, según el Diccionario de Administración y Finanzas Océano, la “solvencia de un negocio, con referencia especial a la rapidez de conversión de los activos realizables en dinero en efectivo”. Por último, solvencia es “la capacidad de pago de deudas”.
¿Quién metió a los griegos en este embrollo? Una clase política corrupta y con visión cortoplacista, la cual aprovechó los fondos europeos para abultar la nómina del servicio público pero se olvidó de combatir la evasión fiscal. Los especuladores financieros, los auténticos “lobos de Wall Street”, quienes vendían derivados chatarra. Además, los euroburócratas en Bruselas, quienes permitieron el ingreso de un país a la Unión Monetaria Europea que no reunía los criterios impuestos por el Tratado de Maastricht de 1992: baja inflación, deuda pública manejable y pequeños déficits presupuestales.
¿Quién está pagando los platos rotos por el drama griego? Los pensionados que ven evaporarse los ahorros de toda una vida y cuya exigua pensión sirve para subsistir y una juventud que vaga sin rumbo, pues ha perdido la esperanza.
Por ello, el referéndum al que ha convocado el primer ministro Alexis Tsipras para saber la opinión de su pueblo respecto a las ofertas de la “troika”, compuesta por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, decidirá la permanencia de Grecia en la zona euro, y, en un caso extremo, su duración en la Unión Europea.
Cualesquiera que sea el resultado del referéndum del próximo domingo 5 de julio hay que dejar una cosa clara: Grecia está en bancarrota y su deuda de 317 mil millones de dólares, la cual equivale al 175 por ciento de su Producto Interno Bruto, es impagable.
Finalmente, las civilizaciones madre de occidente y oriente, Grecia y China, habrán de influir en el destino financiero del orbe t Bank (AIIB) at the Great Hall of the People in Beijing June 29
Aide-Mémoire.- Adriana Almanza es una verdadera mexicana; Ximena Navarrete, a pesar de su disculpa, quedó como la Malinche del siglo XXI.