Estimado lector, el Gobierno Federal puso todo su empeño y ha presumido en todos los foros posibles las reformas estructurales que eran necesarias para el país y que en un tiempo récord fueron aprobadas por la mayoría del congreso. De todas esas reformas estructurales, la que más esperaba el gobierno con ansia para lograr sus objetivos sexenales, era la Reforma Energética. Una vez aprobada el año pasado, se empezó a movilizar la izquierda para evitar el “robo al país” por un lado, y por el otro, el gobierno de Peña empezó a poner en claro las reglas sobre las cuales se podría participar para que aquellos interesados pudieran acceder a la extracción del petróleo.
Se dieron las condiciones, reglas y demás formalidades para la venta de los pozos petroleros, y en el horizonte de avisoraba una baja en los precios del petróleo de forma importante, pero el mismo Gobierno Federal desestimó la repercusión probable que tendría en el país la baja del precio del petróleo y siguió con un escenario “pesimista” a hacer sus cuentas alegres.
El gobierno de Peña, es cierto, nunca pudo avizorar un posible arreglo de Estados Unidos con Cuba, ya que este país también tiene acceso a la plataforma del Golfo y a ciertos pozos petroleros propios de ese país que por sus condiciones económicas no era posible extraer el mismo. Además, si bien es cierto el país de México veía caer el precio, lo visualizaba como una oportunidad, debido a que entonces tendrían que cerrar sus puertas todos aquellos productores de petróleo americanos que utilizaban la técnica del “fracking” y que estaba haciendo autosuficiente al país del Norte. Como bajaba el precio del petróleo era imposible que fuera rentable esta práctica y México podría ser beneficiado.
Nunca ni en sus más remotos sueños el Gobierno Federal pudo prever que fuera un rotundo fracaso la primera ronda privada de asignación de pozos petroleros donde solo se asignaron dos de los doce posibles. Tampoco se podía prever que los grandes inversionistas petroleros desdeñaran el petróleo mexicano en la espera cada vez más posible de una privatización del petróleo por parte de dos países que fueron el dolor de cabeza de las administraciones Clinton y Bush, Venezuela e Irán.
El acuerdo nuclear con Irán, más allá de la posibilidad de alcanzar una paz en medio oriente, (salvo Israel, que está en contra de ese posible pacto), se logrará más que por la buena voluntad de los americanos, por el interés que tienen en uno de los campos petroleros más grandes del mundo y en donde ellos no han podido meter mano. Estoy cierto y seguro que el cambio de la política norteamericana va en ese sentido, te doy el permiso regulado de la generación eléctrica nuclear con todo lo que conlleva esto, pero me hago dueño y señor de tus pozos petroleros. Este es un golpe terrible para las aspiraciones del país en cuanto a ser un protagonista mundial petrolero otra vez. Los campos de Irán son cuatro o cinco veces más grandes que los de nuestro país, a menos que ocurra el milagro de encontrar otro pozo que este lo demasiado grande para que sea de interés de los grandes emporios americanos y británicos.car
Por otro lado, las paupérrimas condiciones que están viviendo todos los venezolanos, donde se tiene una carestía impresionante de todos los bienes y servicios, y en donde el mismo gobierno no sabe qué hacer debido a los bajos precios del petróleo que no le permite seguir con sus políticas asistencialistas y esto ha derivado en descontento social, en situaciones de hambre y de una tristeza por ver un país como el venezolano que hace 15 años estaba en los cuernos de la luna pasar hambres y situaciones vergonzosas. Este mismo gobierno bolivariano, está cada vez más pensando y haciendo cuentas sobre la situación que impera y que pasaría si abre a la iniciativa privada sus pozos petroleros, para que se pueda seguir aunque sea temporalmente con la política bolivariana.
Y si a esto le agregamos que las energías alternativas, como la eólica y solar cada vez son más baratas, que por fin se pudo hacer un vehìculo eléctrico con una potencia capaz de rivalizar con un deportivo como el Porsche y que esa misma compañía, Tesla, está por vender al mercado las pilas inteligentes para almacenar de manera más efectiva la energía solar, pues implica también un menor consumo de petróleo y sus derivados y por tanto, la situación mediante la cual el petróleo no tendrá precios bajos de manera temporal, sino que será por un tiempo más grande del que se pensaba.
La terrible pesadilla del petróleo iniciada con “la administración de la abundancia” de José López Portillo continúa, y no tenemos para donde hacernos, mas que pensar que el petróleo es una ayuda nada más y ver otras alternativas para hacer rentable al país, siendo una de ellas, la productividad de las empresas.