- Exigen al gobernador que ponga orden en el estado y no se vulnere la definición de la familia tradicional
- Llevar menores a manifestaciones de esta naturaleza los invita a la intolerancia y a la violencia
Mientras al interior del Poder Legislativo se efectuaba la última sesión del periodo ordinario, un grupo de menos de 40 representantes de la coalición de organizaciones las Ameda- cristianos evangélicos- Diócesis de Aguascalientes, Dilo Bien, Provida, acompañados de un par de sacerdotes, se manifestaron con carteles y reproches contra el matrimonio igualitario, el divorcio incausado y la Ley de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Hicieron énfasis, en esta ocasión, en la reforma al Código Civil que permitiría la unión entre personas del mismo sexo; los grupos conservadores laicos colocaron una lona sobre la puerta de acceso al recinto legislativo, así como a niños menores de doce años con carteles de exigencias escritos, por los adultos, para demandarle al gobernador que evite toda política que destruya la institución social, “un verdadero estado de progreso no puede trabajar en una estrategia para destruir la célula básica de la sociedad: la familia”.
Molestos y con reclamos, exigieron al secretario de gobierno, Sergio Reynoso Talamantes, que se abstenga de promover en su ejercicio políticas con las cuales se afecta el matrimonio; al igual que al ombudsman de la entidad, Jesús Eduardo Martín Jáuregui, a quien lo invitaron a ejercer su trabajo y reconocer “los verdadero derechos humanos” en lugar de favorecer a las minorías, sin conocer los efectos sociales que tendría dicha reforma.
En representación de la diócesis, el presbítero Felipe Gutiérrez Rosales dijo no estar juzgando a ningún grupo de personas, “sólo apoyamos el movimiento del matrimonio natural porque creemos en él”, y las probables reformas que plantean algunos diputados vulneran el estatus del matrimonio tradicional, consideraron.
A pesar de que organizaciones civiles de izquierda demandan la violación del Estado de Derecho y Laico, el religioso puntualizó que la iglesia sólo opina y exige que no se diseñen leyes civiles que afecten la realidad del hombre y su integridad de alma y cuerpo, “de ninguna manera estamos violando eso que dicen, esto es un tema de apoyo, nada más”, pues sólo se le pide que se respete la integridad de una persona en lo que es el ser humano en su estado natural.
“Queremos conservar al hombre en el estado natural y la unión del matrimonio natural, no estamos discriminando, no lo tratamos como antinatural, sólo que el matrimonio está basado en la unión natural entre un hombre y una mujer, eso no puede cambiarse”, la postura de la iglesia católica nunca cambiará con respecto a la protección -desde su visión conservadora- del hombre y la familia “natural”.
Para los católicos presentes, la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene una clara resonancia como Poder Judicial pero no como Legislativo, pues de acuerdo con la soberanía de poderes, cada uno es libre de trabajar con sus propias líneas y ninguno puede obligar al otro a hacer algo.
Mientras gritaban frases como: “diputados, recuerden que viene de papá y mamá”, “no queremos una redefinición del matrimonio”, “arriba la familia natural”, Gutiérrez Rosales destacó que el concepto de los derechos humanos tiene que ser examinado nuevamente ya que con el paso del tiempo se han desvirtuado en otras situaciones, “hay que examinar qué son los derechos humanos en realidad, porque son los derechos fundamentales del hombre lo que deben ser atendidos por el Estado”, aunque repitió en varias ocasiones que ellos no niegan la igualdad, dignidad y libre pensamiento a todas las personas, retomó la postura del respeto a sus líneas, donde el matrimonio es la institución para la procreación y el cuidado de las familias.
Parte del comunicado subraya como imposible que las uniones entre personas del mismo sexo se llamen matrimonio, pues la finalidad de éste es procrear para la creación de una familia natural, “los niños no pueden ser afectados con esta redefinición, vulnera su derecho a tener una familia de mamá y papá”, se considera como una exclusión del ambiente natural del menor que conlleva a afectaciones secundarias, como el acoso en las escuelas y en la sociedad por sus iguales al estar en una “familia no natural”.
Molestos por no habérseles permitido el paso a la sala de sesiones, muchos de los manifestantes gritaban reclamos a los legisladores por no ser “buenos representantes populares”, por sólo buscar temas que polarizan a la ciudadanía en lugar de atender asuntos importantes para el desarrollo de las familias y el estado en general.
“¡Esto no es un triunfo en materia de derechos humanos, es un peligro para las familias y los niños!”, concluyeron su comunicado a la espera de ser atendidos por algunos legisladores como Anayeli Muñoz, Adolfo Suárez, Luis Fernando Muñoz y Juana Alicia Espinosa de los Monteros, a esta última le fue reclamado en persona, por una mujer manifestante, el haber votado a favor del divorcio exprés, pues va en contra de la moral y de los valores familiares.
Al cuestionársele a los niños por qué cargaban esas pancartas y si comprendían para qué eran, estos respondían con frases cortas como: “mi mami me trajo”, “porque quiero una familia”, “es que nos quieren quitar a los papás y a las mamás” o un reiterado “no sé”. Como sicóloga especialista, Betsy Montoya (REDefine) lamenta que padres de familia atraigan la violencia y la intolerancia a las diferentes expresiones a sus hijos que muchas de las ocasiones ni siquiera saben la razón de su asistencia a este tipo de manifestaciones.
“Los niños son los más sensibilizados porque dicen: a mí qué me importa si hay dos mamás o dos papás, lo que yo quiero es ser feliz y estar bien; ellos no tienen esa maldad ni lo conciben como algo mal”, por ello el mantenerlos en situaciones de esta naturaleza no es algo saludable para ellos.
A largo plazo pueden causar que el menor crezca en un ambiente de violencia, diseminación, poca tolerancia y poco respeto, “recordemos que todos vivimos en una sociedad, donde se nos olvida muchas veces que hay otra persona con la que convivimos, y si yo no estoy de acuerdo en los matrimonios igualitarios, pues no me caso con alguien de mi mismo género, pero respeto a quienes sí lo aceptan”.
Pregunta para la reportera: la sociologa Betsy Montoya estuvo en el mitin? Participando? Mirando? O a cuento de que viene citarla? Lo tengo claro, pero recuerde que como reportera debe atender a las famosas 5W (que, quien, cuando, cuando, como) que le debieron enseñar. Si ud. como reportera se sirviera de esta tecnica seria una excelente profesional: imparcial, objetiva… Pero destacar unicamente la participacion de los sacerdotes y los carteles que levaban algunos niños -obviamente responsabilidad de los papas, pero muy su derecho- es torcer la nota hacia sus preferencias personales -muy respetables- pero eso es asunto de otro departamento y otra seccion de La Jornada. Pida su cambio como editorialista, pero no pretenda engañar a su publico.
Que triste es ver que se digan cosas que no pasaron y que involucren a los niños de esta manera tan errónea , estuvo presente en la manifestación Señorita?… O solo escribió lo que se le ocurrió para cubrir su nota….. Muy lamentable que le mienta a la audiencia…..
Es una nota de LA JORNADA y el fotografo capto una niña con una pancarta, la imagen no miente si quieren leer una editorial o una nota cargada al lado conservador pues se equivocaron de periodico, ahi esta el CORREO DIOCESANO.
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