Por Anayeli Muñoz
Hace 60 años las mujeres acudieron a votar por primera vez en México. Un hecho trascendental para la vida política y social de nuestro país, el cual fue el primer paso para que el día de hoy podamos mencionar nombres de diversas presidentas municipales, diputadas, senadoras y gobernadoras, así como candidatas para todos los puestos de elección popular.
Ha sido más de un lustro en el que las mujeres hemos vivido diversas circunstancias que nos motivan a seguir trabajando por alcanzar la equidad de género en diferentes ámbitos, entre ellos el político y el social.
En Aguascalientes, de acuerdo al estudio Las Mujeres en Aguascalientes. Estadísticas sobre desigualdad de género y violencia contra las mujeres, realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) implica una merma en el factor de Desarrollo Humano, la cual fue calculada en 1.14 por ciento debido a la desigualdad entre hombres y mujeres.
Aunque en muchas ocasiones hemos escuchado cientos de expresiones a favor del desarrollo de las mujeres, muy pocas veces hemos sido testigos de la aplicación de políticas públicas exitosas que vayan encaminadas al fortalecimiento de una sociedad con perspectiva de género, desde los procedimientos educativos hasta los usos y costumbres familiares que se arraigan en cada hogar.
Al revisar el documento antes citado, se pone en evidencia la situación tan asimétrica que se vive en Aguascalientes cuando se aborda el tema de la equidad de género y el respeto a las mujeres. No es únicamente el asunto político, sino también en materia de salud, de alfabetización, y sobre todo del ingreso laboral. Es triste y hasta cierto punto irritante saber que actualmente a pesar de que un hombre trabaje las mismas horas que una mujer, sea el varón quien tenga mayores ingresos. Una injusticia que duele y humilla al género femenino.
Aquí algunos números que reflejan una realidad que por su naturaleza es aún más fría que los propios datos: “En Aguascalientes, 5.9 por ciento de la población ocupada femenina no recibe ingresos por su trabajo, en contraste con el 2.8 por ciento de hombres. La mujer que participa en la actividad económica tiene una sobre jornada de trabajo total promedio de 5.1 horas más que la masculina; es una de las entidades del país donde se registra el menor número de horas de sobre jornada para ellas”.
En lo que respecta al terreno meramente político, encontramos que a pesar de que por ley se han abierto los espacios para las mujeres en las candidaturas de los partidos políticos, aún hay un camino largo por recorrer. Si bien, el Congreso del Estado está compuesto por 8 diputadas, aún no hay equidad en el Poder Legislativo porque son 19 los espacios ocupados por varones.
Mientras tanto, en los municipios de Aguascalientes solamente contamos con una presidenta municipal, del Ayuntamiento de San Francisco de los Romo, además no se puede pasar por alto la administración 2011-2013 de la licenciada Lorena Martínez, quien además de lograr el triunfo de manera abrumadora en la elección, conformó un gabinete paritario.
Actualmente, los ayuntamientos encabezados por varones no han otorgado a las mujeres los espacios suficientes para la toma de decisiones dentro de las administraciones públicas; apenas las asignan a cargos de medio nivel y así intentan justificar su falta de voluntad para apoyar a las mujeres. Su error está en creer que la paridad de género es una lucha, cuando en realidad se trata de un derecho.
Para alcanzar la equidad hay que seguir trabajando. No es una tarea que se termine o que tenga un fin a largo plazo, por el contrario, para alcanzar la equidad hay que vivirla, estar consciente de ella durante todos los días y realizar nuestras actividades con esta misma actitud que nos permitirá heredarle a nuestros hijos e hijas un México que garantice justicia y oportunidades igualitarias.