- Según información proporcionada a través de transparencia, el Congreso cuenta con 297 trabajadores
- De la totalidad de los trabajadores, 200 cuentan con una antigüedad menor a los cinco años
- Entre los cerca de 300 trabajadores, apenas la mitad cuenta con estudios profesionales
Durante los últimos años, uno de los principales elementos que han suscitado la crítica de la ciudadanía tiene que ver con el fenómeno mediante el cual, los políticos que acceden a cargos de elección popular, convierten a las dependencias gubernamentales o poderes públicos en agencias de colocación, donde el compadrazgo, las amistades y los vínculos familiares, son el principal elemento que determina la inclusión de perfiles laborales en las ramas operativas y administrativas.
Dada la dinámica actual a la que se ha sometido el Congreso del Estado, con su renovación cada tres años, el fenómeno puede indicar que gran parte de la plantilla laboral que se concentra en el parlamento estatal responde a la misma, reflejándose en los años de experiencia con la que cuentan cada uno de los trabajadores del Poder Legislativo Estatal, y que, pese a la existencia de un sindicato que agrupe dichos puestos, se enfrentan a los ajustes políticos al término de cada legislatura.
A través de una solicitud de transparencia, nos hemos dado a la tarea de indagar acerca de dicha tendencia para el Congreso; misma que fue tramitada y respondida con el folio 28615 y donde se dio cuenta de que el total de trabajadores asciende a un total de 297. Según los datos proporcionados por la Unidad de Enlace, y a pesar de las deficiencias en las cifras finales respecto el total de los trabajadores, de los casi 300 trabajadores, 200 tienen una antigüedad menor a los cinco años, lo que pudiera ser el claro reflejo de la transición laboral a que se enfrenta el Legislativo estatal cada tres años; apenas asciende a 40 la cifra de trabajadores con más de diez años; 16 con más de 15 y una mínima cifra de cinco que cuenta con 20 años de experiencia. La tendencia indicaría que los restantes se ubican en el rango entre los más de cinco y menos de diez años.
Respecto a la profesionalización y al grado de estudios y formación de cada uno de éstos, la respuesta coincide con la cifra de los 297. De la totalidad de los trabajadores del Congreso del Estado, 40 personas apenas tienen educación básica, las mismas que se concentran como empleados de carácter operativo; en contraste, existen 257 que hacen lo propio en la parte administrativa, de los cuales 108 apenas cuentan con estudios de educación media superior y los restantes 149 tienen estudios de educación superior y posgrado.
Las cifras reflejan el grado de influencia que genera la renovación de la representación parlamentaria de los partidos políticos en el ámbito laboral de quienes se insertan en ese esquema, lo que permite porque la continuidad y la profesionalización son elementos casi ausentes o con insuficientes niveles de progresividad con el paso de los años. Ello significaría un importante reto para la siguiente legislatura, primera en la que se elegirá a diputados que puedan postularse por la reelección en 2018, y que podrá incentivar la continuidad, profesionalización y capacitación de quienes laboran en el parlamento estatal.