Las carnitas de San Pancho están de rechupete. Me refiero a que si usted visita el municipio San Francisco de los Romo en Aguascalientes encontrará varios restaurantes populares que le ofrecen el platillo mexicano llamado carnitas (carne de cerdo cocinada con grasa y líquido, que da como resultado una carne semi-dulce y dorada) en todas sus variedades, ya sea guisadas o naturales con su respectiva guarnición de guacamole, nopalitos y pico de gallo. Para quienes prefieren evitar la carne por aquello de los problemas de circulación -venosa, no “transitosa”-, abundarán los guisados vegetarianos como los chiles rellenos, o las papas, o las rajas de chile poblano o los nopales cocinados con orégano y cebolla. Definitivamente, estimada lectora, apreciable lector, ¡Ay kiir! -diría el genial columnista Germán Dehesa-.
De paso, paso. El domingo pasado esta cocino-política andaba de ¡un antojo! De esos que una saludable ensalada verde, pues nada más no calman ni apaciguan. Así que enderecé mis pasos hacia San Pancho, ¡total!, me dije a mí misma, como dijera el obispo de Aguascalientes “qué tanto es tantito”, qué puede pasar si me como un par de deliciosas y típicas gorditas hidrocálidas, ahí en el mero San Francisco, y de paso, paso a saludar a la presidenta municipal de ese municipio: Margarita Gallegos, la única mujer entre los primeros ediles de Aguascalientes.
Agua para Nescafé. ¡Oiga usted! Después de comer con “alma, corazón y vida” en uno de los pequeños restoranes de San Pancho, necesitaba algo para hacer sentir mejor a mi saturado sistema digestivo, así que abusando de la casa y aprovechando la visita, le pedí a Margarita Gallegos me obsequiara un cafecito. Ella, amable como siempre, dispuso en la mesa un frasco de Nescafé y una bonita azucarera. Permíteme, Coquito, voy a calentar agua para Nescafé. También dispuso en su generosa mesa una variedad de galletas típicas mexicanas, pero, esta cocino-político, tuvo que hacerles el “desaire” tras la comilona vivida momentos antes ¡Ni hablar! Para la otra será.
Cosas de mujeres. Así las cosas, la presidenta municipal de San Francisco de los Romo y su servidora, nos pusimos a platicar sobre temas de mujeres… ¡Sí! Pero de mujeres campesinas, sobre los que es versada la dilecta amiga Mago, como le llamamos cariñosamente. ¿Qué me puedes platicar sobre las inquietudes de las mujeres campesinas, Mago, especialmente a 100 años de la promulgación de la Ley Agraria? Le pregunté, mientras tomaba el primer sorbo de Nescafé en agua, bien cargadito.
Efectivamente, dice Margarita Gallegos. La Ley Agraria cumplió en enero de este año, 100 años de ser promulgada. La Ley original fue redacta por el pensador Luis Cabrera, fue un documento basado en las demanda populares de entonces, la primer disposición jurídica agraria expedida en el país y que sirvió de base para la posterior redacción de nuestro artículo 27 de la Constitución de 1917, a partir del cual se hizo posible la repartición agraria popular.
La Ley Agraria no solo sentó las bases jurídicas para la restitución de tierras a los campesinos, sino que abrió la posibilidad jurídica de expropiar terrenos con el fin de beneficiar a quienes la restitución no cubrió.
Pero como dices, Coquito (esa soy yo), a 100 años de ese primer instrumento jurídico, que dio origen al reparto agrario; muchas cosas han pasado en el campo mexicano y las mujeres tenemos una participación importante, aunque no siempre reconocida, en ello.
¿De quien la trabaja? Margarita me explicó, que si bien las mujeres soportan cargas de trabajo tan pesadas como las de los hombres, las condiciones para ellas son desiguales; no sólo porque además conservan el rol tradicional de ama de casa, lo que se traduce en la llamada “doble jornada”, sino porque hay muy pocas mujeres propietarias de las parcelas que trabajan. En términos simples, en lo que corresponde a mujeres campesinas: la tierra no es de quien la trabaja.
Según promete. Me quedó claro, que aunque las mujeres, también cultivan o ejecutan jornadas como los hombres, no perciben lo mismo que ellos, por eso indagué sobre las mujeres campesinas como empresarias. Según Mago, existen programas gubernamentales como el PROMETE que promueve proyectos productivos con equidad de género en el sector rural, o como FAPPA que financian proyectos para población en condiciones vulnerables o sin derechos agrarios. El problema, es que las políticas públicas no llegan a todas las mujeres necesitadas, no tienen la capacidad suficiente para cubrir la demanda; por lo que aún faltaría ampliar y crecer esos y otros programas a favor de las mujeres que quieran emprender.
Cafetera de peltre. Se me terminó mi cafecito. Y mientras Mago Gallegos calentaba más agua en una cafetera de peltre azul, quedé meditando en sus palabras. En lo que ella regresa, vaya usted por su propio cafecito, apreciable lector, estimada lectora. Y yo aquí, sentadita en una confortable sala en San Pacho, lo espero para la próxima. Recuerde usted que en esta su cocina, se come, le lee, se estudia y se conversa de todo, particularmente de política.
CODA. Margarita Gallegos Soto. Esposa y madre. Es ex diputada federal. Y además de ser la primer presidenta municipal de San Francisco de los Romo, es la actual secretaria de acción femenil de la Confederación Nacional Campesina capítulo Aguascalientes.