- Encargado de la PGJE crea canales de comunicación con familias de víctimas y organizaciones civiles
- Reclama activista que la autoridad deja temas importantes por cuestiones electorales
Tras la serie de conflictos presentados por el escaso diálogo de la Procuraduría General de Justicia con las familias de personas desaparecidas o víctimas de violencia y organizaciones civiles, la representante del Observatorio de Violencia Social y de Género, Mariana Ávila, celebra el canal de comunicación creado por el nuevo encargado de la dependencia, mismo que ha permitido generar una sinergia para lograr mejores resultados.
A lo largo de las últimas semanas, el funcionario estableció reuniones con cada una de las familias para explicarles cómo va el proceso de investigación, las líneas perseguidas y avances en el caso, “esto es un gran avance y esperemos seguir así porque todo tenemos parte de responsabilidad, ellos como autoridad y nosotros como sociedad organizada”. Por ahora retomarán los trabajos con la procuraduría para la creación de un protocolo, el ABC de lo que se debe hacer cuando una persona desaparece en la entidad, qué pueden o no hacer las familias, desde no dar un teléfono personal porque se presta a bromas y extorsiones hasta cómo manejar la información en los medios de comunicación, así como también el compromiso pendiente de la autoridad para la elaboración de otros protocolos, como el de investigación de delitos de violencia de género y sexuales, la investigación e integración de expedientes desde el Ministerio Público para los casos de feminicidio y el tema de la trata de personas.
“Seguiremos saliendo a las calles, haciendo un llamado a la justicia”, con el entendido de que justicia es más allá de un proceso judicial, sino el acceso a los derechos humanos y que aquellas personas que aún están ausentes regresen a casa con bien, “nos queremos vivas, sanas y sin temor a ser violentadas”, se lamenta que en varias ocasiones hay una violencia social muy profunda en redes sociales, cuando aparece una persona (hombre o mujer) con bien en su hogar, en lugar de celebrarlo es tratada de una manera violenta y despreciable.
En este caso, el llamado no sólo es a la autoridad, sino también a la propia sociedad en general, a no ser apáticos a la participación ciudadana, a no apostarle a la violencia como modo de resolver un problema, a demostrarle a las familias de las víctimas que no están solas, ya que el tema de la violencia y desaparición de personas no es un asunto de una familia, víctima o victimario, sino un asunto social, que como parte de una comunidad nos compete atender.
Ávila reprueba que la autoridad siempre detiene temas de vital importancia sólo por estar en campaña electoral, “hay muchísimos pendientes que la autoridad dejó por las campañas y eso retrasa mucho los pequeños avances que pudiéramos tener”, el más reciente es el asunto de la trata de personas.
En el ámbito federal se aprobó la creación de una Comisión especial pero faltan los mecanismos de operación, cómo se trasladará a la realidad, cómo se modificará el Código Penal para que no se sigan tratando los temas de trata como corrupción de menores, cómo tiene que actuar el Ministerio Público y las Agencias Especializadas con casos de esta naturaleza; es todo un proceso integral en el que deben participar incluso la Secretaría de Educación para dejar de naturalizar la violencia y dejar establecidas estrategias integrales exitosas.