- Con la poesía uno puede expresar más el drama humano, incluso más que con la novela
- Ningún género tiene la flexibilidad, plasticidad y diversidad expresiva como lo tiene la poesía
Incrédulo ante la noticia de ser uno más en la lista de los galardonados del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes en su edición 2015, Jesús Ramón Ibarra llegó a Aguascalientes para recibir el reconocimiento.
El poeta sinaloense comentó que esta no fue la primera vez que participó en la convocatoria, hace casi trece años mandó un libro que posteriormente salió ganador en el Premio Gilberto Owen, también intentó con otro que años después tuvo una transformación bajo otro título, “fue algo inesperado, no me lo creía, pensaba que se trataba de alguna broma siniestra, ya cuando lo asumí me dio mucho emoción”, por el hecho de formar parte de un grupo de poetas que aprecia y admira, inclusive, muchos de los exganadores son amigos de antaño, por lo que se considera más que privilegiado.
Nervioso, reconoce ser una persona un tanto flemática, de reacción tardía, pues siempre ha tratado de mantener esa calma y tranquilidad para conservar un equilibrio emocional, ya que ser parte de uno de los premios más importante del país es mucha responsabilidad, “en primera instancia me dice que sin ser necesariamente un tipo disciplinado, que escribe de manera muy accidentada, tuve un grado de madurez”, es por ello que de ahora en adelante tendrá que trabajar en ser más consciente, razonado, maduro y con un ascenso estable.
Teoría de las pérdidas
Aunque autoevalúa su obra como un trabajo maduro y concluido, Ibarra destaca que tuvo muchos altibajos en su proceso de elaboración, pasó por diversas etapas y obedece de manera concreta a la unión-fusión de dos proyectos, así como a la reacción a dos momentos dolorosos de su vida, que fue la pérdida de dos amigos muy cercanos, “fue el madurar un poco la idea relacionada con la primera y la segunda sección”, ambos se dieron de manera natural, siendo poemas que se escribieron casi de manera consecutiva después de esas pérdidas equilibradas en el tono, pero sin dejar de lado lo que en esencia es la poesía, “finalmente la poesía es melodía y emoción, eso no podía dejarlo”.
Entre más de 800 obras que entraron a la convocatoria, Teoría de las pérdidas fue seleccionada; a más de un mes de haber sido notificado, Jesús Ramón Ibarra “no tiene ni idea de por qué fue elegida”, sabe que el proceso de selección de un premio es muy largo y complicado, muchas veces puede ser suerte por el punto exacto entre equilibro entre lo que estás leyendo y el momento actual que vive la poesía mexicana, “yo creo que tiene mucho que ver con el grado de emoción que se logra en el libro y su madurez, no sé por qué el mío se eligió (ríe nerviosamente)”, para él, cada vez que manda una obra a algún certamen es como poner un botella al mar, donde su futuro depende de un sinfín de circunstancias ajenas a quien la pone sobre el agua.
Año con año, el escritor envía trabajos a certámenes nacionales e internacionales, “casi siempre había mandado con expectativas de ganar, en este caso no, fue raro porque estaba muy consciente de la madurez del libro, pero nunca creí ganar”, comentó que en ocasiones relee el libro que ya mandó y, al ser perfeccionista, encuentra errores, “a veces me quiero morir de la pena, pero ahora cuando lo mandé ya no volví a verle errores, hasta sentí que me estaba desprendiendo de algo ya por fin concluido”.
Considera que en todo escritor hay una necesidad de aprobación masiva, de búsqueda de lectores y de que publiquen su libro, por lo que esto es lo que lo motiva a enviar sus proyectos cada año a los certámenes, “yo creo que es para que me lean porque es muy difícil esto, son muy tardados los sistemas dictaminadores de las editoriales, los lectores y sus comentarios, y en este sentido hay una búsqueda de la aprobación externa para el libro, no necesariamente tiene que ganar, simplemente que sea leído”.
“A mí me parecer ya hay muchos, por no decir demasiados, certámenes, creo hay más de 120 a lo largo del año, es mucho; claro, de poesía, ninguno como el de Aguascalientes, porque sí hay otros más cuantiosos en cuestión económico, pero no de calidad”.
¿Por qué escribir poesía?
Encontré de pronto en la poesía la mejor manera de expresarme, los poemas son como la ropa de uno, cuando pasa el tiempo y vuelves a ver la ropa que usabas antes, dices: Por dios, cómo usaba eso; en el caso de la poesía, vuelves a leer la poesía de años atrás y dices: Santo dios, cómo he cambiado.
Yo encontré en la poesía un escenario propicio para poder expresarme, de pronto descubrí que el lenguaje escrito en ningún género podría tener ni la flexibilidad, plasticidad ni la diversidad expresiva como lo tiene la poesía. Esa capacidad para poder escindir la escritura, es lo que creo yo me vincula al género, esa posibilidad de ver las cosas de distintas maneras.
Aunque siempre escucha a las personas decir que la novela es en esencia el género donde mejor se puede expresar el drama humano, Ibarra considera que en la poesía se puede expresar aún más ese drama.
Después de recibir el Premio, hoy en punto de las 12:00 horas en el Teatro Morelos, Jesús Ramón Ibarra buscará una pizza, un poco de vino tinto y se pondrá a escribir en lo que, asegura, tendrá mayor madurez, equilibrio y un alto grado de responsabilidad poética.