- La cantautora oaxaqueña considera que si no mantienen de alguna manera las prendas tradicionales, en poco tiempo se irán al olvido
- Lila es resultado de un estilo ecléctico donde funde canción tras canción la cultura del norte y del sur
Preocupada por el rumbo histórico que tiene el tejido, el bordado y el diseño textil mexicano en general, la cantautora oaxaqueña Ana Lila Downs Sánchez, mejor conocida como Lila Downs, recibió con emoción el ser tomada en cuenta como inspiración para la edición 2015 del congreso Unimodaa de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, subrayando que “Lila está a la moda muy a mi modo, aunque medio mundo me critique”.
Partiendo de su posición como cantante pero también gestora cultural, considera que la moda en México tiene la característica única de transmitir la historia de una nación a través de los elementos culturales como los colores, el rebozo, los bordados, sombreros y demás, de ahí que miles de personas son apasionadas al sector por ser, además de ropa, artesanías completas recargadas de tradición y cultura.
Esta mujer cantautora y gestora cultural es hija de una indígena mixteca de una etnia del sur y de un cineasta de Colorado, Estados Unidos; esta mezcla de culturas la ha hecho aferrarse tanto a la promoción de las mismas mediante su vestuario escénico y sus canciones.
Downs destacó en entrevista que la moda en México está en un punto de renacimiento de los símbolos propios, de una búsqueda de renovación emocionante, pues más allá de diseños nice se van retomando vestimentas tradicionales como el de “la china poblana”, para adaptarlos a los nuevos tiempos.
Aunque el avance es visible aún falta mucho por explorar y explotar en cuanto a elementos mexicanos, “hay gente que se enoja y dice que qué le estamos haciendo a nuestra tradición, pero si nosotros no mantenemos de alguna manera estas prendas, se van a ir al olvido”, por lo tanto, se considera que hay que modernizar al mexicano en general, darle un refresh basado en lo tradicional para combinarlo con lo contemporáneo; aprovechándose de la habilidad que tiene el mexicano de adaptarse a los cambios.
“Los mexicanos somos muy imaginativos en todos los aspectos, muy apasionados, las mismas cosas que son nuestra fuerza, ese valor, esa nobleza, son también las cosas que más daños nos hacen.”
Durante su visita a Aguascalientes se percató del amplio interés que tienen los jóvenes en difundir las raíces mexicanas a través de los textiles, innovando en diseño pero sin perder de vista la esencia de lo mexicano; es por ello que les dice estar en el momento idóneo para la renovación total, para hacer una reinvención de quiénes somos y de cómo somos.
Mientras que en Oaxaca se dedicó a estudiar música, en Minnesota estudió antropología; “mi madre me enseñó a amar la tradición mexicana y mi padre fue más a los clásicos como Bob Dylan y John Coltrane”, en sus palabras, dijo haber dado un resultado de estilo ecléctico donde funde canción tras canción la cultura del norte y del sur, desde la ranchera, el son y el jazz hasta el hip-hop, todo bajo la temática de lo que es México.
Durante su juventud cuando inició con su producción musical el éxito no llegó de forma inmediata, entre risas dijo que “durante años fui demasiado gringa para el gusto mexicano y demasiado morena para triunfar en Estados Unidos”, hasta que logró empatar su habilidad y lo que el público buscaba, con su disco La línea/Border (2001). Un material inspirado en la cultura norteña y en las grandes figuras de la canción popular latinoamericana como Lucha Reyes, Amparo Ochoa y Mercedes Sosa.
Ya para 2003 llegó a los premios Oscar junto al brasileño Caetano Veloso al interpretar el tema principal de la película Frida: Burn it blue. “Eso me permitió salir más al público europeo y de toda América, es bonito llegar a otros países y demostrar que en México no todo es inseguridad, sino que estamos llenos de cultura”.