México, expresado en el artículo 40 constitucional, es una República representativa. República significa que los ciudadanos son los que eligen a sus gobernantes, en nuestro país de una manera directa cuando se trata de quienes ostentarán cargos en el poder ejecutivo y que serán los mandatarios: presidente de la República y gobernadores, y en lo que respecta al poder legislativo, constituido por órganos colegiados: Congreso de la Unión y Congresos locales de los estados federados, es aquí en donde aplica el término representativo, porque los ciudadanos eligen a quienes serán sus representantes en las cámaras.
Históricamente, la manera en que se ha escogido a los ciudadanos y ciudadanas para ocupar cargos en el gobierno ha sido a través de los partidos políticos, los cuales seleccionan a las personas de acuerdo a sus normatividades internas, para luego ser lanzados a contender en un proceso electoral en donde la voluntad popular finalmente decidirá quiénes llegarán a los cargos. Recientemente, se ha incluido en el sistema electoral la figura de Candidato Independiente, que es una persona que habiendo cumplido con los requisitos que establece la Ley aparecerá en las boletas electorales como una opción más para quienes decidan salir a votar el día de los comicios.
En la actualidad, la toma de conciencia de algunos sectores de la población cuestionan el sistema establecido y proponen algunas variantes con el deseo de que la población se encuentre lo mejor representada posible en los congresos, dentro de las propuestas hay una en especial que llama la atención y que abre la puerta para que ciudadanos y ciudadanas sin ningún compromiso particular o de grupo, o sea solo el compromiso social, sin ser postulados por los partidos políticos lleguen a ocupar cargos de diputados. Es una propuesta de Movimiento Ciudadano que consiste en destinar los 200 curules que actualmente corresponden a la representación proporcional de los partidos para que a través de un registro de candidaturas ciudadanas en donde el INE verifique que las personas que se inscriban cumplan con los requisitos, estos lugares sean asignados mediante un proceso de insaculación o sorteo obteniendo de esta manera una representación confiable.
Lo anterior nos demuestra que cuando existe una vocación por mejorar nuestras condiciones de vida es posible proponer cambios que nos permitan el acceso a estadios superiores de nuestra cultura democrática; esto que durante mucho tiempo era, incluso impensable, ahora se presenta como una opción viable gracias a las nuevas tecnologías. Solo se requeriría cumplir con los requisitos establecidos en la legislación electoral, inscribirse y estar preparado para ocupar un cargo de representación en el Congreso para abrogar, modificar o hacer leyes que redunden en el bienestar de los y las ciudadanas presentes y futuras de nuestra gran nación.
Por lo pronto, hagamos uso de los medios con los que contamos actualmente y ejerzamos nuestro derecho al voto.