“Ya era hora de que me dejaran hablar” / Forma es fondo - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Confieso que me hubiera gustado presenciar la escena. Estar ahí para ser testigo de uno de esos momentos paradigmáticos; llenos de lucidez, de esos que dan rumbo a cambios sustanciales en la política diplomática. Escuchar a Raúl Castro, presidente de Cuba, proferir en tono de broma, de rompe hielo, la expresión, atribuida a él, y que me permiten titular el texto de hoy.

“Ya era hora de que me dejaran hablar”, bromeó el mandatario cubano, al tiempo que durante su discurso, daba cumplimiento a una de las rules of comity más elementales de la cortesía diplomática internacional, cuando, dirigiéndose al presidente de los Estados Unidos, simplemente sentenció: “Obama es un hombre honesto” y “hay que apoyarle -añadió-, en su intención de liquidar el bloqueo”.

Dicen que forma es fondo en política, los gestos que mutuamente se prodigaron ambos mandatarios, y que estuvimos presenciando a lo largo de La Cumbre de Las Américas en Panamá, son un asunto de gran de gran importancia, porque mandan una clara señal de distensión entre ambas naciones jamás vista en más de 50 años de historia reciente. La última reunión comparable a la de Panamá, fue la que tuvieron el entonces vicepresidente norteamericano Richard Nixon y el líder triunfante de la revolución cubana, Fidel Castro, en abril de 1959.

La pasada Cumbre de Panamá, fue la primera a la que asistió Cuba, pues había estado proscrita por voluntad, de los propios norteamericanos, desde 1994, cuando se realizó la primera: de ahí la broma del presidente cubano citada líneas arriba. Tal situación ya había sido motivo de tensiones entre los jefes de gobierno, como ocurrió en 2012 en Cartagena de Indias, Colombia, cuando algunos mandatarios abiertamente reprocharon a Barack Obama y con él a toda la política internacional hemisférica de su país, la exclusión del emblemático país caribeño.

A riesgo de exagerar, pero estamos hablando de un giro de 360 grados en la política estadounidense; el presidente Obama ha literalmente reconocido que los más de 50 años de aislamiento del régimen castrista han sido por lo menos un fracaso, y tal reconocimiento le ha valido un rotundo reconocimiento por parte de los 34 jefes de gobierno congregados en la tierra del gran canal transoceánico.

Desde diciembre pasado se viene trabajando en el 1600 de Pennsylvania Avenue, sede de la Casa Blanca, una agenda diplomática en varios frentes: suavizar las restricciones al comercio, permitir los viajes y retirar el nombre de la isla de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo. Ambos mandatarios han dado los primeros pasos para la reapertura de sus respectivas sedes diplomáticas, pues sus relaciones están suspendidas desde 1961, cuando todavía ni siquiera había nacido el actual mandatario norteamericano. La joya de la corona de esta paradigmática agenda, tiene que ver con el levantamiento del embargo comercial impuesto a la isla, que en su oportunidad, será intensamente debatido por el Congreso Norteamericano, para sentar las bases de una reconciliación y entendimiento permanentes.

Comparto la visión que con un cierto ingrediente de romanticismo, ha manifestado José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos, cuando señala que considera como irreversible este proceso. Por su parte Luis Almagro, el nuevo secretario general electo de la OEA, ha expresado también su esperanza de que la reunión de Panamá será histórica, al abrir el espacio para un nuevo diálogo del Norte con el Sur, sobre bases más realistas e igualitarias.

¿Cuáles son los retos que habrá de enfrentar esta empedrada agenda? Muchos y diversos, algunos de ellos monumentales. Los Estados Unidos tienen enfrente una extraordinaria oportunidad para relanzar sobre bases nuevas, su agenda de integración regional. Dejar atrás el lastre de una política diplomática e internacional que marcó los años de la Guerra Fría en la región, cuyos costos si fueron atroces en América Latina, pues mientras en Europa no se disparó un solo tiro, en nuestros países fueron décadas marcadas por la dictadura, los abusos y la opresión.

Estados Unidos debe mirar hacia el futuro, abogando por una nueva etapa de entendimiento y diálogo, con un recobrado enfoque de multilateralismo diplomático, que propicie el crecimiento económico sostenido y la provisión de mejores oportunidades de calidad de vida, para los más de 600 millones de habitantes de la región, distribuida en más de 30 países.


América Latina está ávida de reconciliación y de entendimiento. Panamá 2015 es un buen punto de partida para lograrlo. En la reunión Obama y Castro han contado sus historias, y han decidido enfrentar esta encrucijada con honestidad y valentía.

Antes de concluir la redacción de esta colaboración, siendo las 14:17 horas del martes 14 de abril, un reporte de última hora la Casa Blanca está anunciando que ha sacado a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, promesa mantenida durante la reciente Cumbre de Panamá por el presidente Obama, que cumple su palabra con un gesto de honestidad diplomática.

Política de la buena: De la mayor importancia para la seguridad de los aguascalentenses, es que desde el Congreso del Estado, se logre avanzar en la discusión y aprobación de una legislación ejemplar en materia de extinción de dominio. Hago votos porque las diferencias parlamentarias se conviertan en coincidencias legislativas, para lograr la tranquilidad de los habitantes de esta tierra de la gente buena.


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