- Denise Dresser visitó la UAA para hablar del contexto al que se enfrenta el país
- Dresser reconoció la importancia de una ciudadanía partícipe de los reclamos sociales
- México necesita sacudirse para lograr una transformación: Denise Dresser
Como parte de la celebración correspondiente al XX aniversario de la carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Denise Dresser, analista política, académica, escritora y periodista, se hizo presente ante más de un millar de asistentes que acudieron al Salón Universitario de Usos Múltiples de la UAA, la tarde de este martes, y aprovechó el espacio para hablar acerca de la situación crítica por la que transita el país, misma que dijo, demanda una ciudadanía beligerante y crítica, que deje de lado el conformismo y la apatía para asumir una postura exigente y de reclamo ante la incompetencia de los gobiernos.
Aseguró que existe un pesimismo que recorre al país, donde 78 de cada 100 mexicanos piensan que la corrupción aumentará en los próximos años, refiriéndose a la reciente encuesta elaborada por el periódico Reforma. Consideró que en México se ha estrenado el vocabulario del desencanto, y se refirió a los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya, las agresiones al refugio de migrantes centroamericanos, la Guardería ABC y los más de 23 mil desaparecidos en todo el país como claro ejemplo del preocupante rumbo por el que transita el país, en contraste con los nulos resultados de las consideradas como reformas estructurales, mismas que, dijo, fueron celebradas en su aprobación pero han sido diluidas en su implementación y resultados.
La politóloga de Princeton refirió que el panorama refleja que todos los días se puede leer una crónica de corruptela y catástrofe, aunque criticó que haya quienes aplaudan las reformas y la ya añeja alternancia política, calificándolos como logros pequeños, a razón de los principales retos que plantea la nación. A dichas críticas, sumó la incompetencia de los gobiernos priistas y panistas, lamentando que el país no logre encarar sus problemas con la suficiente honestidad, retomando prácticas y vicios del pasado, como el hecho de que los funcionarios de gobierno utilicen recursos públicos para beneficio personal.
Afirmó que “cojeamos hacia adelante pero después retrocedemos”, y denunció que la clase política se empeña en defraudar las expectativas de la ciudadanía, poniendo una mayor atención en reformas al sistema electoral, más que a la demandante reconfiguración del andamiaje institucional. No obstante, reconoció que la transparencia avanza aunque la cerrazón se mantenga, y ejemplificó el caso de la promoción de más de 52 mil firmas en contra del arribo de Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Además agregó que el estado actual de la democracia electoral sólo es funcional a los partidos políticos.
Dresser reiteró que las reformas estructurales no han generado resultado alguno, como es el caso de la educativa, así como el reflejo de un sistema político y económico con serias fisuras, motivo por el cual señaló que la consigna actual no puede ser la celebración de los logros, sino el reconocimiento de lo que no se ha hecho y resta por ser contemplado. Para lograr una transformación ante la citada problemática, advirtió, el país necesita ser sacudido, sacudir las conciencias de la sociedad, para que ésta salga de su papel aletargado, de apatía y conformismo, e incentive una sociedad que piense por sí misma, que escape de los políticos depredadores y responda con leyes y esquemas rigurosos, donde la principal bandera sea que la esperanza ciudadana se resista a participar en el colapso del país.
Para retomar los factores que inciden en ese colapso, aseveró que uno de los peores legados que ha dejado el priismo hegemónico, que gobernó durante más de 71 años, ha sido el hacer ver a la sociedad que no tiene derechos, por lo que consideró necesario volver a un lugar de ciudadanos que salgan de su zona de confort, que exijan la verdad a quienes han hecho tanto daño al país, donde la indignación siga siendo ese incentivo para generar movimientos en contra de la impunidad y el estado actual de las cosas. Esos personajes indignados, subrayó, son los buenos ciudadanos, que convierten la insatisfacción y malestar en participación y demanda de cambio. El reto, dijo, es asumir una postura irreverente ante el ejercicio del poder, donde el ciudadano cuestione el actuar del titular del Ejecutivo federal; que reclame por Ayotzinapa, los actos de tortura en el país, los conflictos de interés, la corrupción, la impunidad y la censura.
Ante la insatisfacción sobre el rumbo por el que transita México, la catedrática del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) enunció que los procesos electorales son una buena oportunidad para ser partícipes del reclamo, descartando la abstención y acudiendo a votar, luego de haber evaluado a aquellos perfiles que se sujeten a procesos de transparencia, o, de no encontrar una opción viable, acudir a las urnas a anular su voto como reflejo del descontento. Habló también de la necesidad de sumarse a esquemas informativos alternativos, en los que la utilización de las redes sociales se convierta en una de las principales alternativas al cambio.
Sin embargo, hizo mención a los principales temas que deben ser abordados en la agenda del país, en los que los gobiernos y partidos políticos han reflejado una posición de omisión o participación insuficiente. Destacó la relevancia de garantizar esquemas de participación ciudadana como las candidaturas independientes, el referéndum, la reelección, el plebiscito, la iniciativa ciudadana, la consulta popular y la revocación de mandato. Sin dejar de lado otros tan fundamentales como la falta de resultados de la política antidrogas que ha adoptado el gobierno, donde aseguró, resulta fundamental insertar un debate serio acerca de la despenalización de la marihuana tras la fallida estrategia prohibicionista.
La analista política sostuvo que México prosperará si prioriza el elemento de la educación, consideró que se requiere un cambio en la reglas para que dicho rubro deje de ser utilizado como un instrumento que beneficie al régimen, y transformarlo en un factor de movilidad social. Del mismo modo llamó a la población a ir en contra de los monopolios en el país, y adoptar una actitud de responsabilidad en el contexto personal respecto la contaminación, como una metáfora de la asignatura más amplia que requiere México, respecto a la limpieza del sistema.
Las redes sociales, insistió, generan ciudadanos funcionales antes las problemáticas actuales, que pueden sumarse a esquemas de participación ciudadana para constituir un grupo opositor a los actos de corrupción, ante el hartazgo de soportar una clase política depredadora. “Reflejemos nuestro cansancio de un gobierno que asesina estudiantes, y alcemos la voz en contra de la impunidad y la arbitrariedad”. El slogan de Mover a México, adoptado por el Gobierno Federal, no debe entrañar reformas emanadas del autoritarismo descendente, sino significar que la sociedad se concientice sobre los derechos que le han sido arrebatados, y se proponga recuperarlos.