- A falta de apoyo en el Patronato, los wixárikas son acogidos por el IMAC para la comercialización de sus artesanías
- No sólo es la venta de un producto, es el compartir toda una tradición mexicana
Como vocera de algunos grupos indígenas en Aguascalientes, María del Carmen Woutto, presidenta de la asociación Mancomunidad de la América India Solar (MAIS), mejor conocida como Casa MAIS, lamentó que el Patronato de la Feria Nacional San Marcos violentara los derechos de los wixárikas al no permitirles su comercialización en el perímetro ferial, siendo que antes que un negocio significa el enriquecimiento y la difusión de la cultura étnica.
“En el patronato les negaron los espacios, es injusto porque es gente que vive de sus artesanías, aparte de que es una riqueza cultural”, posterior a la entrega de la queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el ombudsman se acercó al Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC) para solicitarles un mayor número de espacios en el Corredor Cultural Carranza puesto que no se lograron resultados favorables con el Patronato.
“Se consiguieron más espacios, sólo tenían cuatro mesas pero era insuficiente para los que siempre vienen y venden, gracias a la intervención de la CEDH, el IMAC les dio más espacios sin cobrarles nada”, recordando que el pueblo wixárika es una de las etnias de mayor mexicanidad en el país, por lo que su estancia en la entidad debe ser respetada.
En suma, serán aproximadamente 20 personas las que estarán comercializando sus artesanías en toda la calle Carranza, se reunieron ya con el encargado de organización para distribuirse el espacio y poderse obtener mejores ventas en conjunto.
La activista social detalló que estos grupos wixárikas son peregrinos que viajan por sus cuatro puntos cardinales (incluyendo la ciudad de Aguascalientes), que por necesidades propias de sustento básico, venden sus artesanías que son lo más preciado que tienen además de su ideología, “esa es la manera de subsistencia, por eso no se vale que a cada rato los discriminen y no los dejen trabajar”.
Estos grupos étnicos migran entre San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Zacatecas y Nayarit, la FNSM es considerada como uno de sus puntos más fuertes tanto para la venta al momento como para clientes a futuro, en ocasiones se encuentran a foráneos que les piden encargos fuertes que les ayudan para solventar la escuela o atención médica de sus hijos.
Woutto reconoce que en el sentido contemporáneo podría decirse que ellos no son originarios del estado, sin embargo, para el indígena todo es un territorio de México, es parte de su tradición y conociendo la historia de Aguascalientes, de que perteneció a Zacatecas se tiene una libertad de pensamiento sin fronteras de tipo estatal, “para ellos Aguascalientes es parte de su vida de peregrinaje y de artesanías, entonces ya hay muchos que radican aquí y hay otros que vienen en temporadas fuertes como las de Feria”.
Antes de la Feria, las áreas del Tempo de San Diego, el andador J. Pani, Jardín de San Marcos, ellos venden sus productos y en busca de no violentar las leyes municipales, asisten a la autoridad municipal a pedir un permiso especial, el cual se les ha negado en reiteradas ocasiones, “algunos ya están un poco desesperados porque quisieran vender libremente porque no están haciendo nada malo”.
La presidenta de Casa MAIS considera que desde el punto de vista cultural, ellos tienen derecho de ser tratados con respeto y apertura a ese tipo de permisos, pues se trata de una manera honesta de vivir y de compartir una tradición histórica rica en cultura totalmente mexicana.
Parte de lo que se denunció en la CEDH fue la poca sensibilidad que muestran los verificadores y el director de Reglamentos del municipio capital, pues en la mayoría de las ocasiones en la zona del templo de San Marcos llegan con los wixárikas y se les recoge su producto y los hacen pagar una multa por supuesta violación a la ley municipal, “lamentablemente, sí hay insensibilidad de parte de las autoridades, no piensan que el hacer eso los dejan sin comer”, aunque la multa oscila entre 30 o 50 pesos, para ellos es todo un día de trabajo y el que se los quiten sólo por estar sentados en un espacio público, les lastima económicamente y sentimentalmente, pues se sienten recluidos y discriminados.
Actualmente Casa MAIS atiende a un promedio de 70 personas de la comunidad wixárika, en lo general se le ha comentado que esperan encontrar en Aguascalientes una mejor respuesta de la autoridad, inclusive un valor agregado a su artesanía, ya que no es tanto el comercio de él, sino el compartir una tradición, pues cada pieza que ellos hacen tiene una simbología interna, “es tan hermoso el fondo, que si todos pudiéramos aprender algo de lo nuestro sería excelente porque es parte de la espiritualidad del país y la desconocemos”.