Everlasting space / El Banquete de los Pordiosero - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Al principio me propuse concederle el beneficio de la duda, no en cuanto a la calidad y solvencia de este trabajo, eso está fuera de toda conjetura, en todo caso, digamos que no me atreví a darle una ubicación, a ponerle nombre, a encasillarlo dentro de un lenguaje musical concreto. Platicando con el responsable de este trabajo, el guitarrista Gabriel García, me decía que es una fusión entre rock y jazz, y cierto, no hay duda al respecto, pero ya ves cómo somos los melómanos, escrupulosos hasta el hartazgo, digamos que esta respuesta no me satisfizo del todo, necesitaba algo más, así que decidí que era mejor dejar de preguntar y no intentar sacar conclusiones de una conversación, lo mejor es, evidentemente, escuchar el disco.

A estas alturas lo he escuchado tres o cuatro veces, algunas con toda la atención que la música merece, otras con la atención más distraída, en el carro resulta imposible concentrarse debidamente, pero de cualquier manera, las diferentes audiciones me han permitido tener una opinión propia, y debes creerme, en estas cuestiones no hay como la experiencia auditiva, de hecho, en este momento, mientras escribo lo que amablemente estás leyendo, me estoy permitiendo otro repaso a esta producción musical.

Siempre he sido muy escéptico en el momento en el que me dispongo a conocer una producción musical hecha en casa, suelen no ser tan buenas como quisiéramos, claro, hay muy honrosas excepciones que sin duda me harán tragar mis palabras, pero hemos conocido otras que en honor a la verdad, dejan mucho que desear. Por cierto, valdría la pena preparar un banquete retomando algunas de las más importantes producciones locales, sí, creo que lo haré en algún momento, sin duda.

Bien, a lo que quiero llegar es a comentar contigo este disco de muy reciente publicación de una asociación musical que identificamos con el nada convencional nombre de Everlasting Space, espacio eterno o espacio sin fin, o algo así; sin duda, elocuente y comprometido desde su mismo nombre. Llamarse de alguna manera, sobre todo si de propuestas musicales hablamos, suele llegar a significar algo más, mucho más que simplemente un nombre, y creo que en este caso lo es.

En cuanto a lo que estamos escuchando, bueno, ya sabes cómo es esto, yo creo que los melómanos y los críticos de música tienen la tendencia a siempre quererle poner un nombre a todo lo que se ha creado, y la verdad, no tiene por qué ser así, por ejemplo, recordando producciones musicales de otros tiempos, El Azote, por ejemplo, ¿en dónde cabría eso? Surge entonces el término “fusión” y entonces ahí fue a dar todo eso que no le encontrábamos acomodo en alguno de los lenguajes, digamos, convencionales, y definitivamente esto nos ha sacado con frecuencia de apuros. Pero mira, ya me estoy desviando del tema, ya habrá ocasión de preparar otro banquete dedicado a estos sinuosos caminos de las etiquetas musicales.

Bien, me atreveré a decir algo, Dust Kids de Everlasting Space es jazz, así de simple, jazz sin mayores complicaciones. Los ritmos sincopados que frecuentemente se asoman por la sólida sección rítmica no pueden ser calificados de otra manera. La guitarra tiene un sonido muy contemporáneo, pero apegado al jazz y los solos del piano, así como cuando aparece en segundo plano, nos hacen pensar en una abundante riqueza jazzística. Lo que pasa es que el jazz, y lo he comentado anteriormente en este y otros espacios, es como el agua, toma la forma del recipiente que lo contiene.

Aunque los integrantes de Everlasting Space son asombrosamente jóvenes, la experiencia de cada uno de sus integrantes es en verdad generosa, hay mucho kilometraje acumulado, el responsable del proyecto es el guitarrista Gabriel García, la sección rítmica está integrada por el bajista Jared García y Cláudio Gardea en la batería, los teclados han sido encomendados al pianista Emmanuel Cisneros de una solvencia incuestionable y cuya formación obedece a las más estrictas condiciones académicas, pero creo yo, que con una tendencia natural hacia el jazz.

¿Sabes que le criticaría yo a este disco? Su exageradamente breve duración, sus ocho pistas apenas sobrepasan los 35 minutos, es decir, un promedio de poco más de 4 minutos por tema musical, recuerdo que en mis tiempos de secundaria y en la prepa, cómo me enojaba que los discos de Le Orme, sin duda mi grupo favorito de rock progresivo italiano y uno de mis cinco favoritos en todos los lenguajes del rock, tuvieran esa duración cada uno de sus discos que difícilmente llegaban a los 40 minutos.

Los ocho temas que integran esta producción son: Unexpected Mitosis, Maybe, Time to do your thing, If I knew, Space is everywhere, Periférico, la única con título en español, Rain, Where does the road go?


Todas son composiciones instrumentales y es notable el excelente trabajo de la sección rítmica, el bajo de Jared García y la batería de Claudio Gardea ofrecen una impresionante solidez sobre la que Emmanuel Cisneros en el teclado y Gabriel García en la guitarra, pueden darse el lujo de tejer solos muy convincentes y de finos acabados. Sin embargo, desde un punto de vista muy personal, creo que hay que trabajar más la improvisación, finalmente esa es la esencia del jazz y este trabajo es muchas cosas, sin duda, pero sobre cualquier otra pretensión, es un buen disco de jazz.

 

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