En la política mexicana se viene aplicando desde hace tiempo la estrategia del blindaje; es un concepto que en su sentido elemental significa la acción llevada a cabo para proteger algo de manera anticipada, de cualquier acción o efecto que lo pueda dañar y perjudicar. Hemos conocido a lo largo de los años la aplicación de esta estrategia en diversos ámbitos, como han sido de manera especial la economía y las finanzas, la salud de la población, la seguridad pública, y, ahora, el proceso electoral.
El blindaje, por lo tanto, presenta las caras interna y externa de aquello que se quiere proteger; la finalidad, por lo general, consiste en que dicha protección se traduzca en que no haya perjuicio para aquello que se quiere blindar, permitiendo así que su funcionamiento se dé conforme a lo que se tiene previsto, y los resultados no se vean afectados, siendo ésta la cara interna del blindaje.
La cara externa sería la parte potencial que puede causar daño a lo que se busca proteger; es decir, lo externo consiste en todas las fuerzas que, en un momento dado, pueden influir negativamente y en perjuicio de aquello que se protege. La presencia de turbulencias financieras -aunque sean internacionales como la baja en el precio del petróleo- no colapsan las finanzas de un gobierno, cuando se ha aplicado la estrategia del blindaje; una epidemia internacional no logra dañar a la población de un país, cuando se trabajó en el blindaje; una entidad federativa resiste el embate de los grupos de la delincuencia organizada, cuando sus gobiernos aplican adecuadamente la estrategia del blindaje de la seguridad pública.
¿Cómo entender, entonces, el “blindaje electoral” del Gobierno del Estado de Aguascalientes? Para encontrar la respuesta y entender de qué blindaje se trata, es necesario traer a colación diversos elementos informativos que nos ayudarían a explicarlo. En este contexto existen dos expresiones del gobernador del estado que resultan atractivas para iniciar la comprensión del blindaje: la primera es la dicha en la ceremonia que realizó el PRI en Aguascalientes para recordar al asesinado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio; la segunda es la mención hecha en una reunión de preparación del inicio de campañas de los candidatos de su partido.
En la primera expresión encontramos lo siguiente: “Colosio llegó a donde llegó gracias al esfuerzo que hizo… su compromiso era con el pueblo. Ese es el Colosio al que Carlos Lozano quiere recordar este día, y que quiere dejar sembrado en cada uno de los priistas que estamos aquí, faltan muchos. ¿Dónde están los delegados federales?… Tienen una posición del Gobierno Federal y dónde está su compromiso con el partido” (LJA, 24 de marzo).
La segunda expresión resulta ser también interesante (LJA, 6 de abril): exige a los candidatos -lo que es altamente valioso- que deben explotar toda ocasión para el debate… Luego recordó que la elección de 2004 “la ganamos y nos la robaron… No hay nadie que haga más chapuzas y cosas fuera de lugar que los de enfrente… Por eso no se asusten, hay que hacer lo que hay que hacer, hay que ganar”.
Recordemos también que como candidato priista ha perdido las tres últimas elecciones en las que ha participado: en 2004 no pudo demostrar sus reclamos; en 2006 quedó en segundo lugar; y en 2010, como priista, también quedó en segundo lugar (los votos de PNA son los que lo ayudaron).
¿Cómo ha sido su forma de hacer gobierno? Después de cuatro años y meses ya podemos hacer un recuento breve: el modelo de desarrollo está basado en el favorecimiento de la empresa extranjera; la política social es populista, que deja a las personas vulnerables como están; la obra pública no ha aportado significativamente al estado, “refriteando” lo hecho por las administraciones anteriores (además, como bien dice la cabeza de foto de La Jornada Aguascalientes, 9 de abril, “Todo a medias”); la procuración de justicia se ha partidizado (ya sin Felipe Muñoz, tal vez este punto cambie); los resultados educativos se dan sobre todo gracias al trabajo de los maestros (sin importar el color rojo de muchos uniformes); Radio y Televisión de Aguascalientes hemos visto cómo se ha manejado también, dando ventaja al PRI, etcétera.
¿En qué consiste, entonces, el “blindaje electoral”? Seguramente consiste, por los antecedentes que tenemos a la vista, en hacer lo que sea necesario para que gane su partido. Las acciones que tenemos a la vista ilustran el grado de angustia política que vive el Gobierno del Estado en este proceso electoral.
¿Cuáles acciones? Por mencionar algunas: en la pasada celebración de la familia (en que dicen que reunieron a 75 mil personas), regalaron juguetes, apoyos alimentarios, artículos de plástico, 300 bicicletas, dos automóviles, tres viajes a la playa, diez pantallas de televisión, computadoras, refrigeradores, lavadoras, estufas, licuadoras, hornos de microondas, y tablets (LJA, 30 marzo).
Otra acción es violar la ley electoral con la propaganda gubernamental: mientras el vocal ejecutivo del INE en Aguascalientes informa que lo que “hay que vedar, por orden constitucional es la propaganda gubernamental” (LJA, 9 de abril), en esa misma edición periodística, el Gobierno del Estado publica una página, a todo color, con la propaganda de “Las mejores instalaciones para la mejor feria de México, La gran velaria del Foro de las Estrellas y el Nuevo Lienzo Charro”.
Finalmente, el blindaje que parece ser que pretende instrumentar el Gobierno del Estado, junto con los servidores públicos priistas, tanto estatales como federales, es hacer todo lo necesario para que ganen las elecciones. Para eso, por ejemplo, han promovido, sin éxito, la firma de un pacto de civilidad; ya que en el marco del debate sobre la corrupción los conflictos de interés y la impunidad, a todas luces el pacto se ve como el “parapeto” para, por un lado “amarrar las manos” a los partidos políticos, y, por el otro, poder llevar a cabo sus acciones de “chapuza”.