Un sistema electoral confiable es la base de la democracia, que en nuestro país se encuentra en ciernes y que no por haber tenido ya la experiencia de la alternancia es tan eficaz como para echar las campanas al vuelo. Y es que en esa materia falta mucho por transitar, basta con saber que la reforma político electoral no es un producto acabado.
Lo ingrato es que en plena edificación, aún con andamios endebles y colado fresco, se atente contra la estructura principal de nuestra democracia con un actuar faccioso y parcial en el que flagrantemente se viole la esencia del recién nombrado Instituto Nacional Electoral (INE).
El hecho de que Acción Nacional y otros seis partidos políticos abandonaran la mesa del Consejo General con la clara postura de no aceptar una autoridad electoral partidista ni tolerar que se pretenda regresar a los tiempos donde el gobierno y el PRI, mediante el fraude y la simulación, violentaban la voluntad popular, como afirmamos en el Senado los coordinadores del PAN, Partido de la Revolución Democrática y del Partido del Trabajo en un posicionamiento conjunto, fue una consecuencia y una llamada de atención que no ha de pasarse por alto.
No podíamos ni debemos permitir la persistencia de un sistema anacrónico, ineficaz y agotado que no solamente pone en riesgo los procesos electorales en puerta, sino el porvenir de nuestra base electoral, el prestigio internacional, la credibilidad y la legitimidad de gobiernos y congresos.
Lo menos que podía ocurrir era el nombramiento de Eduardo Gurza Curiel como titular de la Unidad de Fiscalización, quien además de jurarlo al rendir protesta, tiene la obligación de observar en la práctica el cumplimiento de los principios constitucionales de certeza, legalidad, imparcialidad, independencia, objetividad y máxima publicidad.
La estrepitosa y franca caída del Revolucionario Institucional trae consigo un efecto de malas decisiones en su desesperación, lo cual no ha de pasar inadvertido por la sociedad. Lo que debe quedar claro de una vez es que ya no se puede secuestrar a las instituciones como parte de ese efecto. De todos los actores políticos, de la sociedad y de los representantes ciudadanos, depende erradicar la era del corporativismo, la cooptación, las elecciones a modo y todo ese rancio modelo que forma parte de los más oscuros y vergonzosos capítulos de nuestra historia.
Las 15 demandas de los partidos políticos para garantizar la equidad son el producto de la coincidencia para brindar las mínimas garantías al electorado y el regreso de Acción Nacional al Consejo General es muestra de responsabilidad, mas no de concesión a la arbitrariedad, es consecuente con el interés de alentar la participación ante la amenaza de que el abstencionismo sea el producto directo de tan lamentable crisis a escasos tres meses del proceso para renovar la Cámara de Diputados, así como algunos gobiernos estatales y municipales, lo cual, de ninguna manera es asunto menor.
*Coordinador del grupo parlamentario del PAN, senador de la República por Aguascalientes. Sus bases formativas son la Contaduría Pública y el Derecho, desde donde ha ejercido apasionadamente el servicio público, la política y la representación social como férreo militante de Acción Nacional.
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