Luis Donaldo Colosio / Paco Guel Saldívar - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Por Francisco Guel Saldívar

Presidente del CDE PRI Aguascalientes

 

“Sin claridad de objetivos ni del rumbo que se quiere tener, menos se puede alcanzar llevar a un país hacia mejores horizontes.”

Con esta rotundidad presentaba Enrique Peña Nieto, siendo aún candidato virtual a la Presidencia de la República, sus proyectos de cambio y reformas estructurales en materia política, económica, energética, educativa y social, publicados en el libro México, la gran esperanza, que supuso el pistoletazo de salida de una era de progreso y transformaciones que ya soñara y auspiciara Luis Donaldo Colosio hace más de veinte años.

Colosio, cuyo 21er aniversario luctuoso acabamos de conmemorar, fue quizá el político más emblemático que ha tenido nuestro país. Desde diversos puntos de nuestra bella geografía, e involucrando a diferentes sectores de la sociedad, se ha recordado su infame asesinato aquel fatídico 23 de marzo de 1994 y se ha rendido homenaje a su vida y trayectoria, que se alzaron sin duda en testimonio y reflexión para futuras reformas y generaciones.

Mucho hemos escuchado y leído acerca del sonorense, sobre su preparación académica de excelencia, que fue tal vez una de sus principales fortalezas, por procurarle, afirman sus excolaboradores, la autoridad para trazar un rumbo para el país. Sabemos que siempre se inclinó por ejercer en el sector público y sus compañeros priistas subrayan su entrega al trabajo. “Era un político limpio, bien intencionado, hombre de palabra, sin dobleces”, afirma Santiago Oñate.

Sus primeras aportaciones a la renovación del sistema político mexicano se dejaron ver en 1990, durante la XIV Asamblea Nacional del PRI, en la cual se aprobaron importantes asuntos. Asimismo, impulsó la creación de normas e instituciones para favorecer el pluralismo político. Ya como candidato, anunció que el suyo sería un gobierno respetuoso del Estado de Derecho, que reconocería el poder y el mandato ciudadanos, y que, legitimado en elecciones transparentes, llevaría adelante la transformación democrática y las reformas sociales requeridas por el país.

Pero fue en su emblemático discurso del 6 de marzo de 1994, en el marco de los festejos por el 65 aniversario del PRI, cuando el que fuera candidato a la presidencia planteó, en toda su amplitud, la visión que tenía para el futuro de nuestra nación. Un discurso analizado por expertos dentro y fuera de nuestras fronteras, tan rico en contenido, que cada párrafo ha inspirado posteriores ríos de tinta y que favoreció la transformación del Revolucionario Institucional en un partido en el que no caben la retórica para la tribuna, el populismo ni las declamaciones mesiánicas. “¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!”.


Aquel día, hizo ante la concurrida audiencia una severa autocrítica sobre cómo se había venido desarrollando nuestra vida institucional, sobre la falta de sensibilidad que la clase política mostraba hacia los grandes reclamos de nuestras comunidades, en perjuicio de la estabilidad y de la justicia social. Proyectó un PRI que se disponía a romper de una vez con las prácticas que mermaban su capacidad de innovación y de cambio. Habló, en definitiva, de un partido independiente del gobierno, con identidad propia y del que pudiéramos seguir sintiéndonos orgullosos.

El hijo mayor del sonorense afirmó recientemente que el mejor homenaje que se puede hacer a la memoria de su padre es honrar y seguir sus principios. Y son precisamente éstos los que han ido nutriendo, no sólo las sucesivas adecuaciones a los Estatutos del PRI, sino también el actuar de los gobiernos y los legisladores priistas.

Nuestra institución es hoy un espacio en el que se promueve el debate y la pluralidad, que contribuye a fortalecer la cultura democrática en México y a involucrar a la ciudadanía en la vida política. Las adecuaciones de 2014 a los Estatutos, Postulados y Programa de Acción del PRI, dan un claro ejemplo de que el Revolucionario Institucional es un partido flexible y en continua evolución en favor de los mexicanos.

El “cambio con certidumbre, con responsabilidad” que soñara Colosio es hoy una realidad en lo que se refiere a los gobiernos priistas, empezando por el del presidente Peña Nieto. Ignorando presiones malintencionadas, se han aprobado reformas que durante décadas se habían postergado y cuyo propósito es alcanzar un México más próspero y sustentable. Las recientes modificaciones constitucionales se fundamentan en la responsabilidad y en una perspectiva clara de la ruta por la que debemos transitar. Conforman una necesaria reforma de Estado lograda a través de una nueva generación de políticos que, bajo el liderazgo de nuestro presidente, han cosechado la esencia del ideario y la visión de Colosio para México.

En este sentido, podemos afirmar, como hiciera el presidente de Jóvenes Colosio Sinaloa A.C, Ernesto Doig Alvear que: “Colosio vive, está presente en el corazón de los jóvenes que desean un mejor país, vive en la transformación de México, está presente en las reformas impulsadas por el presidente Peña, porque son parte de su ideal”.

@pacoguel

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