Hemos estado escuchando últimamente que hay mucho desorden y desmanes en el centro de la ciudad a consecuencia de la cantidad descontrolada de licencias y permisos que se dieron en la pasada administración municipal para bares, cantinas y antros.
Los que tenemos prácticamente toda nuestra vida viviendo en Aguascalientes sabemos que ir al centro de la ciudad en familia era para vivir un día tranquilo y lleno de colorido, desde ir a misa, posteriormente desayunar en el entonces Hotel Francia y después dirigirnos a La Purísima por una rica nieve del As.
Hoy, si bien el centro de la ciudad tiene más movimiento, se ha vuelto un caos en las noches los fines de semana; hay pleitos, gente tomada, tráfico y hasta asaltos. La seguridad en la zona es parte fundamental para que nuestros jóvenes se puedan sentir un poco más tranquilos y asistan sin temor alguno.
Desafortunadamente vimos en días pasados que robaron, lo que parecía nunca alguien se atreviera a hacerlo, a las oficinas del obispado, la falta de respeto hacia la población y el clero ha pasado a ser ya un tema en el que, tanto el municipio como el Gobierno del Estado tienen que poner atención.
Habrá que analizar los resultados del Mando Único y su buen funcionamiento, no sólo en la capital, sino en todos los municipios del interior. Personas tomando en las calles, prostitución, asaltos y accidentes están al orden del día en las comunidades y carreteras interestatales y es cuando nos damos cuenta de la ausencia de la seguridad pública.
Más allá de politizar el asunto, sabemos que en seguridad no se puede sólo dar declaraciones, se tiene que actuar. Los delitos del fuero común van cada día en aumento y las instituciones de seguridad se han visto rebasadas.
Tenemos que enfocarnos en ver las soluciones y sobre todo impulsar políticas públicas en las que se haga consciente a la sociedad de los delitos, las consecuencias y la prevención.
La sociedad también tiene que hacer su parte, con la denuncia y la organización, con la exigencia y aportando ideas, actuando en consecuencia ayudando a las autoridades.
Ya algunos vecinos se organizan para vigilarse entre sí, estando alertas sobre cualquier situación irregular que sucede en su calle, colonia o fraccionamiento. Es un buen comienzo para ayudarle a las instituciones de seguridad.
Hemos de analizar si el Mando Único funciona, pero también le exigiremos al gobierno medidas de prevención y educación porque desde ahí es donde se deben de empezar las cosas.