El pasado 18 de Marzo, durante el mensaje del presidente de la República en el acto de la conmemoración de la expropiación petrolera, nos dijo que “al igual que en 1938 debemos proteger a Pemex”. La pregunta es: ¿De quienes lo debemos de proteger? Pues ahora nos deben de explicar si estamos ante la segunda expropiación y si la vamos a tener que festejar también.
Se recordaron los 77 años de la expropiación petrolera realizada por el presidente Lázaro Cárdenas, y ahora con la reforma energética, que a la fecha no termina de arrancar, pues declaraciones van y vienen y no vemos a los inversionistas aportar capitales para detener la caída tan pronunciada en la producción de hidrocarburos. Tampoco vemos que el señor Emilio Lozoya Austin vaya a ser removido del cargo, a pesar de sus resultados, pues nos dicen que con la multicitada reforma ya Pemex es una industria que se maneja como si fuera privada, con los parámetros financieros, administrativos y productivos de primer mundo; a la fecha vemos que el precio de petróleo, gas y derivados están en su nivel más bajo de los últimos 30 años, y las reservas, a causa de la falta de exploración, se encuentran también en su nivel más bajo y con áreas de explotación que nos dicen que ya no son rentables. Así que creo que los inversionistas privados lo que menos quieren es invertir en una empresa quebrada y con pocas expectativas de salir adelante, pues su pasivo laboral sigue creciendo a pesar de que el pueblo mexicano absorbió el año pasado como deuda los pasivos de Pemex Y CFE por casi 1.8 billones de pesos (otro Fobaproa) y con números rojos en sus resultados de operación, y su deuda, tanto interna como externa, por bonos que ha emitido.
Pero eso no es todo, hay situaciones que se antojan increíbles y que nos irritan, por ejemplo, en este 18 de marzo el sindicato de la empresa no organizó ningún evento en ninguna de sus 36 secciones y a pesar de eso recibió de Pemex la cantidad de 24 millones de pesos, de acuerdo al convenio administrativo sindical 10747/2014, firmado por Emilio Lozoya Austin y Carlos Romero Deschamps (sí, él mismo). Estos fondos se dieron para los festejos del 18 de marzo ¡pero no hubo festejos! Pero si recibieron el dinero.
Otro caso es el que el sindicato tiene el monopolio del transporte de gasolina y diesel. Hace año y medio la CFC -Comisión Federal de Competencia- ordenó eliminar dicho monopolio y aplicó multas por 653 millones de pesos; esto en agosto de 2013 y en lugar de acatar la orden, Pemex presentó un esquema de cumplimiento sujeto a aprobación de manera unilateral por Pemex, y luego la PGR -a través de Jesús Murillo Karam- al salir la resolución en contra del sindicato pidió que fuera atraído el caso por la Suprema Corte de Justicia. Así que el sindicato, a pesar de la situación de la empresa, sigue siendo protegido por las autoridades. A tal grado se siente protegido el sindicato que el líder del mismo, en el evento presidido por el presidente, dijo: “A aquellos que dicen que serán despedidos miles de trabajadores les digo que no hay, ni habrá, ningún convenio”. Esto a raíz de las declaraciones del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, de que sería racionalizado el número de trabajadores en la empresa, de acuerdo a sus necesidades. Así que veremos quién tiene la razón, o si la corrupción triunfa una vez más.
Pero veamos algo más grave, como sabemos, en Brasil la corrupción en Petrobras, la empresa estatal petrolera, ha puesto en una situación difícil a la presidente Dilma Rousseff, al grado que actualmente tiene un nivel de aprobación nacional de un 13%, algo verdaderamente peligroso y con manifestaciones de miles de brasileños en diversas ciudades del país pidiendo su renuncia y castigo a los corruptos; pero imagínense, aquí en México nos acabamos de dar cuenta que en Brasil hay 23 empresas congeladas por los casos de corrupción y están impedidas a tener relación con alguna área del gobierno; algunas de esas empresas ¡están operando en México! Entre ellas está Odebrecht y Camargo Correa, con contratos tanto con Pemex como con la CFE, y construyeron en Nuevo León la torre administrativa, la cual de un presupuesto de 900 millones se disparó a mil 30 millones; y ha sido entregada dos años después de lo contratado. Y otras como Techint y Odebrecht construyeron la segunda etapa del gasoducto Los Ramones; IESA tiene contratos con CFE, ISSSTE y SEP para mantenimiento de transformadores. Esta empresa está acusada de haber hecho contribuciones ilegales al Partido del Trabajo Brasileño, y así otras más que han encontrado en México su paraíso, pues aquí no pasa nada con los corruptos.
Mientras esto pasa a dos años de que se ofreció al pueblo mexicano una reforma con una ley de transparencia, y reformas para un Sistema Anticorrupción, el Congreso sigue eludiendo su responsabilidad y en el colmo del cinismo ahora que aprobó la ley de transparencia puso un transitorio para evadirla y dice “que será observada hasta que el Congreso considere que tiene suficientes mecanismos administrativos para hacerlo”. El colmo en grado superlativo en estos momentos en que enfrentamos una crisis económica y una crisis de nuestros sistemas políticos.