- Juan Gerardo Domínguez Carrasco recordó que los grandes capitales se oponen a la distribución equitativa de la riqueza, que plantean las cooperativas
- El presidente de la Conferencia Mexicana de Cooperativas por la Emancipación Social defendió la conformación de cooperativas como respuesta a las carencias actuales
- Es un mito que las cooperativas estén en desuso, consideró Domínguez Carrasco
Durante su visita por Aguascalientes, Juan Gerardo Domínguez Carrasco, presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas por la Emancipación Social, hizo mención a la situación actual del país respecto las dificultades que plantea el desarrollo económico de las personas, poniendo énfasis a los embates que enfrentan los sistemas de cooperativas respecto los grandes capitales y empresas.
Al aseverar que es falsa la percepción que tiene la sociedad, al ver al cooperativismo como signo de pobreza y bajos ingreso, se remontó a la historia de dicho sistema de distribución del trabajo y la riqueza. Recordó que en 1844 surgió la primera cooperativa, y en México, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se dio un considerable impulso a las mismas, aunque aceptó que la mayor parte de su fomento se llevó a cabo en el sur del país, dejando de lado a estados del norte, y el propio Aguascalientes, del esquema de trabajo a través de cooperativas.
Domínguez Carrasco presumió que actualmente existen cerca de 200 polos de desarrollo que han adoptado dicho sistema, generando crecimiento para sus comunidades y brindando los servicios básicos que no les ha podido otorgar el Estado, tales como educación, salud, agua potable, y construcción de caminos. Señaló también que las cooperativas de mayor crecimiento son las enfocadas a la actividad pesquera, y habló de su autosuficiencia, dependiendo cada vez menos de las instituciones financieras.
Indicó que los salarios dentro de dichas cooperativas son equitativos respecto las transnacionales y empresas de grandes capitales, al argumentar que tan solo un buzo puede ganar hasta 400 mil pesos al año. Además, subrayó que México se encuentra entre los peores países de América Latina, donde la distribución de los ingresos es inequitativa. Aceptó que las grandes empresas han superado a las cooperativas, señalando que tan solo el consumo diario de la sociedad se enfoca a los productos de las grandes transnacionales.
De esta manera, defendió el reciente impulso que están haciendo las cooperativas para reformar la Ley General de Sociedades Cooperativas, poniendo énfasis en la inclusión de estas en los recursos destinados a su promoción y conformación a través de fondos federales para empresas, así como su respaldo a través de las legislaciones en los estados.
El presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas por la Emancipación Social destacó la necesidad de que las cooperativas sean definidas como organizaciones sociales con actividades económicas, integradas por personas físicas que aportan su trabajo y recursos, para así, justificar la obtención de recursos para su fomento. Aunado a ello lamentó que la mayor parte de los intereses económicos defienda el poder como producto del dinero, en lugar del trabajo e indicó que “el poder económico no sólo se ve reflejado en sus industrias, sino en el ejercicio de los derechos humanos”, y añadió que “no más del cinco por ciento de la población concentra el poder económico del país”.