El Poder Judicial hace su trabajo en medio de una crisis de valores, dice ministra de la SCJN - LJA Aguascalientes
17/11/2024

  • Se ha ganado prestigio, aunque se ponga en tela de juicio: Margarita Luna Ramos
  • Los órganos colegiados requieren madurez, orden y serenidad
  • No se puede hablar de jueces buenos, sostuvo Luna Ramos, cuando la imparcialidad está ausente de la esfera de los tribunales

Personajes como Roberto Hernández, director de Presunto culpable y El túnel, han señalado duramente las deficiencias del sistema de justicia mexicano, a cuyas penitenciarías incluso se cuelan personas inocentes, producto de jueces incapaces y procesos parciales.

Los abogados Hernández y Layda Negrete fueron demandados por daño moral. Aunque ya con sentencia a su favor, se les exigió un pago de tres mil millones de pesos.

Margarita Luna Ramos, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), estuvo en Aguascalientes para charlar con un grupo de juzgadores de profesión. En una breve declaración a la prensa, cuestionada sobre el reflejo de dichos documentales, mencionó las instituciones se consolidan cada vez más, y que hoy se cuenta con un Poder Judicial “confiable, fuerte”.

Ya en el evento que la trajo a la entidad admitió que “son tiempos difíciles, esa es nuestra realidad, presenciamos hechos que nos hacen cimbrar lo más profundo de nuestra consciencia, vivimos una crisis de valores, experimentamos repercusiones de países de primer mundo que recienten desajustes económicos y que de alguna manera vulneran también los nuestros, acontecimientos que en la actualidad amenazan con desdibujar el rostro de nuestra nación”.

Luna estuvo un par de horas en esta capital para conmemorar el Día del juzgador y presenciar la imposición de togas a diversos miembros del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Ahí dio su punto de vista sobre el quehacer en la esfera oficial, además ofreció algunas recomendaciones:

“La confiabilidad de las decisiones va de la mano del conocimiento del expediente, del entendimiento del problema jurídico, y del estudio de la ley, la doctrina y la jurisprudencia. Es importante no perder la capacidad de asombro, pues en cada uno de los asuntos sometidos a nuestra consideración la rutina, en vez de permitir la perfección de la experiencia, se convierte en el letargo del pensamiento.”

Añadió que “en medio de estos sucesos los poderes judiciales, tanto federal como locales trabajamos incesantemente por desterrar la improvisación, la falta de capacidad profesional, por ello hoy tenemos un prestigio y un reconocimiento institucional. Aunque a veces se ponga en tela de duda, nos lo ganamos día a día, basado precisamente en nuestra independencia, en nuestra autonomía plasmada en nuestras resoluciones, que son trascendentales para la vida de nuestro país y para la vida de nuestros estados”.

No se puede hablar de jueces buenos, sostuvo, cuando la imparcialidad está ausente de la esfera de los tribunales, en ocasiones con un solo responsable, y en ocasiones de responsabilidad compartida.

“El conocimiento jurídico con el que se llega a un cuerpo colegiado está sujeto a la prueba de contraste con las opiniones de los demás, la divergencia de criterio forma el carácter de sus componentes. Es importante establecer normas que regulen el funcionamiento administrativo del órgano colegiado, y que los primeros en cumplirlas sean sus propios titulares, pues esto propicia la convivencia sana y respetuosa.”


La ministra sugirió a los jueces de Aguascalientes consensuar las formalidades de fechas, horarios, reparto de asuntos y discusiones, además de patentizar el respeto por el estilo a la redacción del compañero, aceptación del error y del argumento jurisprudencial que enriquezca las decisiones.

“Entender que la opinión de un compañero no vence, sino convence, que en una discusión la defensa de un criterio externado con convencimiento no riñe con el conocimiento de la verdad ajena y el error propio… en el más riguroso debate de privar las más delicada urbanidad para lograr que las opiniones discordantes se sostengan o unifiquen con la única voluntad común de hacer justicia. Esta es la madurez que necesitan los órganos colegiados, madurez que significa orden, serenidad, equilibrio y ponderación.”

También recomendó renovar los ánimos de compañerismo después de cada votación plenaria y dejar de lado la presión social que pudiera caer sobre algunos asuntos.

“Este sitial de juzgadores que ocupamos (…) forma parte de la construcción de un prestigio del Poder Judicial, federal o local, del órgano en el que nos encontremos, de ahí nuestra gran responsabilidad. Pero la prueba final de nuestra actuación como juzgadores sólo pertenece al tiempo, el día que abandonemos definitivamente nuestro sitial obtendremos el saldo, ya inmodificable, de nuestra conducta.”

Margarita Luna expuso que “el honor de realizar la tarea de impartir justicia es una de las más nobles y elevadas que pueda encomendarse al ser humano (…) es importante, el logro que se tiene cada día en los órganos jurisdiccionales no es más que el producto del esfuerzo, la dedicación y la entrega. Este sentimiento de orgullo y pertenencia debe verse reflejado en el excelente desempeño de la función jurisdiccional, sin que esa búsqueda de excelencia sea terreno fértil para la soberbia y la arbitrariedad”.


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