- El papel de un productor ejecutivo escénico es mal entendido y poco reconocido
- La producción ejecutiva es la materialización en tiempo, espacio, presupuesto y calidad
A su llegada a la Universidad de las Artes, la productora escénica de origen mexicano Marisa de León, cuestionó el que el programa de la licenciatura en Teatro no contenga materias de producción, destacándose que esta es la base fundamental para que un espectáculo escénico tenga la calidad que un público merece.
Como parte de las actividades conmemorativas por el Día Mundial del Teatro, de León ofreció una charla titulada Producción escénica, una producción con futuro, a los alumnos, docentes y público en general, utilizando el lobby de la Escuela de Danza como espacio de diálogo e intercambio de experiencias.
Una de sus objetivos al hacer este tipo de charlas es mostrar todo el panorama que conlleva a la producción escénica para motivarlos a la especialización en el ámbito de la producción escénica, una profesión que cada vez tiene mayor atención en los actores culturales y que por lo tanto la competencia crece, con lo que necesita más productores escénicos preparados para entregar productos de calidad.
“Detrás de una propuesta teatral debe de estar un productor ejecutivo escénico, este es a mi parecer el ingrediente principal”, destacó que hoy en día los mismos actores tienen que ser más autogestivos y trabajar en la autoproducción de sus espectáculos, de ahí la necesidad de estudiar, experimentar y planear con tiempo y dedicación todo proyecto.
Marisa de León comenzó como actriz (es egresada de la carrera de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM), conforme pasó el tiempo iba percatándose de la ausencia de “alguien” encargado de resolver todos esos aspectos que casi nadie ve, pero son la base de todo espectáculo escénico: la logística, lo financiero, administrativo, todo lo que está alrededor de una puesta en escena, “al irme metiendo más en esa onda, me bajé de los escenarios y comencé a resolver esos conflictos, al cabo vi que no tenía mucha competencia y además me agradecían todo, era bonito y padre; ahí me quedé y desde entonces (desde 1985) hago un trabajo metódico y sistemático en el ámbito de la producción escénica”.
Para esta mexicana que ha cruzado las barreras de lo internacional, la producción ejecutiva escénica se ha convertido en parte de su vida, una profesión apasionante y adictiva; la cual considera como una especialización dentro del ámbito de la gestión cultural y de la industria del entretenimiento.
Parte importante del trabajo de un productor es sistematizar todo lo relacionado con una producción, “siempre hay que reinventarse a tiempos, dineros, condiciones, infraestructura y demás”, por eso, en su papel como productora debía diseñar un método de trabajo que ayudara a tener un panorama general de cómo llevar a cabo una producción.
Al ser un quehacer absorbente de tiempo y esfuerzo, quien esté interesado en convertirse productor ejecutivo escénico necesita vocación y mucha paciencia, pues “tristemente” es un trabajo poco reconocido y mal entendido, “mucho creen que nosotros sólo mandamos por las tortas para los técnicos, y no, realmente es un creativo más, un integrante vital en la concepción de una puesta en escena”.
El papel de un profesional en la producción debe ser dignificado y luchar por seguir posicionándose dentro del mapa del arte escénico, para convertirse en un profesional especializado en asuntos que casi nadie quiere atender ni saber.
Antes de aceptar cualquier proyecto, el productor debe contagiarse y sentir la misma emoción que el creador de él presente, esto para poder convertirlo en algo más que un simple trabajo, sino traducir todo ese sueño del creador en algo tridimensional. Para De León, un productor debe trabajar un proyecto bajo la división de cuatro elementos: producción, promoción, difusión y medios de comunicación.
En su libro Espectáculos escénicos. Producción y difusión, define a la producción ejecutiva la materialización en tiempo, espacio, presupuesto y calidad; cuatro elementos básicos con los que se resume su trabajo; “que el producto esté en lugar, en el momento, dentro de lo que habíamos dicho económicamente hablando y que sea de calidad”. El reto es lograr sistematizar todo el trabajo, pero sin perder de vista que cada proyecto es diferente y esos elementos básicos tienden a cambiar.
“Algo que pocos le reconocen al productor ejecutivo es que hasta le hace de sicólogo, en un equipo hay estrés y temperamentos difíciles, hay mucha emocionalidad a lo interno, entonces nosotros tenemos que tener previsto conflictos internos y tratar de bajar el temperamento para que las cosas salgan en tiempo y forma”. Es así como la producción representa un a coordinación y administración de recursos para que todo fluya en armonía.
¿Qué es para Marisa de León la producción escénica?
“La producción escénica transforma las ideas creativas en realidades escénicas, hacen coincidir el tiempo de los actores, creadores y público, en la convención de lo ficticio, porque todo esto es efímero, no es material tangible.”
Un productor ejecutivo, según esta autora, identifica los aspectos de toda propuesta, si se le invita a un proyecto primero debe hacer un diagnóstico general, si le agrada o no es parte fundamental “te tiene que motivar y hasta enamorar”, para ello se evalúan las ventajas y desventajas junto al llamado Análisis FODA, para que con base en ese análisis se haga una propuesta de estrategias en la etapa de planeación (algo que le falta mucho al país) para ir guiando el proceso.
Un productor ejecutivo propone estrategias de planeación, determina valores artísticos contextuales, establece el nivel de gestión y el modelo de producción, ya que no es lo mismo hacer una producción para el INBA que para la UNAM o un independiente. Tiene que elaborar un proyecto con todo el equipo para que haya un buen sustento de interés, “si no logramos esa conexión desde la parte del papel, difícilmente se podrá captarla en el espectáculo escénico”.
La gestión es básica también en el trabajo de este profesional, el saber cómo negociar para obtener recursos, espacios, promociones, materiales, artistas, todo lo que un proyecto requiere; razón por la cual también se convierten en supervisores de todas las cuestiones legales (si la obra está registrada o ya tiene derechos de autor); hasta colaborar con las estrategias publicitarias, pues es el encargado de que la idea original no se pierda por tratar de captar la atención o venderse como algo que no es.
Más allá de contar con un recurso económico para efectuar algún proyecto (normalmente mediante los esquemas gubernamentales de becas y programas de apoyo), el punto medular de un espectáculo escénico de calidad es haberse pensado y resuelto los retos logísticos y técnicos, para eso se necesita un productor ejecutivo escénico.
“Yo siempre digo que donde no se ven errores es que hay un buen productor ejecutivo atrás de todo, pero si le ves la bastilla de la actriz o bailarina deshilada, la mampara chueca o los cables colgando, es claro ejemplo de que les faltó un productor”, en tono de broma reconoció que cada vez que asiste a un espectáculo no para de observar los errores (si es que los hay), reconociéndose como un acto fetichista a causa de tantos años en el ámbito escénico.