El pasado 4 de febrero el presidente EPN nombró a Virgilio Andrade Martínez como nuevo secretario de la Función Pública del Gobierno Federal, girándole instrucciones precisas: “He solicitado a la Secretaría de la Función Pública que investigue y resuelva si hubo o no conflicto de interés en las obras públicas o contratos otorgados por dependencias federales a las empresas que celebraron compra-venta de inmuebles con mi esposa, con el titular de la Secretaría de Hacienda y con un servidor”. Asimismo, anunció un paquete de ocho acciones ejecutivas para prevenir la corrupción y evitar este tipo de conflictos.
Todo esto podría tomarse como un intento de buenas intenciones si no fuera porque en primer lugar tanto el nombramiento como el paquete de 8 acciones carecerán de legitimidad toda vez que el encargado de investigar y llevarlas a cabo es un sub alterno del presidente de la República.
Por si esto fuera poco, el recién nombrado secretario ha estado ligado al PRI en su pasado y hasta llegó a ser amenazado, por parte de los partidos de oposición, de denunciarlo ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en el año 2003 al ser nombrado consejero electoral del extinto IFE. Si aún esto se le hiciera poco, Virgilio fue parte de la campaña y del gabinete de transición del hoy presidente de la República. ¿Acaso confían ustedes en que llevará una investigación real caiga quien caiga? ¿Será creíble en su actuar cuando quien lo nombra es sospechoso al igual que su esposa de un claro caso de conflicto de intereses y corrupción?
El anuncio también llega tarde, dos meses después del primer escándalo la casa de Angélica Rivera, lo que hace ver que el gobierno trató de apostarle al olvido de estos escándalos y no le apostó a tratar de esclarecerlos. Si realmente hay un verdadero interés de demostrar que no hubo falta alguna, ¿por qué no se nombró una contraloría ciudadana o un comité de revisión conformado por notables de la sociedad o legisladores de todos los partidos a quien el secretario de la función pública rindiera cuentas?
No cabe duda que este gobierno va de mal en peor, y si a eso le añadimos la famosa frase de #YaSéQueNoAplauden no me queda la más remota duda de que este gobierno carece de legitimidad, rumbo, orden, pero sobre todo sensibilidad sobre lo que está sucediendo en nuestro país.
Habrá oportunidad para los ciudadanos para meterle un equilibrio al actuar del gobierno, y eso será el próximo 7 de junio en donde podrán elegir a sus diputados que tendrán la enorme responsabilidad de exigir transparencia, rendición de cuentas y mejores resultados.
Mientras tanto, hasta la próxima.