La literatura sucede, se amplía, se responde a sí misma en la distancia y en el tiempo. Es un eco. Una cápsula que viaja dentro de la memoria -a veces la nuestra- entre sucesos que se desarrollan en cadena, hasta llegar a ser respuestas cerebrales. Desde un movimiento, que nos permite descubrir, de, y para, y por un instante un libro, hasta el ahora y el después; la lectura nos involucra de forma total. Es una puerta, es un objeto, es una ruta, un entretenimiento, un vínculo. Muy lejos de los discursos moralizadores y los estigmas, y las ideas encasilladas en discursos hechos. ¿Qué es leer? ¿Qué es el lector? ¿Qué es la literatura? Vale la pena que nos detengamos a pensar en la responsabilidad activa de los lectores, de la acción del texto, y su interacción con nosotros. Cuál su influencia, cuál es la necesidad y su respuesta y sus posibilidades reales. Cuáles son sus alcances. Los libros, en su interior, suceden como un organismo en sí mismo. Desde el código que nos permite comprender, dar forma al lenguaje, involucrarnos; hasta el mensaje dentro de la cápsula en su totalidad, en su forma y en su cosmos. Una página, un libro, un estante repleto de ellos, una biblioteca y su adaptación a los nuevos tiempos. Una infinidad de palabras que han sido escritas una tras otra, tras otra, y que logran ocupar un espacio, afectándonos e influyéndonos. Son también un organismo en conjunto. La literatura en sí mismo lo es. Por eso, más allá de las convenciones, hay que replantearse los paradigmas de la literatura y su adaptación a los medios actuales y los lectores de hoy. ¿Cuál es su forma? ¿Cuál es su influencia? ¿Cuáles son sus soportes?
El proyecto editorial del Centro de Cultura Digital, E-Literatura, lanzado recientemente bajo la dirección de Mónica Nepote, nos permite cuestionarnos al lector, a las formas del texto, a la globalidad, en un presente que es casi completamente visual. Con piezas creadas a través de diversos medios -audio, imagen, movimiento, hipertexto, hipervínculos, etcétera-, explora lo existente, experimenta, se pregunta, modifica y enfrenta al lector como parte activa de los textos, involucrándolo más allá de la interacción a la que nos han llevado los paradigmas de la lectura. No es tomar un libro, no es encender una Tablet, no es dejarse guiar, o no solamente eso. La literatura se puede manifestar a través de otros mecanismos, de otros sentidos. También es imagen, también es sonido y formas e impulsos y movimiento. Lo mismo que es voz y silencio, así como cada palabra es símbolo y vacío. Con este proyecto, arriesgado en su concepción -en un país que se piensa de pocos lectores-, de un planteamiento crítico y de un desarrollo profundo -que involucra escritores, editores, lectores, desarrolladores, programadores, artistas visuales y más- se invade la realidad a través de nuevas formas que ofrece la literatura electrónica y que, como la misma Mónica Nepote lo ha dicho en algunas entrevistas, no se reduce únicamente a los libros electrónicos. Va más allá de la simple conversión de textos a nuevos formatos y su adaptación a diversos soportes -teléfonos celulares, computadoras, tablets- sino que también puede ser producto de todos los elementos que se emplean en el desarrollo del lenguaje tecnológico. Herramientas con las que se crean algunas de las piezas que forman E-Literatura. Poemas digitales, textos interactivos y animaciones.
Este proyecto, del Centro de Cultura Digital, al que se puede acceder en http://editorial.centroculturadigital.mx/, está dividido en tres secciones. En la primera, Piezas, los lectores-usuarios encontrarán trabajos de poesía digital como Catnip de la poeta mexicana Xitlalitl Rodríguez Mendoza -quien recientemente fue reconocida con el Premio de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2015-, animaciones hechas a partir de los Topoemas de Octavio Paz, y los textos interactivos Umbrales a cargo de Carlos Ramírez y la novela Tatuaje -de próximo lanzamiento- del escritor Rodolfo J.M.
En la segunda sección se encuentra la Revista 404. Espacio que se abre para la discusión de temas relacionados con literatura digital, los videojuegos, cyborgs, tecnopolítica, conservación digital y creative commons.
Finalmente, se expone la sección de libros descargables, ePubs, que se dividen a su vez en tres colecciones: Incunables, Remediables y Manuales.
E-Literatura representa una exploración necesaria de la tecnología digital y una aportación fundamental a los lectores, la literatura, la crítica y el análisis de las nuevas formas de interacción. Es un laboratorio abierto en el que todos formamos parte del experimento. ¿Cómo se adaptan los autores a las nuevas formas del lenguaje? ¿Cómo mutan los lectores? ¿Cómo se transforman las formas de expresión? ¿Qué posibilidad de expansión tiene la poesía y la narrativa?
La literatura enriquecida, que podemos encontrar en E-Literatura, se aborda desde diversos niveles de la percepción, aunque esto no implique necesariamente que se rompa con la linealidad de los textos, sino que se utilizan los recursos propios de la plataforma otorgando así otro valor que complementa el texto. El lector puede manipular y ser parte de la obra misma, lo cual ejemplifica claramente la forma global que tiene el organismo de la literatura y su influencia en los nuevos espacios, en los nuevos tiempos; tanto y como lo puede ser una biblioteca en la sala de una casa o en cualquier parte del mundo. Es un proyecto ícono, que nos permitirá ahora, y después, cuestionarnos de qué forma podemos utilizar los recursos electrónicos para cambiar la manera en que contamos historias, transmitidos ideas y sentimientos. Pues como como marcó Nepote en una entrevista reciente “lo importante es combatir la tecnofobia sin caer en la tecnofilia sino hacer tecnocrítica, que bastante falta hace”.
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